La primera vez que Win vió a Bright,
quedó cautivado,
por su presencia,
por su misterio,
y
por su serenidad.
Cabello despeinado,
rostro sin expresión,
mirada vacía.
Bright desprendía un aura
intimidante.
Y tal vez fue porque Win lo estaba observando mucho,
que éste le regreso la mirada,
observándolo directamente a los ojos.
Y a Win lo recorrió un escalofrío,
aquel chico enigmático
le dio una sensación de
ser azul grisáceo.
Profundo.
Serio.
Frío.