Sam
-Necesito que la mandes un mensaje a Aurora.-Dije mientras agarraba a un chico por el brazo que parecía bastante más agradable que el borde de Rodrigo y deteniendo su marcha.
-¿Por qué?-Susurró.Por un momento me asusté pensando que no me iba a ayudar y que todo se iría al traste, pero aún así decidí intentarlo. Le di mi mejor sonrisa, a lo que él me miró extrañado.
-Necesito que me consiga algo.
-No creo que ella te ayude.-Dijo dispuesto a marcharse, no parecía tener un buen día, pero necesitaba que me ayudase.
-Oh vamos, si parece tan achuchable que dan ganas de abrazarla.-Dije riéndome yo solo, porque todos los que habíamos hablado con ella sabíamos que no transmitía las vibras que te harían abrazarla, ella llegaba a ser muy fría a veces.
-Es mi amiga.-Yo le miré interrogante.-No vuelvas a ser sarcástico sobre su personalidad. Ahora entendía su actitud parecida a la de ella.
-Veo que se te ha pegado un poco de ella-Él me miró fijamente, y entonces pareció que se ablandó porque me preguntó.
-¿Qué es lo que necesitas?-Saqué el dibujo de mi bolsillo y se lo di, él lo iba a abrir pero le detuve, no quería que nadie más lo viese.
-Eso mejor abrelo cuando estés solo.-Dije y entonces me reí.-Ha sonado muy épico.
-También muy mal.
-Me caes bien.-Dije asintiendo en señal de aprobación.-Dile a Aurora que lea lo que hay escrito. Hay también un lugar de encuentro.-Dije y me volví donde mis compañeros se encontraban.
Estaba Aiden junto a una chica de nuestro asentamiento esperándome para iniciar nuestro camino bajo la luz de la luna.
Tuvimos que esquivar varios animales salvajes como siempre, incluso tuvimos que matar a uno que pensábamos que nos iba a atacar. No me sentía muy orgulloso de ello, era tan solo un animal que vivía sin meterse con nadie. Pero a veces había que tomar decisiones que marcaban la diferencia entre si morías o vivías.
Siempre llevábamos una pistola con nosotros, aunque al ser escasas solo las podemos utilizar en situaciones que sean de extrema necesidad. Como habia sido ahora, sino lo hubiésemos hecho probablemente ese lobo se hubiese comido a Aiden como cena.
Cuando llegamos al asentamiento todo el mundo estaba despierto, cosa que no solía ser lo usual, fruncí el ceño. Un escalofrío me recorrió, algo malo había pasado. Avancé rápidamente donde se encontraba mi habitación, donde mi tía y mi hermana se encontraban. Suspiré aliviado al ver como mi tía la estaba haciendo dos trenzas a mi hermana, a esta la encantaban.
-¿Estais bien?-Pregunté aún así.
-¡Sam!-Exclamó mi hermana, saltando sobre mí y haciendo que la cogiese en brazos aunque ya pesase lo suficiente para que me costase cogerla en brazos. Además no es que yo fuese un musculitos ni nada por el estilo.
A pesar de que sonreí al ver que ellas estaban perfectamente, al mirar a mi tia supe que algo estaba muy mal.
-Sofía se iba a ir a jugar con la vecina un rato.-Dijo mi tía cuando llamaron a la puerta.
-Luego nos vemos Sam.-Dijo saliendo por la puerta y empezando a reirse muy fuerte con una niña de su edad, ella siemopre estaba feliz y no veia todos los problemas que habia a su al rededor. Una parte de mi se alegraba de que aun no fuese consciente de todos los problemas que teniamos encima por vivir en este mundo que nos habia tocado.
-Has estado muy raro estos dias.-Empezó mi tia bastante seria.
-Igual es por que soy raro, tía.-Dije riendome, pero ella solo me miró mas seria todavia si eso era posible.
-Lo digo en serio, Samuel.-Si me llamaba por mi nombre completo, esto no era nada bueno.-¿Sabias lo de Ian?-Me quedé paralizado, ¿como mi tia podia saber lo de Ian? No lo sabiamos muchas personas, solo yo e Ian.
Entonces el entendimiento llego a mi, oh no. No podia haber sido capaz.
-Samuel…
-No se de que estas hablando.
-Te has puesto a la defensiva, tu nunca te has puesto a la defensiva.¿Te das cuenta de que si le has estado ayudando y lo descubren te echaran verdad?
-No le he estado ayudando.
-Eso espero, Samuel.-Dijo mientras se giraba y empezaba a ordenar la parte de la habitación que era de Sofía.-A Ian le desterraran hoy.-Yo trague saliva, intentando que no se me notasen todasd las emociones que estaba guardando dentro mio. Todavía no habiamos encontrado la resistencia, y ellos… ellos no sobrevivirian sin la ayuda de alguien.
-¿Que han descubierto?
-Alguien le vió robando comida de la desopensa. No saben para que, pero yo me lo puedo imaginar no soy tonta, Sam. Y te conozco si sabes que esas chicas estan vivas tu no entregarías a Ian, le ayudarías.-Levanté la mirsada del suelo y miré a mi tía por primera vez desde el principiop de la conversación a los ojos, todo se habia torcido.
-Soy demasiado buena persona.-Intenté bromear.-¿Quien podría vivir sin mi?
-Tienes que ser un poco mas egoista Sam. Tu familia somos nosotras y Leo, piensa en nosotros. Ellas no se arriesgarían tanto popr ti.-Pero eso mi tía no lo sabía, nunca sabriamos si ellas se hubiesen arriegasdo por mi porque no estabamos en esa situación.
Una rabia enorme que nunca habia sentido recorrió todo m cuerpo, haciendome incluso temblar. Sentía el dolor de la traición tan profundamente que no me podía ni mover. Todos conocían al Sam de siempre, bromista y sonriente pero nadie me conocía cuando etsaba dolido y mosqueado. La gente cambiaba cuando estaba dolida.
Me giré dispuesto a salir de la habitación y antes de cerrar la puerta detras de mi escuché como mi tía gritaba mi nombre intentando que no me marchase, que eso solo lo ahria peor sino me tranquilizaba.
Pero no la hice caso.
Llamé a su puerta, golpeandola fuertemente. Mis golpes resonaron por todo el pasillo que en ese momento se encontraba vacío. La puerta se abrío y Leo me miró sorprendido, supongo que porque le estaba mirando como si fuese la peor persona que me habia cruzado en mi vida.