Tan solo un año y un par de meses después de empezar a salir, Asher y yo decidimos casarnos en una boda completamente privada en Londres, para que mi hermana e Idara pudiesen asistir. El pequeño Ericcsson, al que hace a penas dos semanas que Idara adoptó oficialmente me mira con sus grandes ojos claros, de bebé. Es hermoso, e Ida y él se merecen, ellos se encontraron porque se necesitaban el uno al otro. No puedo imaginar a mi prima sin su pequeño.
– Esto es precioso.- me abraza Marie.- Me alegra verte tan feliz Aura.
Marie y yo no quedamos mirando a nuestras parejas, esto es algo que necesitábamos y merecíamos, después de tanto dolor y tanta pérdida ya era hora de que tuviésemos algo bonito, algo que nos nos fueran a quitar. Era hora de que fuésemos felices, nos lo merecemos.
– Nos merecemos ser felices.
– Lo merecemos.- apoya su cabeza en mi hombro.
– Volvamos con ellos.
Nos sentamos en nuestros lugares, al lado de nuestras parejas, marido y prometido respectivamente. Lo amo demasiado, los amo demasiado. No sé que sería de mi vida sin mis amigos, sin mi familia y sin mi ahora esposo que va a tomar mi apellido en vez de que yo tome el suyo. Sé que Andrew, Lea y él odian el apellido de su padre, y ninguno quiere llevar el de sus madres, así que han decidido que tomaran el apellido de sus parejas cuando se casen. Quiero decir que me sorprendió cuando Asher me lo planteó pero sería mentira, siempre lo supe. Más bien lo intuí.
– Por favor, prestarnos atención.- habla Asher, consiguiendo la atención inmediata de la gente a nuestro alrededor.
Son pocas personas, su familia, la mía y nuestros amigos más cercanos, no más de treinta personas. Nuestra boda fue noticia, o bueno un rumor porque vieron el anillo de compromiso pero nunca hemos ni confirmado ni desmentido nada. No queríamos muchas preguntas, de hecho no queríamos ninguna por lo que hemos ignorado a todo el que nos ha preguntado por la supuesta boda.
– Aura y yo queremos compartir las buenas noticias con todos vosotros.
– ¿Buenas noticias?- me mira mi mejor amiga.
– Estoy embarazada.- río al decirlo.
Hay un grito general, un grito de felicidad. No es para nadie secreto que siempre he querido ser madre, al principio creí que sería con Mario y ahora me alegro de que no fuese así, seguramente sería un padre nefasto ya que sigue negado a creer que abandonó a su hermano y que su apoyo fue Marie y no él.
– Voy a ser abuela.- dice mi madre con lágrimas antes de abrazarme.- ¿Qué apellido va a llevar?
– Trumman.- contesta Asher por mí.- Mi apellido mancharía el nombre del niño.- dice un poco más duro.
– ¿Saben ya si es niño o niña?
– La semana próxima lo sabremos.- le contesto a mi padre.- Pero, ¿importa qué sea?
– No, lo querremos de todas formas.- me sonríe.
– Con esto me siento más viejo de lo que soy.- dice mi abuelo felicitando a Asher y luego a mí.- Felicidades mi niña, serás una madre maravillosa.
– Gracias abuelo.
Recibimos todas las felicitaciones con una sonrisa, hoy es el mejor día de mi vida aunque puede que el nacimiento de mi hijo o hija lo desplace, pero no me importa mucho. Yo solo quiero que este bebé nazca sano, es mi único deseo, que esté sano.
– Seré tita.- la mirada de Marie brilla, ya no con dolor. Ha conseguido sanar, al fin. Todavía siente la pérdida de su hijo pero ha sanado.
– Lo serás.
Asher termina de preparar el patio de nuestra nueva casa, esta tarde tenemos la revelación del género. Nuestras familias y amigos han estado insistiendo meses en saber que será, pero no hemos querido decir nada hasta hoy, en dos días me realizaran una cesárea para que mi parto no sea de riesgo como sería uno natural con mi condición.
Todos los que están invitados, por desgracia Ida no puede venir pero ella si sabe lo que es igual que lo sabe Hilén y ambas han prometido guardar silencio hasta que nosotros lo revelemos. Ambas se emocionaron mucho. Los invitados deben llevar una camisa verde si creen que va a ser niño y una camisa roja si creen que va a ser niña.
Por lo general también los dejaría apostar por el nombre que creen que podría ser si es niño o si es niña pero esos nombres ya están claros. Y también lo revelaremos hoy. Por todo esto nuestros amigos dice que somos crueles, nos lo estamos guardando todo para nosotros pero no queríamos que ocurriese nada, no queremos problemas de ningún tipo.
– La casa está genial.- dice Andrew al entrar con su pareja.
– Hola hermanito, hola Cameron.- saluda mi esposo a los recién llegados.- El bebé tendrá sitio para correr, y bueno el perro también.- dice viendo al perro, ya adulto, que hemos adoptado junto al otro cachorro de pitbull.
Al principio no sabíamos si queríamos más de un perro pero cuando fuimos al sitio para adoptar, nos enamoramos de ambos y decidimos que donde cabe uno siempre caben dos. Además, hay mucho sitio en el patio y aunque ambos son machos, no son territoriales.
Nuestra familia va llegando poco a poco, comen de los diferentes pastelitos de los mismos colores verdes y rojos. Los encargamos en una pastelería bastante cerca de donde vivimos ahora. Y están deliciosos.
Andrew, Krital y Marie van de verde mientras que Jacob, Cameron, Mason, Killian, mis tíos, Lea y aunque no están se que mis padres también van de rojo. Está un poco descompensado.
– Esto está genial.- sonríe Marie.
– Tita, ¿hay más pasteles?
– Si, Asher.- llamo a mi marido.- Dale otro pastel a Stella.
– Claro que sí.- mi esposo toma en brazos a mi sobrina y la lleva hasta la cocina donde están los pasteles.
– Pensé que diría que no, ahora mi hija va a tener energía para tres días.- río al escuchar el comentario de Mason.- Bueno, hoy se lo puedo pasar.
– ¿Cuándo nos van a decir lo que es?
– Cuando lleguen mis padres.