Atemporal: encuentro con el pasado.

XII

  En cierto punto entendía la postura de Alexander, no estaba bien lo que hizo, pero, encerrarla en las mazmorras junto a Luciano era una exageración, sentía que había matado a alguien.

 Ambos estaban en el mismo lugar, era apestoso, había olor a de todo un poco, las paredes eran de piedras pegadas entre sí y una enorme y pesada puerta de madera con una pequeña ventana para pasar la comida.

 Fijo la vista en Luciano, se encontraba frente a ella, sentado, tenía los ojos cerrados y los brazos cruzados, no estaba dormido, pero, parecía que ya había pasado por algo parecido para estar tan calmado, ni siquiera ella soportaba ese lugar, y eso no era algo muy común, siempre lograba adaptarse.

 Notó algo en las paredes, llamaba la atención a pesar de la suciedad, gateo hasta colocarse al lado de Luciano, que la miro confundido.

 -¿Qué?.- preguntó mirándola fijamente.

  -Justo detrás de ti.- fue la respuesta de Nuria, mientras pasaba la mano por las piedras sucias, limpiando algo.

 Fue suficiente para que se voltee y siga la línea.

 No era una escritura normal, en realidad, no era un escrito, era un mapa, pero... ¿basado en qué?. Ambos curiosos comenzaron a fijarse en las cuatro paredes que los rodeaba, Nuria comenzó con esa, mientras Luciano con la que estaba en frente.

 Limpiaban, miraban, limpiaban, miraban, era lo único que hacían. Nuria rompió una parte de su vestido para llegar mejor a las escrituras, sus manos estaban tan sucias que en vez de limpiar, volvían a ensuciar.

 Podría decirse que era un descubrimiento casi histórico, toda la pared repleta de mapas, algunas palabras al azar que no entendían, y todo se dirigía a la pared en frente a la puerta.

 Ambos terminaron justo en el medio del lugar, parados uno junto al otro, agitados por todo lo que limpiaron y fregaron, mirando anonadados la enorme cruz en la pared.

 -Está más flojo allí.- dijo Luciano, Nuria lo miro, y fue en un instante, que se encontraron quitando las rocas de la pared.

 Nuria paró un momento, giró, y volvió a mirar la pared, el mapa cobró sentido, se paró, y comenzó a revisar sus recuerdos, todo tenía lógica, y cuando Luciano sacó una piedra en específico se sintió enseguida el aire del exterior y una pequeña luz entró al lugar, Luciano miro por el pequeño agujero, era todo un pasadizo, con algunas antorchas prendidas, lo que le sorprendió.

 -Parece que los vikingos estaban un paso adelante de nosotros.- dijo Nuria.

  Lo que había en las paredes, si mal no estaba y su memoria no fallaba, eran las estrategias que vio en la sala, y que las piedras se puedan quitar para dejar que una persona entre y salga, decía todo, ellos tenían sus estrategias, y sabían las de Alexander, pero... ¿como la descubrieron desde ese lugar?.

 Nuria se acercó a la puerta para preguntar algo, pero como si Luciano le leyera la mente la detuvo.

 -hablan entre ellos, pero no te responderán.- Nuria lo pensó por un momento, y no dijo nada.

 Unos minutos después de seguir procesando preguntas sin respuesta en su cabeza, un guardia la llamó, y no solo a ella.

 Tanto Nuria como Luciano se dirigieron al despacho de Alexander, no sabían si entrar o no, pero el guardia los obligó.

 La cara de Alexander y Mateo se convirtió en un poema al ver a Nuria, sucia, con el vestido desgarrado, y a Luciano igual de sucio.

 Nuria notó enseguida la expresión de ambos, y la no disimulada vena marcada justo en el medio de la frente de Alexander, apuñalando con la mirada a Luciano.

 -¿Qué pasó?.- preguntó Mateo con un tono que trataba de disimular, muy mal, su incomodidad.

 -La pared de la mazmorra estaba escrita entera, con las estrategias que usaron ustedes, a demás que se podía entrar y salir de ahí.- Alexander la miro confundido.-si sacabas las piedras de una pared, entraba luz.-

-Había un pasadizo.- dijo por fin Luciano.

 Mateo y  Alexander se miraron, los miraron, Nuria y Luciano se miraron, parecía una competencia de miradas para aumentar el suspenso del momento.

 -Nuria, ¿que quieres decir?.- preguntó el viejo parándose.

 -Había alguien que pasaba la información a sus enemigos.- dijo entrando en duda debido a las miradas, que pronto se dirigieron a Luciano.

 -¡TÚ!.- grito Alexander consumido por la furia, se levantó de su silla y se dirigió directo a matar a Luciano.

 -Estaba en la celda de al lado, no fui yo.- dijo esquivando el golpe a su cara  y luego tratando de esquivar los otros.

 Ambos comenzaron una pelea, literal, de gigantes, Nuria fue para el lado de Mateo, mirando atentamente, no los iba a separar, la mano de ellos era más grande que su cara, no se quería ni imaginar uno de sus golpes.

 Notó enseguida que lo que hacía Luciano era esquivar, mientras Alexander tiraba golpes predecibles, seguro porque estaba cegado por la ira, todavía seguía siendo una incógnita el odio de esos dos.



#32713 en Otros
#2218 en Novela histórica
#5272 en Ciencia ficción

En el texto hay: historia, dimensiones, cuantico

Editado: 31.03.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.