Helena
Pasaron tres días antes de que volviera a la casa de Mir. Axel me convenció para volver a su casa cada tarde. Cuando no trabajaba, estaba conmigo, y algunas veces cuando trabajaba él estaba conmigo. Como durante el tenis todos los días. Axel se sentaba en el pórtico que rodeaba la casa principal del club. Bebía café y trabajaba en su laptop.
Adam captó la indirecta. Habría sido idiota si no hubiera sido así. Axel lo dejó muy claro, yendo tan lejos como acompañándome hacia la puerta y besándome hasta que perdía el aliento antes de enviarme a cada sesión.
Sin embargo, hoy, tenía que volver a casa de Mir. No podía mudarme con Axel. Teníamos que superar este obstáculo con Mir. Esa era mi casa también.
Además quería hablar con Mase sin Axel cerca, así podría tener privacidad si Mase quería preguntarme sobre Grant.
Cuando Axel recibió una llamada para manejar dos horas hacia el sur para comprobar un sitio por su papá, quería que fuera con él. Pero necesitaba algo de espacio para pensar. Me sentía como si tomáramos las cosas rápidamente a súper alta velocidad. Mi corazón estaba teniendo un duro momento para mantener el ritmo.
Sabía en el momento en que me había entregado a Axel que tenía profundos sentimientos por él. Luego él los había destrozó. Pensé que tomaría una largo tiempo para que esos sentimientos volvieran, o incluso resurgieran. Pero descubrí lo equivocada que me encontraba. Estaban volviendo intensamente.
Mientras observaba a Axel cepillar sus dientes esta mañana mientras yo rasuraba mis piernas, me di cuenta que esto se sentía correcto. Era fácil. Y eso me asustaba. Me hacía imaginar un futuro para nosotros. ¿Pero qué tipo de futuro le podía dar? No el que estoy segura de él que siempre quiso. No estaba enamorado de mí. Caer en los detalles diarios de la vida con él era peligroso. Antes, estaba preocupada por salir herida. Ahora, sabía que definitivamente iba a salir herida.
Había ido muy rápido.
Y no sabía que hacer al respecto.
Estaba esperando que Mase tuviera algo de sabiduría que compartir.
El auto de Mir no estaba cuando me detuve en la casa, y solté un suspiro de alivio. Eso era bueno. Tal vez ella se había ido a uno de sus viajes. Me dirigí adentro y me detuve en la cocina para conseguirme una botella de agua antes de ir arriba a mi habitación.
Mi habitación estaba justo como la dejé. Mir debió de haberle dicho a la limpiadora que no entrara en mi habitación. No es que me importara. No tenía un cuarto desordenado, solo una cama no hecha. Bajé mi agua a la mesa y me senté.
Masé contestó su teléfono en el segundo timbre.
—Ya era el maldito momento para recibir una llamada tuya —se quejó en el teléfono.
—Lo siento. He estado ocupada.
—No necesito saber. Ya tengo una idea de lo ocupada que has estado.
Mis mejillas se sonrojaron. Odiaba pensar sobre lo que había escuchado en el avión.
—¿Cómo van las cosas? —le pregunté.
—Sudando el culo. Con Jim incapacitado tengo que tomar todo su trabajo.
El hombre labora duro. Me despierto temprano y caigo en la cama tarde.
—¿Cuánto tiempo estará enyesado?
—Seis semanas. Puedo manejarlo. El trabajo duro nunca me ha hecho daño.
La idea del único hijo de Killian trabajando duro en un rancho en Texas no era el mundo que imaginaría.
—¿Qué hay de ti? ¿Mir ya te ha comido?
—No. Soy muy dura para ella. Sabes eso.
—Tonterías. Si te ve con Axel va a ponerse como energúmeno sobre tu culo. Es mejor que él se prepare para asegurarse de que salgas sin ningún rasguño.
—Lo sabe, y él se encargó de ella. No la he visto en algunos días.
—Bien. Tal vez se quedará lejos.
No lo había llamado para hablar de Mir. Necesitaba el consejo de un chico.
—¿Crees que sería estúpido para mí tener sentimientos por Axel?
No respondió de inmediato. Me preocupaba que fuera a decir lo que ya temía.
—Estaba bajo la impresión de que, para que hicieras lo que escuché en ese
avión, ya tenías sentimientos por él.
—Bueno,sí, ya tenía sentimientos por él, pero,quiero decir…tú
sabes, sentimientos, sentimientos.
Mase se rio entre dientes. —¿Estás tratando de preguntarme si es inteligente enamorarte de Axel Carter?
Bueno, sí. —Supongo —repliqué.
—No. Es probablemente la cosa más estúpida que podrías hacer. Pero está hecho. Estabas enamorada de él cuando decidiste dormir con él. Esa es quien tú eres. Así que lo hiciste. Necesitas preocuparte sobre lo que vas a hacer cuando esto
termine. ¿Cómo lo manejarás?
Me senté ahí mirando fijamente hacia el espejo enfrente de mí, tenía razón.
Había estado enamorada de Axel por meses. No quería admitirlo porque era patético. No te enamorabas en dos semanas. Pero había hecho justamente eso.
Luego él se había ido.
—No lo sé —dije.
Mase se quejó, y pude decir que estaba moviendo algo pesado. —Empacas tu mierda y regresa a Texas. Me encargaré del resto. Eso es lo que haremos.
Me di cuenta que hablar con Mase sobre esto era inútil. No me iba a mudar a Texas y no iba a dejarlo buscar venganza.
—No te preocupes. Resolveré esto.
Gracias por escuchar.
—Estoy aquí, hermana. En cualquier momento. Sólo llámame.
—Lo sé. Te quiero.
—Yo también te quiero —respondió.
Colgué y solté el teléfono al lado de mí. ¿A dónde iba desde aquí?
Estaba enamorada de Axel. Completamente enamorada de él. Lo quería para siempre. Quería ver su sonrisa cada mañana. Quería saber lo que era estar en sus brazos cada día. ¿Qué había hecho?