Después de que Luciana me dejara en claro que tenía que asistir a su fiesta de despedida que se llevaría a cabo al día siguiente se marchó.
Ne pregunté cómo serían las cosas ahora que ella no iba a estar, en realidad tenía planeado ir a visitarla a Delidio y después de que Mar estuviera lista podría irme de aquí definitivamente, aún no podía dejar de pensar en que tal vez fue un error no registrar el diario de la madre de Mar, pero pretendía conseguir más información teniéndola como amiga que como enemiga, así que decidí asumir las consecuencias de mis actos y no contarle a los directivos acerca de la cabaña donde Mar dijo vivir de niña, después podría sacarle toda la información por mí mismo.
Cuando abrí mis ojos el portal ya me había transportado a Delidio.
Me dirigí hacia donde estaba Charles, el estaba usando su tradicional túnica blanca con bordados en las extremidades y sujetada por tela color crema al torso, seguro había estado haciendo un sacrificio. Intercambiamos saludos rápidos y luego comenzó a preguntar.
—Capitán Bennett ¿Alguna información sobre nuestra linda amiga? —Directo al punto, como siempre.
Linda, la palabra con la que Charles se refería a Mar me hizo reprimir una sonrisa.
—Nada fuera de lo normal —comenté—. Aunque me inquieta que tenga una relación tan estrecha con Héctor y Eider Grigori, es decir, las familias Bennett y Grigori están enemistadas y es extraño que Mar se lleve tan bien con personas que se supone que son tan opuestas —señalé.
—Sabes que la chica pudo haber roto esa tendencia, no sería algo fuera de lo normal —respondió.
—Lo sé –confirmé—. Pero creí que querías información acerca de todo.
—Y así es —me sonrió—. Tú solo mantén tus ojos en la muchacha.
—Lo haré.
—Cambiando de tema —me miró directamente—. León quiere hablar sobre el regreso de su primogénita, pero está ocupado en este momento ¿Por qué no te quedas hasta que termine?
Como si tuviera una opción.
—Eso haré —comencé a alejarme—. Con permiso, señor.
Dicho eso me retiré, me dirigí al pasillo donde están todas las habitaciones, ahí sólo vivíamos las personas que nos quedamos sin nuestra familia después de los días oscuros, me aproximé a mi habitación y entré, quería tomar algo de ropa para la fiesta de Luciana, algo de lo que usábamos usualmente para las celebraciones en Delidio, usualmente intentábamos imitar la vestimenta de los dioses. Cuando salí con la ropa en mano, me encontré con Grigori esperando afuera.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunté irritado.
—Creí verte en los pasillos—–se encogió de hombros—. Así que te seguí.
—Que oportuno.
— ¿Mar llegó contigo? —Preguntó, definitivamente él estaba ignorando mi sarcasmo.
—¿Me seguiste hasta aquí sólo para preguntarme acerca de Mar? —Que rayos.
—No quería preguntarte si ella venía contigo para que no pensaran que tengo demasiado interés —explicó—. Pero tampoco la encontré en ningún lado así que pensé en preguntarte de cualquier forma, ¿está Mar por aquí?
—Largo de aquí, Grigori —mi paciencia duraba poco con él, de hecho duraba poco con todo el mundo, pero especialmente con él.
El chico se limitó a encogerse de hombros como dándose cuenta de que Mar no me había acompañado, se dio media vuelta y se marchó como si nada hubiera pasado, yo por mi parte no podía evitar tener la sensación de que ella me estaba ocultando algo realmente importante y estaba dispuesto a hacer lo necesario para persuadirla de que me contara que era, si no me lo contaba, lo averiguaría por la fuerza.
Mar
Al parecer Luciana se tomó la molestia de invitar a todo el instituto a su fiesta de despedida, la noticia era prácticamente una bomba, por lo que sabía. la información oficial decía que Luciana se iba a mudar con sus padres a Italia, pero yo sabía la realidad, Luciana se iría a Delidio a vivir la vida que siempre quiso con su verdadero padre, en particular la idea de ir a la fiesta no me emocionaba mucho y tenía planeado leer hoy el libro que había encontrado en mi antigua casa, pero sabía que no podría escapar a Esmeralda insistiéndome para que fuera, además ahora también tenía a Héctor para que me persuadiera a ir.
Sofía no dejaba de repetir que esta fiesta sería el evento social del año y que teníamos que llevar el atuendo perfecto, después de todo no todos los días la estudiante más popular del instituto se mudaba a otro país, quería que fuéramos juntas a comprar nuestra ropa cuando yo saliera de mi empleo, así que ahí estaba yo llamando a Cámeron para pedirle el día libre, como Luciana también lo había pedido debido a que tenía que arreglar detalles para su fiesta no tardé mucho en convencerlo de que me dejara faltar al entrenamiento.
—No lo sé, me gusta más el verde, combina con tus ojos —me dijo Esmeralda tras haberme medido cientos de vestidos antes.
Tal vez miles.
Sofía y Esmeralda ya habían comprado lo que llevarían, Sofía llevaba unos shorts y una blusa de lentejuelas roja con las zapatillas más altas que yo me habría puesto nunca y Esmeralda había escogido una falda de encaje con una blusa de tirantes, me pregunté cómo se protegerían del frió del otoño con esos atuendos.
— ¿Recuerdan mi vestido azul? Creo que debería ponerme ese —les comenté a las chicas.
— ¿Cómo olvidarlo? Usas ese vestido para todos los eventos, ¡te lo pusiste hace unas semanas para el cumpleaños de Luciana! —Señaló Sofía, parecía alterada.
—Creo que debería usar ese, o cualquier otra cosa que ya tengo, estoy corta de dinero —dije queriéndolas hacer entrar en razón.
A Sofía se le iluminó la cara.
— ¿Cómo no lo pensé? —Dijo esta—. Hace un año mi madre me compró un hermoso vestido negro para la graduación de mi hermana, pero me quedó algo ajustado así que nunca lo usé, apuesto a que a ti te queda perfecto, si es así, es tuyo.
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Editado: 13.07.2022