Arzhvael (libro 4. Nueva Vida)

Cap. 3 Cambios

 

Al día siguiente Mael y Sam fueron llamados por Eowaz para saber qué decisión habían tomado con respecto al niño y a su situación futura, porque desde que abandonaron el Salón la noche anterior, nadie había vuelto a verlos. Cuando entraron, Sam sintió pena al ver los cansados semblantes de Giulian e Iván, sin duda ninguno de los dos había descansado a la espera de noticias.

  • Lamento haberlos molestado tan temprano – se disculpó Eowaz – pero estamos en medio de la reorganización y siendo ustedes miembros importantes de nuestra comunidad, necesitamos saber qué han pensado hacer.
  • Ya se lo dijimos anoche, señor – dijo Sam – Vamos a quedarnos con nuestro hijo, como le dije, yo sería la última persona que pensaría en abandonar a un hijo y el solo hecho de saberlo mío anularía cualquier otra consideración.

Giulian cerró los ojos con resignación, la pasada noche había estado hablando con Iván y éste le había hecho comprender que sin importar lo que pudiese ser o suceder con ese niño, nada movería a Samantha o a Mael a deshacerse de él, y eso había quedado más que demostrado en el caso de Mael cuando había arriesgado su vida por salvarlo, y en el de Sam cuando todos pudieron percibir la corriente de energía que se cruzó entre ella y el bebé apenas lo vio, de modo que sería inútil oponer ninguna clase de resistencia, aparte de que no les asistía ese derecho. Del mismo modo que le había quedado claro de forma personal, que sin importar lo que ella decidiese, él la apoyaría aun a costa de su propia vida.

  • ¿Y qué han pensado hacer? – preguntaba Eowaz en aquel momento – ¿Piensan contraer matrimonio?

En este punto Giulian abrió los ojos al doble de su tamaño, porque si bien estaba dispuesto a hacer todo lo que fuese necesario para apoyar a Sam si quería quedarse con su hijo, en ningún caso había considerado la posibilidad de que se casase con Mael.

  • No señor, la Nena y yo nos queremos como hermanos, y para ser padres de nuestro hijo no necesitamos obligarnos a contraer un matrimonio sin desearlo.

A Eowaz y a Iván que sabían de cierto lo mucho que Mael amaba a Samantha, no se les escapó la nota de profunda tristeza en la voz del chico, pero eso solo aumentó la ya muy crecida admiración que sentían por aquel joven. Con aquella afirmación solo demostrada una vez más su enorme honradez, valor y el indiscutible y desmedido amor que sentía por ella. Y a Giulian no le quedó más remedio que reconocerlo también, Mael Berserker nunca representaría una amenaza en relación a Samantha.

  • Bien, entonces les deseo la mejor de las suertes y estoy seguro que serán unos excelentes padres. Así como espero que no olviden que cuentan con todos nosotros en el momento y de la forma que nos necesiten – les dijo Eowaz
  • Gracias señor – dijeron amos
  • Nos reuniremos en la Sala del Consejo en media hora, pero necesito que vengas conmigo Giulian – les dijo a los arzhaelíes y disculpándose, se marchó en compañía de Giulian

Sam y Mael se acercaron a Iván y colocaron al niño en sus brazos. Era la primera vez que Iván lo cargaba y podía examinarlo de cerca. El bebé tenía características de ambos, los negros y suaves cabellos de Sam, aunque muchos rizos rubios destacaban en la cabellera del niño, así como la nariz de la chica, pero los ojos, la boca y los rasgos en general eran sin duda alguna los de Mael, y aunque habían visto que los primeros podían cambiar de tonalidad, conservaban la expresión de los de su padre.

  • ¿Ya han decidido cómo lo llamaran? – les preguntó mientras lo miraba con ternura
  • Elijah Daniel – contestó Sam
  • Me parece una excelente elección.
  • Iván, tú has sido para nosotros no solo nuestro tutor, sino nuestro padre, de modo que esperamos le permitas a Elijah considerarte y llamarte abuelo – pidió Mael

Iván tenía un grueso nudo en la garganta, y aunque hizo el mayor de los esfuerzos por retener inútilmente la emoción que inundaba la verde profundidad de sus hermosos ojos, ésta se desbordó en forma incontenible.

  • Escúchame bien, jovencito, si alguien dijese alguna vez lo contrario, moriría en forma lenta y dolorosa – dijo mientras ellos sonreían – Seré el más orgulloso de los abuelos – les aseguró y en ese momento se llevaron la primera sorpresa con el pequeño Elijah
  • Abelo – dijo causando la mencionada sorpresa

Pero además de la sorpresa, Iván estaba sumamente emocionado. Una vez superado lo anterior, les aseguró que no era tan insólito, porque por lo que habían estado haciendo con él, el niño tenía la edad aproximada de Brendan y ya él decía algunas palabras.

Después de un rato más, tuvo que hacer otro esfuerzo para dejarlos, pero debía ir a reunirse con los miembros del Consejo. Le dio un beso en la frente a Elijah como siempre lo había hecho con su madre, y otro a ésta, abrazó a Mael y se marchó.

Cuando Iván llegó a la Sala del Consejo ya estaban allí los demás, pero sintió un enorme dolor en el corazón al ver las sillas de Eve y Vlad vacías. Aquella desquiciada guerra se había llevado a demasiados seres amados y nada llenaría aquel enorme vacío.

  • Los he reunido, porque con todo lo sucedido, aquello que nos vimos obligados a postergar debemos llevarlo a cabo ahora – comenzó Eowaz – Aún no hay ninguna prueba concluyente que nos indique cómo están los Douglas, pero espero que estén en condiciones de ocupar sus lugares de nuevo. Sin embargo, y, aun así, seguimos siendo demasiado pocos, de modo que debemos proceder al nombramiento de los nuevos miembros del Consejo – hizo una pausa y los miró – Seguimos estando de acuerdo con respecto a quiénes serán ¿no? – y todos asintieron – Bien, si es así entonces creo que lo mejor es llamarlos de inmediato, aunque la ceremonia la llevaremos a cabo una vez que todo vuelva a la normalidad. Por otra parte, debido a los eventos recientes se imponen algunos ascensos dentro de la Orden, de modo que me gustaría contar con la opinión de los nuevos miembros del Consejo Arzhaelí para determinar éstos.
  • Señor, por supuesto estoy de acuerdo, pero hay un caso en particular que me gustaría discutir ahora – dijo Delos
  • ¿El de quién?
  • Jonathan McKenzie. Sé que alcanzó el grado de Arzhaelí hace relativamente poco tiempo, pero no sería la primera vez que esto sucede y creo con la mayor honestidad que a pesar de ser hechura de los Cornwall, el chico no solo ha demostrado un valor y una lealtad superiores, sino que posee una capacidad de discernimiento y ecuanimidad en situaciones sumamente comprometidas, mayor de la que habría cabido esperar en alguien que todos habíamos conocido como muy impulsivo. Aparte de que su participación en todos los eventos de los dos últimos años ha sido enormemente destacada, por decir lo menos. De modo que, en mi humilde opinión, debería ser considerado para formar parte de este Consejo.




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