Will se presentó en la habitación de Brendan y Sam se levantó del piso a toda prisa.
Will la miró durante unos segundos y se preguntó, como tantas otras veces, cómo era posible que ella fuese la única que no se diera cuenta de los verdaderos sentimientos de Mael. Sin embrago, él era la personificación de la discreción, de modo que nada dijo al respecto.
Ahora fue Sam quien lo miró de forma extraña pensando que Will McKenzie era una clase muy especial de persona, y que en cierta forma lamentaba no haberse enamorado de él, porque sin importar lo que dijesen, ella sabía que, a pesar de su extraño carácter, Will era una maravillosa persona. Caminó hacia él y lo abrazó.
Él, como de costumbre, no dijo nada y abandonó la habitación dejándola con un inexplicable sentimiento de pesar. Después que Will se marchó, entró la nana y le dijo a Sam que era hora de dar de comer a Brendan y cambiarlo para dormir, de modo que ella le dio un beso y salió también.
Cuando Sam comenzó a bajar las escaleras, recordó que aún no había hablado con Mael y se devolvió tomando hacia la habitación del chico, pero cuando iba a mitad de camino Danny salía de la suya.
Danny se acercó a su hermana y la abrazó. Él también sentía que era una terrible injusticia, ya que ellos sabían lo que era crecer sin sus padres, de modo que aparte del enorme dolor que les producían las pérdidas de Eve y Vlad, el pesar que sentían por Brendan era aún mayor.
Le tomó la mano y se disponían a encaminarse hacia las escaleras cuando salieron Aderyn y Gail de la habitación de él, y después de saludarse, Sam recordó a dónde se dirigía cuando encontró a Danny.
Sam comenzó a preocuparse y decidió intentar comunicarse con él de nuevo, pero justo en el momento que le llegaba la voz de Mael, también lo hacía la figura de Eowaz.
Los chicos no escucharon a Mael, porque él solo se había comunicado con Sam, pero sí vieron a Eowaz y se miraron extrañados.
De modo que siguieron hacia las escaleras cuando escucharon a Diandra y se volvieron. La chica corría por el pasillo hacia ellos.
Con eso quedó confirmado lo que había dicho Aderyn y se apresuraron en dirección al Salón. Cuando entraron encontraron a Eowaz en compañía de Iván, Giulian, Jonathan y Mael. Mientras que todos se preguntaban qué sucedía para que los arzhaelíes tuviesen aquella expresión de preocupación, Sam lo que se preguntaba era la razón por la que Giulian tenía el aspecto de querer asesinar a alguien.
Ellos obedecieron, pero Sam miró a Mael y por primera vez desde que podía recordar, él desvió la mirada. Aquello encendió una señal de alarma en el cerebro de la chica, fuere cual fuese la razón por la que habían sido llamados, estaba relacionada con Mael, y por algún motivo esto le producía… ¿qué? En todos los años que llevaban juntos, Mael había sido su apoyo en los momentos difíciles, el que siempre estaba en cualquier circunstancia, y el que inmediatamente se situaba a su lado a la hora de los problemas y aferraba su mano para transmitirle seguridad y protección si era necesario. De modo que aquella actitud más que sorprenderla, la asustaba mucho. Pero antes de que pudiese entablar una comunicación privada con él, Eowaz se dirigió a ellos.
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Editado: 19.10.2022