Deteniéndose en donde estaban, la ciudad estaba a la vista, pero se decidió no atacar todavía. Actualmente el cielo estaba tarde, dentro de unas horas anochecería.
En estas dos semanas nunca se detuvieron sea de día o noche siguieron caminando. Apenas llegando ahora cerca de la ciudad, es que se pusieron a descansar.
Actualmente dentro de la ciudad había un ejército de 3,000 soldados humanos, pareciendo una victoria fácil, pero con las armas que los humanos cargan tomar la ciudad no sería fácil.
Ya era de noche, en este momento todos los soldados estaban descansando. Solo algunos estaban en guardia.
Comenzando a avanzar los centauros en primera fila. En su lomo llevaban a los morfes de distintos tipos. Al igual que los enanos, desde atrás venia los ogros, junto con los elfos.
Pronto entraron a la ciudad, notando el ataque los pocos soldados en guardia, comenzaron a disparar. Al escuchar los disparos los demás se levantaron rápidamente, sin tiempo para a acomodarse, pronto los soldados tomaron sus armas.
Pronto una carnicería comenzó, los humanos que no podían usar magia y dependían se sus armas fueron despedazados. Que al tener el factor sorpresa ayudo a derrotar más fácil a los humanos.
Estando todo oscuro, y añadiendo que los del continente Kasai no usaban la electricidad, eso ayudo las razas a matar a los soldados.
Otros capturados y comidos por los ogros, los elfos, escalaron las murallas, desde la parte de arriba de las casas empezaron a dispararles flechas.
Al ver esto, los soldados decidieron retirarse, no podían ganar esta lucha, dando la orden el comandante, se inició la retirada en medio de la noche. Todos salieron corriendo.
Viendo esto los elfos empezaron a matar a la mayor cantidad de soldados humanos que pudieran.
Al ver que estaban rodeados, no tuvieron otra que comenzar a pelear a muerte. En medio de esta lucha un humano mataba humanos, corriendo con una espada, les cortaba la cabeza a otros les cortaba la mano para luego córtales de abajo hacia arriba.
Corriendo sin parar, pronto llego a una mansión, este lugar era del anterior gobernante de la ciudad.
En este lugar varios disparos estaban ocurriendo, impidiendo la entrada al lugar, los soldados no parecían detenerse. Al ver esto, se detuvo un momento a ver el lugar, empezó a caminar entre los disparos, ninguno le hiso daño. Como si fuera un escudo humano, paso entre de los disparos.
Viendo esto los soldados tiraban granadas al hombre que tenían enfrente. Aun así no recibió ningún daño.
Una vez adentro varios soldados le empezaron a disparar, sin perder tiempo el hombre corrió a una velocidad rápida, golpeando con su espada, haciendo que varias cabezas cayeran al suelo.
Algunos soldados en el uso del mana, pudieron verlo, pero no pudieron luchar con él, rápidamente él les cortaba una mano, en sus gritos el aprovechaba y les cortaba la cabeza.
Pronto el lugar quedo en silencio, algunos viendo lo que no podían matarlo decidieron huir.
De pronto, un mana algo denso comenzó a bajar de las escaleras. Era un soldado con un logo en su camisa, era un sargento - Vaya, eliminaste a todos mis hombres – dijo despectivamente el sargento - Sí que eres feo, bueno los cortes te hacen ver feo – dijo burlonamente el sargento - Que no hablas, acaso eres mudo
Sin decir nada, el hombre se acercó al cuarto donde cayó el sargento. Pronto el lugar donde estaban se llenó de silencio. Dejaron de hablar, viéndose a los ojos, el lugar estaba mortalmente silencioso. Ninguno de los dos se movía, en cualquier momento en cuanto algunos de los dos se mueva, uno de los dos morirá.
Sintiendo como si pasaran minutos, el hombre se lanzó al que era un sargento.
Había escuchado una vez que si sabias usar el mana, podías hacerte un lugar en el ejército, los más fuerte eran los sargentos de ahí seguían los comandantes, estos últimos habían aprendido fortalecimiento y eran los mejores en usarlos.
Se decía que una personas normal que usa mana, tarda aproximadamente en forjar su cuerpo con mana un año, los genios tardan un mes.
Entonces que era este hombre.
Y en unos cuantos pasos, sin saber lo que había pasado el comandante, perdió su brazo. Asombrado por esto, el sargento no perdió tiempo, tirando un golpe con todo mana en su puño a la cara de este hombre. Un golpe normal sacaría sangre, un golpe con mana te destrozaría la cara completamente. Rápidamente este tomo su mano, desviando el golpe, el comandante recibió un golpe en la mandíbula, haciendo que se tambalee, sin desperdiciar esta oportunidad, el hombre lo tiro al suelo, donde con su pie, le aplasto la cabeza con fuerza.
Así la lucha había acabado.
Pronto la ciudad había sido tomada, y los humanos habían muerto.