Giulian llevaba varias semanas intentando olvidar todo lo sucedido, pero había fracasado lastimosamente. Inicialmente había intentado convencerse de que todo aquello había sido un gran error motivado al tiempo que llevaba solo, después de todo él no se había caracterizado por ser un santo precisamente, pero con todo lo ocurrido, las chicas habían sido excluidas de su lista de prioridades, de modo que se dedicó a salir todas las noches, pero el remedio había resultado peor que la enfermedad. Cada vez que veía una cabellera negra corría hacia ella aun sabiendo que no vería el rostro que esperaba. Ninguna era Sam y ninguna despertaba el suficiente interés como para pasar de una corta conversación de la que intentaba salir lo más a prisa posible. De modo que finalmente tuvo que rendirse ante la evidencia, se había enamorado como un desgraciado de su ahijada y ni siquiera se había dado cuenta de cómo sucedía.
A partir de entonces comenzó una intensa lucha consigo mismo, y si bien no había conseguido su objetivo que era olvidar, al menos había sedado un tanto su dolor, pero eso fue hasta que le llegó la fatídica carta de Amy.
Querido hermano:
Llevas mucho tiempo fuera, te echamos de menos. Aunque falta tiempo, esperamos que para tu cumpleaños estés en casa. Además, estamos seguros que te gustaría conocer al novio de Samantha, es…
Pero él no se había enterado de nada más, se había quedado anclado en la frase… “el novio de Samantha…” El mundo se derrumbó a su alrededor y la escasa paz mental que con tanto esfuerzo había logrado conseguir se fue al traste. Fue como echar sal en una herida abierta. La sola idea de imaginarla en otros brazos, o de que otro hombre besara sus labios, lo hacía sentir enfermo. No había nada qué hacer, ella se había metido bajo su piel, se había colado en su sangre y se había clavado en su corazón que aún seguía sangrante.
Enloqueció, tenía verdaderos deseos de matar y sabía muy bien a quién. Pasó días bebiendo hasta que su cuerpo no resistió más, y en un pequeño momento de lucidez llamó a Willow. Gracias a los cuidados del Nisser logró sobrevivir. Cuando despertó y se miró al espejo, no reconoció al extraño que le devolvía la mirada. Sus ojos estaban vacíos y sin vida, necesitaba hablar con alguien, pero ¿con quién? Sin embargo, su mente le dio la respuesta de forma casi inmediata y envió el mensaje. Una hora después estaba en un local del centro comercial.
Aderyn había pensado decirle una serie de palabras fuertes apenas lo viese, pero al ver al hombre consumido que tenía frente a sí, solo pudo abrazarlo.
La arrastró hacia un café en algún lugar del mundo firbolg y Aderyn se quedó observándolo durante algunos minutos. Estaba ojeroso, había perdido peso y la tristeza se le salía por cada centímetro de la piel. Después que el mesero les sirvió, ella se decidió a hablar.
Giulian se quedó helado, pero si tenía que responder con honestidad, debía decir que no, porque había tenido en sus brazos a una mujer a la que había besado con pasión y que había respondido de igual manera, de modo que Samantha era una mujer en todos los sentidos.
Él la miró con incredulidad preguntándose cómo podía ella reducir a tan poco todo lo complicado del asunto.
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Editado: 19.10.2022