46. La Caja de Pandora

En ese momento Deyna se agacho y empezó a desprender arenilla por la pequeña abertura entre en piso y la pared, esto era para desmayar y bloquear las ánimas de los niños perdidos. Una vez hecho esto, se abrió la habitación y Mercurio y Venus se encargaron de realizar un portal para enviar a todos los sueños y los nuevos prisioneros a Rem. 

Serían acompañados por todos con excepción de Igna y Deyna, que se quedarían a tratar de sacar el sueño de Gema de la caja de cristal. Una vez que estuvieron solos recién Deyna notó que Jose Miguel también se hallaba muerto. Se le acercó con ánimo de revisar que no estuviera fingiendo.

— Está muerto — aclaró Ignacio.

— ¿quién lo mataría? — preguntó Deyna con cierta pena en la voz.

— Fui yo... nunca antes había matado a alguien, la verdad no quiero hablar de esto, él era mi amigo, y lo maté

Ella no supo que responder, los orbes de arenilla de los muertos se elevaban, notó la culpa en los ojos de Igna, se limitó a cerrar los ojos del difunto José Miguel.

— Yo maté a Ofelia...—se le acercó y lo abrazó susurrándole— tranquilo ¿si? Fue un crimen de guerra y en todas hay bajas.

— Eso es lo que mas me aterra, ¿qué pasará cuando una de esas bajas sea yo o... tu? 

Se quedaron abrazados sen decir ni una palabra, ¿qué  mas podían decir?

— Descuida — dijo Igna finalmente— ahora debemos centrarnos en coo rescatar lo último que queda de mi hermana

— No es lo último Igna, verás que vendrán los demás y aclararán todo esto.

Pensante Deyna trataba de calmar a Igna, pero seamos sinceros el que Gema estaba muerta y que eso quería decir el mensaje era lo mas probable.

Pero luego se le ocurrió algo. 

— Lo último que queda... — decía ella — ¡ES LA ESPERANZA! — gritó obligando a Igna a taparse un oido

— ¿qué?

— Que o es que el sueño de tu hermana tiene que ver con la esperanza o es su última esperanza de vida

— Sigo sin entender

— Mira, "lo último que queda es siempre la esperanza" ¿no?, así es he dicho popular, está en una caja,... lo último que quedó de la caja de Pandora fue la esperanza

En efecto, "La Caja de Pandora" es una gran leyenda, que dice que todos los males del mundo se encontraban en una caja que pertenecía a una mujer que la custodiaba, Pandora, con la condición de nunca la abriese y de hecho, la caja es abierta y todos los males se escapan y se posesionan en cada rincón del universo, solo queda la esperanza, que estaba en el fondo y por eso no pudo salir.

— Nunca le vi el sentido a esa leyenda, ¿Qué rayos haría la esperanza entre todos los males?

— Pues, Nietzsche dijo: "La esperanza es el peor mal, porque prolonga el tormento del hombre" y eso poco importa, recuerda que hablamos de Georg que ama las historias, ese es su acertijo, ahora solo debemos descubrir como abrirla.

Deyna se paró y le lanzó arenilla para destruirla, nada, seguía intacta. Igna la tomó y la arrojó con violencia al suelo, pero la caja parecía burlarse de ellos vilmente. 

— Tal vez— decía Igna — no hay que hacerlo con ira sino... con amabilidad, a lo mejor así se abre.

Ella solo lo miró intrigada y esperó a que Igna se acercara a la caja, respiró profundo y colocó su dedo-ánima encima de ella soltando su arenilla y su otra mano la deposito sobre esta misma, mientras cerraba los ojos.

La caja se deshizo convirtiéndose en fina nieve que parecía azúcar cayendo. Así Deyna pudo acercarse y tomar el orbe, obligándolo a abrirse para ella.

En él Deyna vio como Igna y Gema jugaban todo tipo de juegos de chiquitos, el gran amor que se tenían, y poco a poco observó como se fueron distanciando, pero Gema continuaba soñando con que un día volverían a jugar, tal vez no en el sentido literal de la palabra, pero aún así "jugarían" como antes, volverían a ser unidos.

— ¿qué es lo que ves, su última esperanza de vida? — pregunto Ignacio ansioso.

— No, nada de eso — decía Deyna dejando caer una lágrima por su ojo derecho y una sonrisa triste.

— entonces, ¿¡qué!?

— Esperanza de la buena, no de la que atormenta. Amor veo, amor.

Eso terminó de decir antes de caer desmayada por el gran poder que el orbe poseía.