Al día siguiente de esa fatídica noche, desperté alterada.
¿¡EN QUÉ ME HABÍA METIDO!? ¡HABÍA ACEPTADO CASARME CON ESE IDIOTA!
Maldecía a mi yo vengativa, insultos y más insultos salían de mi nada prudente bocota. ¿Por qué rayos lo había hecho? Me arrepentía.
¿Y si lo llamaba y suspendía todo?
"Él se lo merece Lily" - dijo una voz en mi cabeza. Esa parte vengativa en mi aun tenia sed. - "Te engañó."
"Lo sé, cerebro, no me lo recuerdes."
"Con TÚ mejor amiga, Liliana"
"Pero... ¿sólo por eso debo hacerlo? Los amaba con todo mi ser... en realidad duele porque aun, aunque no quiera admitirlo, aun los amo."
Di mil vueltas en la cama, pensando en la posibilidad de llamarlo y terminarlo todo. Pero entonces mi celular sonó.
Me estiré y lo tomé de la mesita de luz. Mi cara reflejó el pánico mismo cuando vi quien me estaba llamando. ¿Se había enterado ya?
-Hola, papá - contesté tratando de sonar normal, pero estaba cagada de miedo. Si había alguien a quien no quería decepcionar era a él.
-Hola, cariño ¿Como estás? - Preguntó él dulcemente.
- Yo ehm... -Carraspee tratando de calmarme- Estoy mejor, gracias.
Mi papá creía que me encontraba enferma. Fue una pequeña mentira que le dije para poder faltar al trabajo, ya que también trabajo para él, y para no tener que contarle la verdad. Al menos no quería llorar cuando le contara que su mejor empleado, y novio de su única hija, la había engañado con su mejor amiga.
Sabia que si se lo contaba, Dante terminaría mal. MUY MAL. Y para ese entonces, aun no quería hacerle daño.
- Me alegra, cariño - Apostaba que estaba sonriendo aliviado. Solía preocuparse demasiado por mi - Oye, no sé si Dante te contó las buenas noticias. - se escuchaba ansioso.
¿Noticias? ¿De qué hablaba?
- ¿De..de qué hablas papá? - tartamudeé.
¿Acaso ya sabía todo? Dios... ¿En que me había metido? ¿Por que me dejé llevar por mi parte vengativa?
- Ayer en la tarde Dante fue ascendido a vicepresidente de la compañía. - Comentó muy contento- creía que te lo había dicho, parecía ansioso por verte cuando le di la noticia.
NO JODAS. HIJO DE PERRA. DANTE ERA UN HIJO DE PERRA.
Ahora entendía perfectamente porque la noche anterior me había rogado tanto. Estaba en juego su ascenso si mi padre se enteraba de lo que había hecho. Joder.
Todo rastro del arrepentimiento que había sentido minutos antes desapareció en cuestión de segundos.
ESTABA JODIDAMENTE ENOJADA.
- ¿Lily? -Preguntó mi papá - ¿Segura que estas bien? ¿Quieres que te envíe algún medico a casa?
Me di dos cachetadas mentales y traté de sonar totalmente normal, aunque la rabia me estaba consumiendo por dentro.
- No, papá. Estoy bien, no te preocupes... es solo que me impactó. Dante no lo mencionó.
- Oh rayos... quizás quería que fuese sorpresa y acabo de arruinarlo. - Dijo con pena - Lo siento, cariño. lo arruiné.
No, papá. No lo arruinaste, no para mi.
- Tranquilo, fingiré sorpresa cuando me lo diga - traté de tranquilizarlo.
Claro que me haría la sorprendida, joder. Te voy a hundir, Dante, y lo disfrutaré tanto.
- En serio lo lamento, cariño.
Mi papá realmente se sentía arrepentido. No lo hagas papá, el no se lo merece. Sin tan solo supieras.
- Oye... en serio no importa. - Miré la hora en el pequeño reloj que tenia en la mesita de luz - Debo colgar, papá. En estos días volveré al trabajo ¿Bien?
- ¿Segura? Puedes tomarte el tiempo que quieras.
- Si, segura. No quiero aprovecharme de eso de ser la hija del jefe o mis compañeros me odiaran.
Él soltó una carcajada.
- Yo si lo hacía cuando tu abuelo era el jefe. - Acotó con un poco de nostalgia. - Está bien, Lily, nos vemos luego. Mejórate.
- Te amo, papá. -Dije antes de colgar.
Arrojé el celular al otro lado de la cama y me levanté decidida. Hoy comenzaría su tortura.
Dante Leone, date por muerto.