Asoid

Capítulo 12  - Arribo a la Torre Central

 

Se podía ver como tres cuerpos se dirigían a toda velocidad desde la montaña de los demonios, pasando por Tibesa, esquivando y eliminando bestias elementales cada que se encontraban una – Ya casi no queda tiempo – una voz delicada y preocupada se escuchaba, mientras no dejaba de asombrarse por la fuerza impresionante de su maestro; observaba mientras explosiones, golpes y silbidos del viento acompañaban los movimientos de su Maestro.

 

Demi tenía una habilidad especial que era incrementada exponencialmente gracias a los artefactos de su Maestro, la chica podía recoger los restos de las bestias elementales con solo un pensamiento, claro que para ello tenía que estar en un radio de al menos cinco metros, pero gracias a Senoch que había creado para ella un guante especial que aumentaba su radio de recolección en cientos de metros, Demi podía recoger todo lo que su Maestro dejaba a su paso mientras atravesaban Tibesa.

 

El cansancio en las chicas era notorio, de seguir este ritmo por dos días más podía terminar sin ningún tipo de energía; otra razón de su preocupación era la falta de Tokens para reponer su energía, a medida que iban avanzando tenían que ir consumiendo uno tras otro y ya llevaban el mismo ritmo hacía más de dos semanas – Si seguimos así Demi y yo no podremos seguirte Maestro – el aliento de ambas chicas era pesado, cada paso que daban era como su la gravedad aumentase diez veces su fuerza.

 

Mirando de un lado a otro, siempre atento al peligro y con píldoras explosivas en las manos listas para ser liberadas – Nunca les dije que me acompañaran... – Senoch respondía entre regañadientes – Saben que no estaré aquí por mucho tiempo, su deber era seguir absorbiendo sabiduría en la montaña invertida – seguido del sermón que acababa de darles su Maestro un pequeño destello se asomó delante de sus ojos.

 

Los ojos de ambas chicas brillaban con codicia – Estamos eternamente agradecidas –sin pensarlo dos veces las chicas se trataron la píldora de voluntad creada por Senoch. Ellas sabían de lo asombroso que era el nivel de su Maestro en creación de píldoras y artefacto, algo que nunca habían preciado y que quizás nunca lo harán; justo antes de ingerirla ambas se miraron la una a la otra por reconocer el color rojo en ella y la profunda admiración por el pequeño.

 

Alguien que solo Senoch podía escuchar resoplaba – Te dije que no las dejaras venir con nosotros – decía el anciano mientras giraba sus ojos de un lado a otro – Solo tenías que aumentar el paso... Solo tenemos unos pocos días de holgura para salir de aquí – concluía Noclu mientras montaba el hombro del pequeño como un ave cuál amo.

 

Luego de dos días a toda velocidad gastando recursos a diestra y siniestra Senoch, Demi y Zia arribaron a las faldas de la Torre de pruebas, allí se encontraron con una multitud de almas que intentaban salir de Ronwben.

 

Al ver al pequeño junto a dos chicas hermosas, un grupo de abusones se acercaban para darle la bienvenida a la torre y explicarle el modus operandi que había para entrar.

 

El líder del grupo en tono de burla dijo – Tienes dos opciones pequeño, o nos entregas a estas dos bellezas o nos entregas todos los artefactos que llevas contigo – se podía sentir la codicia en sus ojos, mientras miraba a sus compañeros asintiendo y expresando que había sacado un botín exuberante.

 

Una voz chillante y nasal se escuchaba del segundo al mando del grupo – Entrega todo niño rico... Cómo se te ocurre venir con todos esos artefactos en tu persona mientras reía y gritaba entre carcajadas – Estás pidiendo que te roben a gritos y quién mejor sino nosotros – decía el alma mientras lamía sus labios.

 

Zia y Demi no dejaban de temblar del miedo y la preocupación de Noclu alcanzaba el cielo ida y vuelta – ¿Entonces?... Solo necesito darles mis artefactos y puedo pasar ¿Cierto? – se escuchaba a Senoch preguntar mientras el pavor invadía a sus amigos y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

 

Una risa maquiavélica explotaba en el grupo de abusones –Si, ya danos todo lo que tienes pequeño estúpido... Da gracias que no tomamos a tus compañeras como rehenes – el grupo comenzó a acercarse a Senoch rápidamente para tomar todo en su posición.

 

Las chicas comenzaron a dar pasos hacia atrás mientras temblaban de miedo – No puedo creer que esto esté pasando... El Maestro... El Maestro – decían al unisonó mientras retrocedían.

 

El ente flotante se notaba extremadamente preocupado por la escena que se mostraba antes sus ojos – Esto no es bueno – decía Noclu mientras negaba con su cabeza intangible – Ya es muy tarde... Para ellos – parecía todo un plan perfecto ejecutado por la voluntad de Ella.




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