Aurora

COLT

COLT

Colt aún podía recordar aquella noche, en la madrugada de su cumpleaños número quince cañudo despertó  empapado en sudor, con el corazón golpeado dolorosamente sus costillas y una presión en lo más profundo de su alma. Esa sensación de paz, de libertad que sintió en su sueño. Pero nunca en su vida.

Así que sin dudarlo tomo su portátil, y empezó un nuevo capítulo  de su primer libro.

El ángel desplegó sus alas, el viento silbando en sus odios y haciendo de su cabellera un desastre pero eso solo hizo sentir más feliz al ángel Isaac. Empezó a correr, sus mejillas sonrojadas y aquella sonrisa enloquecida; Pronto, dejó de sentir la tierra en sus pies desnudos, ahora solo lo llenaba la sensación de vacío en su estómago. Caía en picada, el viento golpeando con más fuerza a sus mejillas sonrojadas, el canto de los pájaros resonando de forma exquisita en sus oídos y después, la más maravillosa sensación.

Sus alas tomaron fuerza impulsándolo hacia arriba. Una carcajada quiso brotar de sus labios al hacer zigzag entre rocas y montañas, al ver de manera fugaz todo lo que le pertenecía a su Dios, y en la cúspide del cielo, gritó como un ave en libertad. Cantó como la más maravillosa ave, y no le importaba si sonaba desafinado, tan solo quería cantarles a los pájaros, a su Dios, al amor, y a sí mismo. Sin ser consciente de aquel demonio que  lo miraba maravillado desde las sombras.

-¡Ey!-una voz sacó a Colt de su ensoñación.

Una linda rubia de ojos oscuros, enfundada en un vestido hasta los tobillos de color violeta, saludó a Julián con un beso en la mejilla, después tomo asiento en el taburete del frente, mirando fijamente al rubio y moreno.

 -¡Reed!-exclamó Julián con voz cantarina-Te presento a Colt Triunfo.

-¡Hola! ¡Soy Reed Jones!-la rubia dijo con voz suave y tierna.

-Emmm… hola Reed-dijo el rubio en un suave murmullo.

Julián rio al escuchar a Colt.

-No te preocupes,-le dijo Julián a Reed, como si Colt no estuviese allí-es tímido-agregó como si fuera un secreto.

-¡Sigo aquí!

Julián y Reed rieron.

-Tranquilo, pequeño Colt, no te estamos ignorando-Reed dijo y se inclinó sobre la mesa y con sus pequeñas manos pellizco las mejillas de Colt.

Los tres rieron tras unas cuantas bromas mientras bebían sus cafés y comían pequeños pedazos de pastel. Hasta que una voz muy conocida para Colt llegó a su mesa.

-¿Colt?

La cabeza de Colt voló hacia la voz, encontrándose con su prima y un chico.

-¡Aurora!-dijo el muchacho sorprendido-Hola… no te había visto.

-¿Se conocen?-preguntó Julián dándose cuenta del parecido entre ellos.

-Soy su prima-dijo Aurora mirando de forma sospechosa a Reed.

-¿Y tú?-preguntó Reed al chico.

-Soy amigo de Aurora-dijo el chico con una pequeña sonrisa-Soy Parker.

-¡Oh, Parker! ¡Ya te recuerdo!-exclamó Colt.

-¡Oh! En ese caso, coman con nosotros-dijo Reed haciéndose a un lado.

-Gracias…

-Y, ¿cómo te llamas?-preguntó Parker a Reed.

-Reed Jones.

-¿De dónde se conocen?-preguntó Aurora con la mirada fija en Colt.

-De la Uni-respondió Julián por él.

Aurora solo asintió.

Y así, siguieron conversando hasta que una fuerza brisa se sintió en una esquina. Colt encarnó una ceja mientras observaba aquel lugar.

Nada, no había nada.

Y de repente esa misma brisa de como si dos alas fuesen aletadas. Pero unas alas gigantes, la brisa era demasiada fuerte.

Colt sacudió la cabeza y se concentró en la conversación, pero se fijó vagamente que Aurora y Parker miraban esa misma esquina con expresión confundida.

SAMUEL

-¡Mierda!-dijo Dylan caminando al redero de la mesa-¿nos sintieron, verdad?

Samuel asintió con el cabeza, intrigado por la perfecta percepción de Parker, quien miraba de reojo los lugares donde Dylan se movía. Sabía que algo estaba ahí, pero no exactamente quién.

-Parker es un humano bastante especial-comentó Samuel alzando un poco de vuelo. Sus pies apenas rozando el suelo.

-Es mío-gruñó el demonio-no lo olvides.

-¡Eh, calma demonio!,-dijo Samuel con burla-no te quitaré tu juguete  

-Idiota…-murmuró Dylan acercando su rostro al del humano Julián.

Los humanos estaban ajenos a la pequeña discusión que se estaba formando.

Samuel encarnó las cejas al verlo. ¿Qué rayos con Dylan?

-Por los siete universos Dylan, ¿qué haces?-inquirió.

-Tan solo quiero ver qué tan guapo es-dijo el demonio con simpleza.

-¡Por los siete! ¡Eres increíble!, Vienes a espiar a tu juguete y ahora te fijas en otro-le dijo Samuel con exasperación-¿Quién te entiende, Dyl?

-¡Oh, cállate!,-dijo apartando la vista de Julián ¡deberías más bien preocuparte por la relación de Aurora y Colt!

-¡Eso ya lo sé!-gritó-pero… no tengo idea de cómo hacer que se reconozcan. No quiero hacer nada que ofenda a mi Dios

Los ojos de Dylan se  iluminaron con aquel brillo perverso y malicioso de siempre.

Oh, oh, eso solo significaba una cosa: Problemas.

-¿Qué tienes en mente, demonio?-preguntó con algo de temor el ángel.

-Oh, ¿yo?-preguntó fingiendo inocencia-nada, pequeño ángel, solo visitar a un lindo ángel caído… más conocido como Gideon.  

-No, noooo-gimió Samuel-va a intentar matarme-gimoteó.

-¡Cállate!-dijo Dylan dándole un zape en la cabeza-Lo conozco. No lo hará.

-¿Ah, sí?-desafió el ángel con las cejas encarnadas-¿y de dónde lo conoces?

-Pues de unas buenos acostone…-el demonio fue interrumpido por la bofetada que el ángel le dio.

-¿De verdad, Dyl? ¿Te acostabas con él mientras lloras por Parker?-dijo indignado, con las mejillas fuertemente sonrojadas.




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