Axiuru-Tomo 1

03-Serenata Nautica

Para cuando cumplió su primer año desde que llegara a la tierra, Axiuru ya era una parte normal de la tribu, hablaba el lenguaje de los indios fluidamente y la gente había dejado de sobresaltarse con su presencia.

 

Lo que más había contribuido a su aceptación fue la epidemia de gripe que surgió a raíz de la larga tormenta, Kua’Kua concibió el recurso de hacer que Axiuru metiera las manos en el agua que beberían para darle la fuerza de vida que había dado a sus capullos de mariposas, sus manos calentaban el agua hasta hervir y luego cuando estaba tibia los indios la bebían, se recuperaron rápidamente y Tolen, más avispado y menos supersticioso, declaro que el agua siempre debía hervirse con fuego para lo que se necesitase, que iba a servir igual, así lo hicieron pero nadie le creyó que el puro calor tuviera que ver con la epidemia superada, eso era cosa de su deidad.

 

Pero Tolen estaba preocupado, él no podía solamente aceptar lo que veía en Axiuru y aunque la quería le resultaba vital entenderla, ante todo saber de qué más era capaz, su charla sobre la mariposa muerta le había dejado pensando, era como una niña con una antorcha, ¿Qué cosas podría hacerle a los demás sin querer?; empezó a vigilarla, a seguirla, como chaman tenía menos responsabilidades que como jefe y a nadie le parecía raro que estuviera todo el tiempo detrás de ella y la acompañara cuando salía a jugar con su nieta, Cholena adoraba a Axiuru como si fuese una hermana mayor, iban a la playa cuando bajaban los pescadores y buscaban conchas junto a la orilla.

 

-¡No se alejen!-les ordeno Tolen- ¡Hablo contigo Axiuru!

 

Era peligroso si una ola las arrastraba pero Axiuru podía respirar bajo el agua, ya había visto en sus ojos el deseo de lanzarse al mar, no iba a dejarla, no era como su poza, allí podía perderse o ser blanco de un tiburón, la naturaleza estaba llena de peligros para quien no estuviera alerta.

Trato de hacer un recuento sobre lo poco que sabía de ella: respiraba bajo el agua, cambiaba de color de acuerdo a sus emociones, afortunadamente el asunto de que estas manipulaban el clima había sido desacreditado, sus palmas producían mucho calor, su boca también era un horno, la explicación racional a como comía rocas era que las derretía y las tragaba como agua, tenía un fino olfato pero no toleraba el aroma a sangre lo cual esperaba Tolen fuera algo bueno; viéndola jugar con Cholena parecía inofensiva pero no dejaba de preocuparse, su nieta era lo que más amaba en el mundo, era toda la familia que le quedaba y no se perdonaría si por un error suyo salía herida.

 

Subieron al malecón, buscaban pececitos en los pozos entre las rocas, cuando encontraban uno Cholena le indicaba a Axiuru su nombre, si era bueno para comer o si era venenoso, como siempre estaba junto a su abuelo y era muy atenta a los que decían “los grandes”, como ella los llamaba, estaba bien informada, Axiuru le prestaba toda la atención del mundo, le gustaba aprender, Tolen y Kua’Kua eran fuentes confiables pero su amiga era mucho más divertida.

 

-No sé cual es este-dijo mirando un pez de colores.

-Llamemos a Tolen.

-Ay no, el abuelo nos hará regresar, déjalo ahí.

-¿Si sabes que solo esta cuidándonos, verdad?

-Yo sé pero se pasa… ¿Por qué no me deja nadar contigo en la poza?

-Porque tú no sabes nadar-rio Axiuru.

-Me puedes enseñar, y a respirar bajo el agua, podríamos buscar peces grandes entonces.

-Yo no sé como hago eso y no creo que las personas pueden.

-Los peces pueden-sonrió ocurrente- ¡Quizás seas un pez!

-Kua’Kua había dicho algo similar-el tema sobre qué cosa se suponía era Axiuru era su favorito porque fantaseaban cuanto quisiera- pero no tengo cara de pez.

-Sera que no encontramos al pez correcto.

-¿Sabes que he pensado últimamente?-se recostó mirando al cielo-creo que puedo volar, que lo que hago en el agua puedo hacerlo allá arriba.

-Pero no tienes alas.

-Hay peces que vuelan, tú me dijiste.

-También tienen alas y lo que hacen es brincar así a lo bestia y planear un rato.

-¿Cómo sabemos que no tengo alas?, yo vi una ardilla planeando y no se noto que las tuviera hasta que se lanzo del árbol, quizás las mías están ocultas.



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En el texto hay: estraterrestres, indigenas, costa rica

Editado: 02.08.2018

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