Capítulo 8: Idara

Tener enfrente de mí al gran Francis Stone no es algo que esperaba que ocurriese tan pronto como volví y mucho menos en mi despacho de la empresa. Al principio no lo iba a dejar pasar, lo juro, hay personas a las que no estoy preparada a enfrentar, no a solas, pero luego algo me hizo cambiar de opinión. No sé si llamarlo curiosidad por saber que hacía aquí o corazonada, creo que lo que tiene que decirme es importante, no sé si para él o para mí.

– Señor Stone, ¿Quiere un café?

– No es necesario.- por primera vez en años, desde que lo conozco, me sonríe con una enorme dulzura.- ¿Cómo estás Idara?

– Estoy bien señor Stone, contenta de volver a casa.- él asiente.- ¿A qué debo su visita?

– Quiero explicarme, sé que no me tienes en tan mala estima como a tu padrastro pero sé que no me tienes en una mucho mejor. Obligué a mi hijo a casarse contigo, a pesar de que a mi me dieron la opción de casarme con la mujer que amaba. Debería haber hecho lo mismo con mi hijo.- suspiro.- No estás obligada a creerme Idara Wilson.

– Habla, ya decidiré después.

– Es una historia vieja pero que recuerdo a la perfección.

Me quedo mirando sus facciones, esos ojos oscuros tan parecidos a los de Isaac, esos ojos que hablan siempre con el corazón aunque ellos no lo sepan. Pueden mostrarse fuertes antes otros, pero cuando eres tan observadora como yo puedes darte de que en realidad ambos hombres también son frágiles y eso los hace humanos.

– Los Lewis y mi familia se han movido siempre por los mismos círculos sociales, igual que los Wilson, posteriormente se unió la familia de Ethan.- asiento.- Me críe con tu padre y con tu padrastro, debo decir que los criaron de formas muy distintas, a tu padre con amor y a tu padrastro con mano dura, nunca vi a su padre mostrar un signo de amor por su único hijo.- suspira.- Y eso no es justificación para su conducta, pero podría explicarla.- se sienta un poco más recto.- Me sorprendió bastante que tus padrastro se casase con tu madre, a tu abuela la despreciaban por ser madre soltera a pesar del dinero y el prestigio que había acumulado en su vida.

– ¿Los padres de William sabían quien era mi abuelo?- él niega la cabeza.- Prosiga.

– Yo me alejé de ellos, no me gustaban sus formas pero al final convivíamos por las fiestas y los negocios. Ellos fueron padres antes que mi esposa y yo, siempre nos decían que haber cuando teníamos una niña para que estuviesen juntos.- siento una arcada atascada en mi garganta.

>> Eso me alertó de inmediato y me sentí satisfecho cuando mi esposa me dijo que seríamos padres de un niño.- sonríe como si recordase aquel día.- Lo que no esperaba es que ellos tuviesen una hija, tu padre me planteó la unión a los días de que nacieses y lo rechacé.

– ¿Lo hiciste?

– Si niña, lo hice y tu padre buscó hombres fuera de San Francisco que quisieran el matrimonio que yo no había aceptado.- suspira.- Idara, eran hombres que bien podían ser tu padre o tu abuelo, y con asco acepté porque no podía dormir sabiendo que te casaría con alguien que te triplicaba la edad y que podía hacerte daño. Al menos sabía que mi hijo no lo haría, puede que como esposa no fuese a respetarte porque no te amaba pero al menos te respetaría como persona que ya era más que los otros candidatos a esposo que tenías.

Él me mira esperando alguna reacción de mi parte, no soy la antes pero todavía puedo controlar bastante mis emociones. No es que crea que sea débil por mostrarle el asco que me provoca lo que está diciendo, es que no quiero que me afecte más de lo que ya lo hizo en su día.

– Con el paso del tiempo ansiaba más y más vuestro matrimonio o que como mínimo vivieseis juntos porque te veías mal, agotada, demasiado delgada como para respirar y temía que tus propios padres acabasen por matarte.- contengo el aire.- Pero con el tiempo pude ver más, mucho más. Tu parecido a los Wilson existe solo que es sutil. Por negocios con tu hermano más mayor empecé a ver el parecido entre ambos y buscando en mis recuerdos me acordé que el nombre de la madre de Vince es Idara.

>> Aunque estaba muy seguro de que eras, como dice tu padrastro, una bastarda, la hija de tu madre en una relación extra marital, no tenía pruebas. Empecé a observar a los Wilson, a tu padre y tus tíos. Ellos siempre te buscaban con la mirada en las fiestas. Tus hermanos y primos parecían ajenos a ellos.

>> El padre de Evan siempre tuvo la intención de casar a tu hermano o a otro hijo que tuviesen para obtener más dinero, si quería que ese matrimonio se diera con alguno de los tres grandes que quedábamos tenía que tener si o si una hija. Por eso, a pesar de ser hija de otro hombre, él te aceptó.

– Soy bastante consciente de eso.- suspiro soltando el aire.- Gracias por intentar protegerme de alguna forma, pero lo mejor, lo que podrías haber hecho para ayudarme y sacarme de esa cárcel, hubiese sido denunciar este caso ante las autoridades, lo tenías todo Francis.

– Tienes razón, tuve miedo al estar yo implicado. Lo siento Idara, fui egoísta.

– Odié cada segundo en esa casa, los golpes, las raciones mínimas de comida, el desprecio constante de toda mi familia.- contengo las lágrimas.- Yo… me habían amoldado para ser la esposa de Isaac, por suerte en la universidad pude ser un poco más que la esposa de…, aún siendo su novia, sentí libertad por primera vez en dieciocho años. Pero esa libertad no era nada, seguía sin saber quien era yo.- suspiro manteniendo las lágrimas en mis ojos.- Pero debo reconocer que me enamoré de Isaac.

– ¿Lo hiciste?

– Lo hice, y entonces él me reveló algo que yo no sabía.- dejo que una lágrima caiga por mi mejilla.- Desde que me dejaron empezar a dar clases de violín, ese era mi lugar seguro. Siempre creí que había sido una decisión que me habían dejado tomar ya que mi madre estuvo semanas oponiéndose pero al final no fue así, Isaac me dijo que desde bebé le encantaba el violín y entonces supe que no era nadie.- respiro.- Yo solo era la sombra de Isaac, y no quería serlo. Estaba y estoy enamorada de él pero quería encontrarme antes de revelar mis verdaderos sentimientos.