Ileth marchaba hacia el norte, ya había perdido la cuenta de los días que habían pasado desde que había abandonado aquella granja en llamas. Había marchado en todas direcciones, pero los caminos estaban plagados de nuevos enemigos (algunos otrora viejos amigos). Había dado vueltas y vueltas, hasta el punto que su pobre caballo había sido herido por una flecha envenenada y murió a las pocas horas, a pesar de que él había podido escapar. Se estaba quedando sin alimentos y cada vez veía más patrullas y más humaredas. Había estado espiando algunos de los campamentos orcos y había logrado averiguar que las fuerzas estaban concentradas en la margen sur del río Rhondo, con lo cual debía, para escapar, viajar hacia el norte y cruzar algún puente, la cual había sido su idea principal.
Las opciones se acababan, al igual que su ánimo, pero no se dejó abatir por completo, sabía que tenía que seguir con vida, se lo debía a sí mismo, no dejaría que aquel raro personaje se saliera con la suya.
Ileth viajó hacia el norte, esta llegar a las orillas del río Rhondo, observó todo a su alrededor buscando algún lugar para poder cruzar. El río era profundo y caudaloso, por lo que nadar sería una tarea demasiado difícil, y no disponía de tiempo ni de seguridad para hacer una balsa o algún otro medio para cruzar. Comenzó a caminar hacia el oeste, en búsqueda de algún puente desprotegido o lugar más fácil para cruzar.
Estaba oscureciendo cuando Ileth se cruzó nuevamente con uno de los puentes. Se acercó muy despacio, aprovechando las sombras para mantenerse oculto. Pudo observar lo que temía, no sólo había orcos en el puente como la última vez, sino que había un grupo de Fe-Gun que los acompañaba. No eran muchos, pero eso significaba que ya estaban aquí. Su plan para ser aceptado en la corte se volvía más difícil, no tenía mucho que ofrecer más que esa información. Aunque ya se preocuparía de eso después, antes que todo, debía llegar hasta allí.
Se quedó oculto hasta que la noche, nublada, tapó todo tipo de luz. Sabía que los elfos oscuros podrían observarlo en la oscuridad, pero mientras se mantuviera bien oculto entre los arbustos tendría una oportunidad.
Aguardó pacientemente durante un tiempo, aunque no supo cuánto. Seguía aguardando el momento justo, cuando escuchó algo que le llamó la atención. Los cascos de unos caballos se acercaban lentamente. Ileth dirigió su mirada hacia la otra orilla, vio cómo se acercaban unos jinetes cruzando el puente. El que iba a la cabeza hizo unas señas, y los demás dieron la vuelta, mientras esa figura se mantenía con los ojos cerrados, escuchando. No fue difícil para Ileth notar que estaba detenido escuchando los ruidos del ambiente, instantáneamente consideró que aquél individuo debía de ser un elfo. A su costado, orcos y elfos oscuros corrían colocándose en posición. Ileth también notó que los Fe-Gun estaban concentrados con sus miradas fijas en aquellos viajeros, y no notarían su presencia. Con un tono de voz muy bajo, Ileth comenzó a susurrar una palabra: “Corre”. La repitió varias veces, hasta que aquél elfo comenzó a correr, los otros Fe-Gun también lo habían oído, y algunos habían salido en su búsqueda. No sabía si lo había escuchado a él o había notado algún otro sonido, pero en el fondo se alegró de que pudiera escapar, por más que varios de sus acompañantes cayeran producto de las flechas arrojadas desde su margen del río.
Tras aquellos viajeros salió un grupo de orcos montados en unas enormes y horrendas bestias, asesinando a los rezagados y persiguiendo a aquellos que todavía estaban en sus monturas. Le siguieron un puñado de cincuenta Fe-Gun con sus arcos listos para la batalla. Ileth supo de inmediato que aquella era la oportunidad que estaba esperando para poder cruzar de margen del río. Se armó de coraje y salió corriendo a toda velocidad hacia el puente, por entremedio de las tiendas de campaña, evitando así que sus “hermanos” le detectaran. A su paso se hizo con una capa negra, un arco y un carcaj, como los que solían utilizar en el ejército Fe-Gun y se la colocó al pasar. Gracias a su contextura física, era muy ágil y veloz, con lo cual no tardó en acercarse al grupo de elfos oscuros que seguían a las bestias.
El camino de Ileth se bifurcaba delante de él, podía escapar y dirigirse hacia el oeste de manera segura, ya había cruzado el puente y ninguno se había percatado de que no pertenecía, o podía ayudar nuevamente a aquél elfo. Por alguna razón que le resultaba esquiva, Ileth se decidió por lo segundo. Se dirigió hacia los arbustos del oeste y lanzó tres flechas de las cuáles solo una impactó en el cuerpo de un Fe-Gun, hiriéndolo mas no de gravedad. A la par gritó: “Ahí están, se han ocultado más allá” mientras señalaba hacia el oeste cercano al río. Los demás elfos partieron hacia allí a toda velocidad, y él pareció hacer lo mismo, solo que rápidamente se desvió dejando al grupo de lado.
Editado: 13.06.2019