Intente abrir los ojos pero los volví a cerrar al sentir tan pesada la luz, los abrí lentamente y observe el lugar.
Cibran estaba atado de manos a la pared, Dove estaba atada en una silla y su cuerpo había dejado de sangrar.
Tamara estaba igual que Cibran y yo estaba igual que Dove.
— ¡sal! ¡sé que eres tú!— grite riendo — ¡maldito cobarde! ¡tuviste que anestesiarme para derrotarme!
Una puerta se abrió y observe su no peculiar cabello rojo.
— cariño— dijo sonriendo.
— eres un hijo de puta— escupí, él rió y camino hasta mí.
— no me insultes, sabes que odio que de tu boca salgan tales palabras.
— te matare cuando salga de aquí— dije con rabia.
— no saldrás de aquí.
— siempre has sido tan estúpido, saldré de aquí y le diré a Jasper que te devore.
Su risa se intensifico.
— ¿Tu alma gemela? No puedo creer que me hayas olvidado tan rapi-
— ¡te fuiste hace tres malditos años!
— no pensé que te doliera...
— y ahora vienes robando parte de mis cazadores para secuestrar a mis amigos.
— yo no los secuestre— remarco— tú sólita caíste en la trampa camino— hacia Tamara— no sabes lo bien que se puede controlar a una vampira cunado es madre, sus instintos protectores.
— eres un-
— no le hables de esa manera a Helios, recuerda que es tu prometido— mire con rabia a mi abuelo.
— es un bastardo al igual que tú, cuando Julieta y Leo se enteren que trajiste al gemelo malvado te mataran, y no haré nada para detenerlos— dijo Cibran llamando la atención.
— por todos los dioses Cibran, no te metas en conversaciones entre tu hermana y yo.
— Que pretendes...— murmure.
— una guerra, hacer lo que debe ser...— Helios camino hacia Dove y con la daga de Dove hizo un pequeño corte en su rostro, ella seguía inconsciente.
— ¡déjala!— grite aguantando toda ganas de salir corriendo y matarlo.
— es una loba, debe morir, los cazadores debemos matarlos.
— los cazadores matan bestias y criaturas sin corazón— gruñí— no importa si es humano, en cuanto sea malo merece la muerte.
— tu lobo vendrá pronto y nuestra chica lo matara— miro a Tamara—me parece tan decepcionante que cayeras ante una cara bonita.
— le arrebataste a su hija...
— solo tome las riendas, es una desterrada y solo obedece cuando su pequeña está en peligro.
Se acerco a mí.
— te lo advertí querida— escupí en su rostro y reí.
— esto sera guerra abuelo, pero no entre los lobos y cazadores.
Se alejo de mí limpiando su rostro y dejando solo a Helios.
Mire al bastardo con desprecio.
— ¿acaso no funciono tu dominio como líder de los Hunter?— pregunte con burla.
— sé que tú le advertiste a Alexander sobre mí, me sacaron y me trataron como basura— dijo entre dientes, claro, Helios intento liderar a los Hunter pero fallo ya que uno de los herederos de ese grupo reclamo su puesto dejando al pobre de Helios afuera.
— y aquí mi abuelo hará lo mismo...— Cibran rió sabiendo que lo enojaría.
Su ego era tan fácil de vencer.
— matare a tu abuelo y luego a ti para poder tomar la rienda de los cazadores, veraz que seré mejor líder que tú, mal intento de artemisa.
— no hables antes de actuar.
— te daré la opción de convertirte en mi prometida si te portas bien.
— aspiro a más, no alguien como tu Helios— lo observe de arriba a bajo— no eres nada comparado con Jasper, yo tu empiezo a co— abofeteo mi mejilla.
— no dirás eso cuando tenga su cabeza entre mis manos— salio cerrando la puerta con seguro.
— es un bastardo...— dije derrotada.
— Ariana...— levante la mirada observando a Tamara.— lo lamento...
— ¿sabes quien es el anciano?— pregunte y ella negó.
— Ese día estaba en el bosque... Rabia sido desterrada por motivos injustos... No tenia a donde ir y mi pequeña tenia hambre... Estamos tan débiles y de la nada los cazadores nos rodearon.
— como llegaste a la mansión.
— lobos me llevaron y me dejaron ahí, tu abuelo me dijo que si te llevaba a él me devolvería a mi hija...
— ¿lobos ayudaron a mi-
Dove empezó a estornudar.
— ¿Dove?— la llamo mi hermano.
Ella miro a todos lados hasta dar conmigo y luego con mi hermano.
— ¿en donde estamos?— preguntó desconcertada.
— secuestrados— respondió Cibran.
— no por mucho— conteste mordiendo mi labio para no gritar.
Sabe mi mano de la esposa, esta sangraba y la otra estaba intacta.
— Luna...— Dove me miro asustada.
Desate mis pies con rapidez y camine hasta Cibran, las cadenas eran grandes, corrí hasta Tamara y las de ella eran igual.
— no podre sacarlos...— dije y ella me miro arrepentida.
— no merezco ni vivir...— dijo y negué.
— lo hiciste por tu hija, comprendo, te prometí ayudarte a encontrarla y eso haré. Dove ¿te crees capaz de moverte?—ella asintió, camine a ella y vi sus heridas, estaban sanando.
La de ella eran esposas.
— necesito que hagas lo mismo que yo, sé que dolerá pero podremos escapar.
Estaba por hacer que ella se desatara pero el ruido me alarmo.
Corrí detrás de unas cajas y me escondí, la puerta se abrió y entro Helios, miro mi silla y cuando estaba por gritar corrí a él y con las esposas apreté su cuello.
— sueltame...— su rostro estaba empezando a ponerse rojo.
— soy una artemisa, no me subestimes— sus uñas empezaron a rasgar mi brazo para que lo soltara pero no funciono, cerro los ojos y lo solté.
— ¿lo mataste?— preguntó Cibran.
— no, solo lo dejo inconsciente— respondió Dove.
Me acerque al cuerpo de Helios y encontré unas llaves, me acerque a las cadenas de Cibran pero ninguna era, hice lo mismo con la de Tamara pero tampoco, las llaves eran pequeñas. Corrí hacia Dove y con ella funciono.
Editado: 20.06.2021