Delivery Love | 11

Era increíble todo lo que le estaba pasando. No podía estarle sucediendo eso, ¿verdad? Sus padres lo estaban entregando ante un desconocido. ¿Por qué le tenía que suceder a él?

Sin embargo, eso no era lo que tanto le molestaba a Sanha.

¿Cómo podía aquel sujeto fingir ser amable ante sus padres cuando tenía una horrible personalidad?

El conocía al verdadero Eunwoo, lo ególatra y tirano que era. Sí que quería hundirlo solo por su ridículo auto, aunque no podía negarlo. Había sido culpa suya chocar semejante auto costoso, atándolo a una deuda.

─ Entonces mañana vendré a buscar sus cosas, no les molesta, ¿verdad? ─le miró con las ollas que su madre dejó a medio sacar del fuego, ahí estaba la maldita sonrisa que cubría su malicia.

─ No, para nada.

Y sus padres era tan incrédulos para no verlo. Demonios, había sido vendido y obsequiado con moño y todo.

─ Saniboo ─llamó su padre. Salió dejando la olla en una mesita y con su cucharon en mano─ Despídete del joven que ya se va.

─ No quiero ─le respondió a su padre y lamentó hacerlo, jamás le había respondido de esa forma. Le miró notando el rostro fruncido de su padre─ Lo sie...

─ No se preocupe ─le cortó el pelinegro mirándole─ Así es él conmigo. Aunque a veces un poco de afecto por tu hyung no estaría mal Sanha.

"¿Afecto a ese? ¡Ni hablar! Idiota"

Pensó mirándole. El muchacho se despidió de su familia amablemente. Cómo si él no supiera como era en verdad.

Eunwoo quiso pagar el Kimchi que al rato su padre negó. Se despidió y tras mirarle unos segundos le habló.

─ Oh, Saniboo tengo unas copias en mi auto ─dijo el mayor con una sonrisa maliciosa.

Definitivamente lo estaba molestando. Ese tirano no tenía porque hablarle de aquel modo. Le frustraba escuchar de sus labios aquel sobrenombre familiar.

"Me vuelve a decir Saniboo y lo ma..."

─ ¿Me acompañas a recogerlas para que te las entregue? ─Eunwoo le propuso con una sonrisa, interrumpiendo sus maldiciones internas.

Realmente quería negarse a seguirle, pues aquello implicaba que estarían solos afuera. Y seguro Eunwoo dejaría el show de la amabilidad para portarse con él como realmente era. Un completo ególatra mandón.

Sin embargo, no pudo protestar al verse empujado por sus padres. Bufando le siguió, notando como Eunwoo sonreía cínicamente ante su desdicha por las órdenes de sus padres. No podía creerlo, ¡era un mentiroso de primera!

Fuera del restaurant lo vio abrir un auto menos lujoso del que chocó, y adentrarse en este buscando las llaves que le había mencionado a su familia.

Sanha soltó un suspiro mirando el cielo, jugando con sus manos debido a la frustrada situación que estaba viviendo. Cada segundo que pasaba, le desagradaba más aquel muchacho.