Narra Agramon
Al llegar a casa, Astartea subió a su habitación, se encontraba destrozada por lo que acababa de suceder en nuestras vidas, me gustaría ir con ella y compartir nuestras lágrimas, pero tengo que dejarlo para otro momento porque ahora tengo una responsabilidad con la cual cumplir.
— Acatriel por favor hazte cargo de los preparativos para la despedida de mi padre — le dije intentando tener un tono de autoridad
— Eso are, déjalo en mis manos — me contesto y después dirigió su mirada hacia las escaleras, sabia en lo que pensaba
— Déjala sola un momento, por ahora no quiere compañía alguna — le dije ya que sabía que no tenía idea de que hacer — mañana estará de mejor humor y podrás verla
Acatriel asintió con la cabeza, acto seguido me fui a la oficina de mi padre junto con Cupai, ambos nos sentamos. No sabía que decir, no tenía la menor idea de cómo ser un líder, aunque tuviera la influencia de mi padre en su trabajo no creo estar hecho para esto, pero no hay opciones ahora.
— Cada líder es diferente, cada uno tiene su forma de ser para guiar a sus seguidores por el camino correcto o incorrecto — dijo de repente Cupai — serás un buen líder, tu padre me lo dijo muchas veces por lo cual no debes de preocuparte por ellos sino por tu territorio y sus habitantes — respiré hondo y comencé hablar
— Gracias por tus palabras Cupai, y bien como nuevo líder se que tengo que crear o modificar las reglas de este territorio lo más rápido posible, pero por ahora tengo otra prioridad — conteste sacando de mi interior aquel líder que tenía dormido, o algo parecido solo sabia que tenia que olvidarme por el momento de mi actitud despreocupada
— Lo comprendo, la reunión de los lideres será dentro de 7 días me imagino será tiempo suficiente para organizar su mente, y hacer todo lo necesario para la despedida de Abaddon y claro calmar a sus habitantes especialmente por la destrucción que esta sucediondo
¿destrucción?, me alarme ante sus palabras, ¿qué es lo que planea? Me enfurecí mis acciones se vieron ligadas a mis sentimientos, solamente con furia de un golpe lo tiré al piso. En ese momento solo pensaba que estaba ahora con Amazarac planeando lo peor para este territorio.
— ¿Qué hiciste? — le pregunte con un grito cuando cayó al suelo
— Solo le hice el favor a tu padre, el me pidió hacerlo — contesto, aun no sabía a qué se refería, me balance hacia el quedando arriba y con mi mano en su cuello
— Dime ahora, que te pidió y si es una mentira para que Amazarac tenga a mi hermana buscare tu verdadero cuerpo y lo are trizas — mis ojos estaban furiosos
— Sé que quieres proteger a tu hermana, pero si explotas de esta forma siempre, no lo conseguirás — apreté un poco la fuerza que ejercía en su cuello, tal vez no sea el original, pero mataría a uno
— Cálmate Agramon, lo que hice solo fue cumplir el ultimo deseo de tu padre de ponerle fin a los portales al mundo humano
Solté inmediatamente su cuello, encontrándome sorprendido por lo que había dicho ¿mi padre le pidió tal cosa?, ¿Por qué?, no lo comprendo, pero algunos de los recursos que tenemos en este mundo se debe a que los obtenemos del mundo humano, si destruye los portales, esto no será posible ahora y además si llegara el caso no podría mandar a Astartea a ocultarse en su mundo natal si es que Amazarac perdiera el control y se negara a cumplir las reglas. Me levante rápidamente, tenía que detenerlo si tengo suerte aun no hace nada de esto, me dirigí rápidamente a la puerta cuando mi mano toco la perilla escuche la mala noticia.
— Ya es tarde, lo único que puedes hacer es apagar el fuego que cause y calmar a tus habitantes
— Hablaremos mas tarde sobre esto — le conteste enojado y rápidamente tome rumbo a los portales
Corría porque tenía la esperanza de que aun existiera uno de ellos, pero sabia que Cupai era listo y cuidadoso si esto fuera posible la posibilidad seria escasa. Salí de casa en ese momento Perisa se encontraba bajando del cielo para decirme preocupada lo que ya sabía, aunque fingí sorpresa porque le prometí a mi padre y a Cupai guardar su secreto, aunque si esto sobrepaso los limites no dudo en que la promesa se romperá.
Al llegar al lugar, efectivamente todo estaba destruido, aquellas puertas que transportaban al mundo humano, las cuales fueron creadas por un demonio muchos años atrás antes de mi nacimiento y el cual se encontraba muerto, estaban ahora destruidas sin poder ser recuperadas, cada puerta se encontraba echa cenizas. Ya no hay nada que hacer, ahora está destruido y mi furia hacia Cupai esta aumentando.
— Nadie vio entrar a nadie líder, se lo aseguramos — dijo uno de los demonios a cargo de vigilar
— Les creo — le conteste, aunque él se veía un poco nervioso
— Estoy dispuesto aceptar mi castigo por esto — contesto algo apenado
— No hay castigo alguno, solamente limpien este lugar, si encuentran algo importante háganmelo saber — se vio impresionado por mi contestación, mire a Perisa — Estoy seguro que los demás quieren ver a Astartea pero no es un buen momento, por favor te pido que te hagas cargo de esto solamente observa que hagan su trabajo
Ella asintió y regrese con Cupai, afortunadamente se encontraba en el mismo lugar en el cual lo deje o ese parece. En el camino a casa reflexione sobre lo que me dijo, aunque no quiero admitirlo tenia razón tengo que aprender a controlarme razón por la cual cuando entube frente a el contuve mis emociones y acciones precipitadas.
— Explícame exactamente porque mi padre te pidió destruir los portales — le dije casi ordenándole
— Fue el deseo de tu padre — me contesto, pero no me convenció
— ¿deseo?, los portales eran una forma de tener algunos recursos del mundo humano, además serian una forma de protegerla — le dije algo molesto
— Era lo mismo que pensaba tu padre, pero la diferencia es que no solo pensaba en su amada hija