Mael entró a la habitación de su hijo y el niño sonrió dejando a un lado el libro que estaba leyendo.
Mael estaba positivamente seguro que al menos en el caso de los gemelos era simplemente imposible que accediesen a conceder ninguna clase de paz a nadie, pero sabiendo también que su hijo conseguía lo que parecía no estar al alcance de nadie más, no discutió el asunto, y, en cualquier caso, aquello lo beneficiaba, porque quería hablar con él.
Elijah percibió la incomodidad de su padre, y aunque en un principio se había preocupado, al escucharlo, una sonrisa maligna se dibujó en sus labios.
Elijah había dejado de escuchar a Mael, porque se trasladó inmediatamente a los últimos días de clase cuando se había estado sintiendo tan mal y preocupado por Lizzy debido a su relación con Alcarin. Sin embargo, desechó eso con rapidez, porque era verdad que estaba preocupado, pero porque ella no sufriese y estaba seguro que eso no lo había hecho notar que sus sentimientos por Lizzy hubiesen variado o que fuesen otra cosa que lo que siempre habían sido, de modo que su padre seguía estando equivocado.
Mael consideró mejor dejar las cosas así, porque le había quedado claro que al menos de momento, Elijah no se interesaba por nadie. Sin embargo, requería de muchas respuestas, porque no había olvidado el comportamiento de los lobos. Él sabía que cuando una manada de lobos atacaba, lo hacía en torno a su líder natural, y si bien no se ocupaba del mismo debido a que se suponía que éste era perfectamente capaz de defenderse, su instinto les obligaba a proteger a la hembra y a las crías del Alfa si las hubiese. No obstante, aquí había algo muy mal, porque si Elijah no albergaba sentimiento alguno, o el menos no de la naturaleza requerida para que esto sucediese, entonces… ¿por qué? El día en cuestión, Mael se había sentido momentáneamente confundido, porque le había parecido que los lobos protegían tanto a Lizzy como a Arianell, pero luego cuando lo analizó con un poco más de calma, e incluso ingresó al Rum Tyd con la finalidad de verlo desde todas las perspectivas posibles, dio por hecho que a quien protegían en realidad era a Elizabeth, y que si él había pensado que era a ambas, había sido porque Lizzy había estado muy cerca de su hermana evitando que los Uzkys llegasen hasta ella, de modo que una vez aclarado esto, le resultó sencillo concluir que su hijo definitivamente sentía más de lo que había dicho o incluso de lo que él mismo hubiese notado y de allí su decisión de hablar con él.
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Editado: 24.05.2023