- Que has dicho- frunzo el ceño.
-Que te amo, que te amo con todo mi...
-No. Eso no es cierto, esto lo que paso tampoco, tu a mi no me amas Asim- me alejo de el, llevándome conmigo una de las sabanas para tapar mi desnudes- esto no debió haber pasado, y sera la ultima vez que me pongas una mano encima- el se levanta de golpe, importándole muy poco estar desnudo delante de mí, miro al hombre que no hace poco me hizo el amor, me hizo llegar al cielo con sus caricias, pero hay algo que jamas olvidare, y es aquella noche en que lo vi besándose con una mujer, sabiendo que yo era su prometida, eso no evito revolcarse con setenares de mujeres, incluso era conocido como el árabe mujeriego mas guapo de Dubai.
Mientras yo estaba en mi casa, esperando como la mayoría de las comprometidas, el estaba con otras mujeres, no es justo que yo halla tenido que esperar a casarme con el para poder disfrutas de los placeres de tener un novio y estar con él por voluntad propia, en donde pudiese tener una vida normal, sin tener que estar cubriéndome y callando cada vez que los hombres toman la voz.
-Perla...
-Tu ami no me amas Asim, crees que soy tonta, se con cuantas mujeres has estado en el transcurso de los años, se a la perfección que mientas yo tomaban esas absurdas clases de cocina que mi madre pago para que te supiese cocinar a ti, tu estabas con otras mujeres siendo un gilipollas...
-Y que querías que esperara por ti...- se rie, una parte de mi se rompo trato de que las lagrimas no se me derramen por las mejillas, lo miro con odio.
-SOIS UN SIN VERGÜENZA, POR LO MENOS HUBIESE SIDO DISCRETO CON ELLO, PERO NO, ERES UN COMPLETO HIJO DE...
No se que fue lo que paso, pero a los segundos ya estaba en el piso con mi mejilla ardiendo, sierro los ojos con fuerza, no lo miro solo me quedo allí, tomando respiraciones entrecortadas.
-Mucho cuidado como me hablas, eres mi esposa ahora, te debes a mi, me debes respeto y no pienso permitirte que insultes a la mujer que me dio la vida... ME ESTAS ENTENDIENDO- su voz sale ronca, no lo miro solo asiento, me levanto sin mirarlo, y corro asía el baño encerrándome en el.
Lloro por eso, por que jamas creí que me golpearía, y entonces que esperare después que convivamos juntos, también lo ara, también dañara mi corazón como lo ha echo ahora, tengo que ser fuerte por que lo que me espera.
No se cuantas horas he pasado allí, pero unos golpes me sacan del estupor, son golpes suaves pero precisos- Perla, por favor abre quieres... Necesitamos hablar sobre lo de hace unas horas- no respondo, me mantengo allí sentada detrás de la puerta, no pienso salir, no lo quiero ver, no deseo estar allí con el ni respirar su mismo aire- Perla habibti no fue mi intensión golpeart...
-VETE DÉJAME SOLA- grito, mi voz sale entrecortas por que una vez mas me echo a llorar.
-Habibti...
-Vete Asim, ya tuviste lo que querías pues deja..me en paz- digo en voz baja, pero se que escucho.
-Bien. Pero no me iré de aquí hasta que no habrás la puerta- cierro mis ojos, para dormir un poco y olvidar por unos momentos lo sucedido, no pienso reprimirme de nada, este día estará marcado para mi, desde ahora prometo hacer de su vida un infierno, por Allah que así sera.
Salimos del aeropuerto, hemos llegado a Dubai, una camioneta nos pasa recogiendo para llevarnos a la isla ficticia, una hora de camino para llegar allí al hotel Atlantis uno de los hoteles mas caros en la imponente ciudad.
Al llegar nos subimos en un velero que nos cursara para llevarnos al otro ala de la isla donde se encuentra el imponente hotel, todo es hermoso, pero no es algo a la cual me emocione demasiado ahora, ya que a mi lado me acompaña el que ahora es mi marido, hemos viajado en silencio cuando salí esa mañana del baño vestida y arreglada, no le hable, el intento llamar mi atención pero ni siquiera lo mire, solo e mantenido mi mirada neutra desde que salimos de Riad.
Estoy vestida con un conjunto de túnica blanca con bordados de hilillos dorados, junto con un velo y un chandal, ahora estoy casada y como demanda la religion las mujeres deben de estar cubiertas para no mostras su belleza a otros hombres y guardar su hermosura para su marido, absurdo como todo lo que demanda el Islam, pero a pesar de ser lo que soy, crecí en este país y me rijo a las normas, aun que mientras el transcurso del viaje en coche, he visto que aquí muchas mujeres andan como si fueran simples occidentales.
-Tienes hambre, si quieres podemos pedir algo para que lo suban a nuestra suite- no lo miro, soy firme en mi palabra no pienso hablarle ni mirarle, aun que se que cada vez que me habla y no respondo su cabreo se vuelvo emboludo, la recepcionista nos desea unas felices estadía, nos das dos tarjetas platiadas con ella abriremos la habitación que compartiré con Asim, lo único que deseo ahora es recostarme y dormir, ya que la anterior noche lo hice tras una puerta y en el piso con una mala posición, suelto un leve suspiro, cuando entramos al ascensor, el me da pequeñas miradas de reojo, yo solo me mantengo neutral, ante ello.
Cuando salimos del aparato mecánico, nos adentramos en la suite, es enorme con grandes ventanales vista al mar y al hermoso jardín con piscinas y miles de establecimientos para sus clientes.
-Espero que te guste, este hotel es de mi padre es nuevo, lo ha abierto hace tres meses- no le miro solo miro a mi alrededor, para luego dirigirme a la habitación, dejo mi bolso de espalda en uno de los sillones cerca del ventanal de la habitación, y me despojo del velo que cubre mi rostro, y me acuesto en la cama, unos pasos se oyen entrar en la estancia, sierro mis ojos, ignorándolo como lo e hecho todo el día.
-Perla... Perla tenemos que hablar, ya me estoy cansando con todo esto, me has ignorado todo un dia y medio, ahora me vienes con ese orgullo impertinent...
-Hazme un favor y vete, déjame sola Asim- respondo sin abrir mis ojos, escucho como suelta un suspiro pesado.