SAMUEL
-¡Uno!-gritó Dylan extendiendo sus brazos al cielo.
-Tramposo-refunfuñó Samuel dejando caer sus cinco cartas.
-Deja de ser un mal perdedor-dijo Dylan con sorna, mientras recogía los cinco cuarzos del séptimo universo apostados en la partida.
Estaban en el cuarto del conserje, ahí iban todos los días a jugar uno, planear que harían con Colt y Aurora y lamentarse.
-Por cierto…-empezó Samuel con vacilación-Beth y Parker son novios ¿cómo estás con eso?
Dylan fijó su vista en el ángel, apretando los labios.
-Bien-fue lo único que respondió mientras se encogía de hombros.
-¿Bien?-inquirió el ángel confundido.
-Sí, igual, me beso a Parker detrás de la escuela-confesó el demonio soltando una risita maliciosa.
Samuel frunció el ceño. ¿Parker le era infiel a Beth? ¿O tan solo era una fachada del dúo? Con tan solo recordar la mirada y expresión de Aurora, Samuel sabía que algo iba mal.
-Hay algo más en ese noviazgo-declaró Samuel desplegando sus alas y estirándolas.
Dylan extendió una mano al ángel, con un brillo siniestro en sus orbes oscuros.
-¿Qué?-preguntó de manera tensa el ángel.
-Aurora y Parker salieron por un café, ¿no quieres espiarlos?
-¿Para qué?
-Vamos, yo sé que tú quieres saber la verdad detrás del noviazgo, y estoy seguro que Parker se lo dirá a Aurora.
Samuel pensó que era una terrible idea, pero a la vez demasiado atrayente. Colt estaba con unos universitarios en la cafetería a la que partieron los amigos. Tal vez, podría obtener buenos avances.
-Tú ganas-dijo rendido el ángel mientras se tomaba de la mano con el demonio.
El aire cambió, se volvió gélido en cuanto ambas manos se entrelazaron, susurros de los muertos inundaron los oídos de ambos mientras se tele- transportaba hacia la cafetería.