Atrapada entre voces

Capítulo 19

 

Él tenía su mirada completamente fija en mí.

Me dijo que quería besarme.

Me miró a los ojos por un momento y luego miró mis labios, como esperando a que lo detuviera, pero no lo hice. Aún mirando mis labios comenzó a acercarse lentamente, mi pulso se estaba acelerando a niveles increíbles, podía sentirlo, sentía a Cámeron cerca de mí, su habitual aroma y además el de la loción estaban tan cerca ahora, sentí su respiración sobre mi cara, su aliento contra mi piel era embriagador. 

No podía creerlo, Cámeron estaba por besarme.

Lo vi inclinando su cabeza y me estremecí por completo.

Lentamente cerré mis ojos y sentí como sus labios se posaron en mi mejilla tan delicados como las alas de una mariposa o el toque de un ángel, apenas y lo sentía mientras todo dentro de mi se revolvía de la emoción.

Deslizó sus labios de mi mejilla acortando el camino a los míos, no estaba segura pero sentía que mi corazón podía bombear la suficiente sangre como para hacerlo explotar en ese momento, entreabrí mis labios lenta pero ansiosa, esperando por su beso, sentí como llegaba hasta la comisura de mi boca.

Me moví hacia atrás.

«Cámeron y yo no podemos estar juntos, somos enemigos» Ese pensamiento llegó a mi mente pero no sabía la razón.

¿Está todo bien? Me preguntó telepáticamente.

Asentí. No sabía que había ocasionado mi reacción, pero al parecer a él no le importó, tomo mis mejillas con sus ásperas manos y comenzó a acercarse de nuevo.

Pero yo sentí que alguien nos observaba. Volteé, obligándome a romper el contacto.

—Matías te está buscando —dijo una voz.

Vi a Esmeralda frente a mí, su expresión dejaba ver que no estaba muy contenta.

Me levanté agitada, mi respiración era artificial y no podía entender cómo era que me había afectado tanto, antes de alejarme, me arriesgué a darle una mirada a Cámeron y nuestros ojos se encontraron, él se miraba tan afectado como yo lo estaba, fui yo quien apartó la mirada.

...

Después de la fiesta entré a mi habitación, agitada y cansada, parte de mi quería tirarse en la cama y descansar pero otra parte (la más grande) me decía que ya había esperado lo suficiente y me moría de ganas de ver lo que tenían esas desgastadas paginas para contar. 

Puse seguro a la puerta y luego aseguré las ventanas, no tenía idea de porque lo hacía pero así me sentía más tranquila, saqué el libro del fondo de mi armario y entré al baño de mi habitación también asegurando esa puerta, me recargué en ella y me resbalé hasta quedar sentada en el piso del baño con mi cabeza sobre mis rodillas.

Llevaba el libro envuelto en una manta, lo descubrí de ella y lo puse sobre mis piernas. Estaba demasiado ansiosa y a pesar de haber trabajado y de estar en la fiesta hasta la madrugada me sentía llena de energía, mis manos se abrieron paso entre las paginas por si solas pasando entre ellas rápidamente, mis ojos se deslizaron por las paginas sin detenerse en nada en concreto, yo nunca había visto este libro antes de encontrarlo en mi antigua casa, pero me parecía familiar, las paginas estaban amarillas por el tiempo, escritas a mano con una letra tan perfecta que me hizo sentir abrumada, fue cuando me di cuenta de que esto en realidad era un diario de vida.

El diario estaba escrito por un hombre llamado Oriol, entre tantas cosas el diario narraba una especie de guerra donde Oriol parecía ser una pieza muy importante, en otra sección del diario narraba acerca de plantas medicinales, comestibles y venenosas y otra acerca de especies de animales extraños que decían cosas como la siguiente:

Basilisco:

Era algo nuevo para mí encontrarme con esta criatura, era de un color verde nauseabundo, tenía el cuerpo similar al de un lagarto pero era más grande y se movía mucho más rápido que uno, un animal tan cruel que era enviado desde los infiernos por Alicia. Se encontraba en la zona boscosa del terreno neutral, este animal atacaba un poco para luego irse, lo que en realidad hacía era dejar la enfermedad. La enfermedad del basilisco tarda en incubarse y al principio los efectos de su ataque son casi imperceptibles, comienza con un poco de tos y ojos llorosos, pero poco a poco va empeorando. Tras la muerte de muchos de mis guerreros me di cuenta de que la única cura contra el veneno de este animal era robar sus huevos y luego dárselos de tomar a la persona infectada.

Sonaba a mitología pero lo narraba de manera que parecía real, después de seguir ojeando el diario me encontré con un sobre justo al medio de todas las paginas, el papel del sobre estaba desgastado al igual que las hojas y justo al centro tenía escrito: «Margot», me quedé congelada, ¿qué tan probable era que ese sobre estuviera dirigido a mi?, ya nadie me llamaba así, en realidad mi acta de nacimiento decía que mi nombre era «Mar Blair Thornton» pero después de todo lo que había pasado yo sabía a ciencia cierta que mi verdadero nombre, el que mis padres biológicos me pusieron era Margot y al tocar ese sobre podía sentir una energía especial, como si me hubiera estado esperando desde siempre, como si reconociera mi tacto y quisiera ser abierto por mí.

Con mucho cuidado para no romper el delicado papel abrí el sobre, tomé una profunda respiración antes de sacar la hoja que tenía dentro y bajar la mirada a ella.

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