Siguiendo la tradición Douglas, Danny y Di habían engendrado un varón, algo que no extrañó a nadie y el chico era tan Douglas como el que más. Tenía los cabellos negros, los ojos violeta, y al tercer día Di estaba amenazando con amarrarlo a la cuna.
Danny se había pasado la primera noche contemplando a aquella maravilla que aun no podía creer que fuese su hijo. Cuando Dan entró a la habitación la noche del segundo día y luego de que ya los ánimos estaban calmados en cuanto a la salud de Diandra, se había acercado a la cuna y después de contemplar durante breves segundos al bebé, había mirado a su hijo.
Dan alzó al bebé y lo contempló durante un buen rato hasta que el chico abrió los ojos y estiró la manito.
Gail se partía de risa y Diandra abrió los ojos sobresaltada mientras Aderyn miraba mal a aquellos payasos.
Dan perdió la paciencia y colocó al bebe en brazos de Gail y se volvió a Danny.
Dan miró a Danny aun con ganas de asestarle por necio, pero finalmente lo dejó en paz y se dedicó a jugar otro rato con su nieto.
Los días siguientes habían sido un tanto complicados. El día del cumpleaños de los gemelos, Anne había insistido en que Diandra y Danny se fuesen a casa con ellos, de modo que, para evitar problemas, los chicos decidieron que volverían a su propia casa. Ni Amy ni Anne estaban muy contentas con el asunto, pero Peter siendo el hábil político que era, admiró la forma en que ellos se habían salido del compromiso. Sin embargo, Aderyn y Gail tomaron la misma decisión lo que no contribuyó a mejorar el ánimo de Anne.
Para navidad se reunieron en Averdeen, ese día Brendan y Elijah estaban muy emocionados abriendo paquetes desde muy temprano, pero Sam y Amy casi descabezan a Dan y a Giulian cuando los niños abrieron una sospechosa caja que resultó ser portadora de unas mini Glides. Pero mientras ellas peleaban con sus respectivas parejas, los chicos habían ayudado a los niños a subirse a ellas y con sorprendente agilidad ambos emprendieron un veloz vuelo que terminó con Brendan derribando a un desprevenido Iván, y Mael lanzándose desde la escalera para sostener a su hijo que había estado a punto de colisionar contra la pared.
Danny, Gail, Iván y Sam tuvieron un momento de tristeza al recordar el día que Gail había estado volando dentro de la casa con su primera Glide, y Eve lo había reñido por ello.
Un par de días después de navidad, tuvo lugar la última reunión del Consejo por ese año. Luego de tratar algunos puntos importantes, Eowaz planteó algo que luego de analizar la situación, había concluido que era lo mejor.
- Mael, he revisado tus notas y con mayor detenimiento aun los informes tanto de los profesores de tus asignaturas teóricas, como el de los instructores, y he llegado a la conclusión de que ya no necesitas seguir asistiendo al Instituto – le dijo
- ¿Perdón?
- Todos los profesores coinciden en que superas el nivel del alumnado. En cuanto a las prácticas de campo, es algo que al igual que todos nosotros, podrás continuar aquí en Arx
Durante unos minutos Mael no supo qué decir. Era cierto que durante los últimos meses se había esforzado más de lo usual en sus estudios con el único fin de no pensar, pero no imaginó que eso redundaría en una decisión como aquella. Aparte de que, en su opinión, eran muchas las cosas que le faltaban por aprender.
Pero ciertamente eso era lo que lo preocupaba, no tener en que ocupar su mente, porque sin ello resultaba una tortura el pensar en Sam. Sin embargo, y no estándole permitido oponerse a una decisión de Eowaz, no le quedó más remedio que aceptar.
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Editado: 19.10.2022