Azul Violeta (cuarto Libro)

XXXVII.- Invitación

Sus mañanas volvieron a ser tranquilas, un joven matrimonio que disfrutaba de sus muestras de amor en diferentes momentos del día. Ryusui se acostumbró a su nuevo trabajo de profesor, no hacía falta decir que extrañaba mucho su trabajo como actor pero tampoco estaba mal un poco de descanso.

Los asuntos que lo traían de cabeza hace unos meses parecían haberse esfumado, nadie los mencionaba y parecía que no habían ocurrido. Ni Christine lo entendía, simplemente no lo entendía, en su cabeza no había lugar para no entender cómo se comportaban las personas; un día fue el ojo del huracán y después una simple brisa.

Ahora ella, volvía a hacer ilustraciones para portadas y algunas pinturas en su tiempo libre. El contrato con Galia Inc. funcionaba a la perfección y trataba de tomar todos los trabajos posibles pero que no la alejaran mucho tiempo de su familia. Ryusui era más cariñoso así que muchas veces pensaba en qué dirección iba caminando.

— Oh recibí un mensaje de Eva...— comento en voz alta. Alejandro se acercó a ver. Solo era una foto. — Vaya, eso no lo vi venir.

— Eva tiene gustos extraños...— y continúo trabajando.

En la foto, Eva usaba un vestido blanco y su esposo era nada más y nada menos que Yamashita. No sabía que eran tan buenos amigos. Solo ha pasado un año desde que él se fue a trabajar para King y no tenía idea que como había surgido su romance pues no conversaban mucho, no negaba que ambos se veían felices.

Alejandro por otro lado se hizo un buen amigo de Katia y continuaron en contacto aun cuando ella regreso a América. Katia amaba viajar y no dejaría que un simple enamoramiento sin sentido, cambiará su camino. En realidad, algo que tenía en su mente desde hace tiempo fue si Alejandro tenía algún romance pero no lo parecía, hasta él se dejaba la barba de candado. Se veía asqueroso pero las demás empleadas decían que era bastante guapo.

— Te llegó una invitación para una fiesta, la fiesta anual de Galia Inc. — dijo Sayako a Christine. — lleva un acompañante.

— No quiero ir

— Ve, capaz y conoces a alguien interesante. — contesto y salió. Sayako estaba lejos de hacer un trabajo excelente como Kathleen pero su desempeño mejoro mucho.

— Pero no quiero ir, no me gustan las fiestas.

— Solo cállate y ve — contesto Alejandro.

En ocasiones, Christine también hacia reseñas y críticas de obras pero eso parecía más un pasatiempo. No lo entendía, ahora que tenía más trabajo, los días le parecían extremadamente largo.

El día llego, Ryusui se sacrificó para acompañarla. Él tampoco era bueno en las reuniones y le dijo que si comenzaban a señalarlo que por favor se fueran. Estaba asustado de dañar la reputación como persona que había adquirido Christine a lo largo de los años. Ella aceptó sus condiciones y fueron al evento.

Al llegar al lugar, se llevaron una grata sorpresa al encontrarse con Derrick y un monto de caras conocidas con las que trabajo Ryusui también a lo largo de los años de su carrera como actor. Derrick estaba entusiasmado que quería presentar a Christine a todos sus conocidos así que pasaron media hora conociendo más personas.

Lo que Ryusui temía era que alguien lo señalara pero no fue el caso. Muchos se acercaron a preguntarle si había algo en lo que pudieran ayudar incluso ofrecieron trabajos pequeños pues la mayoría hacían trabajos independientes. Ryusui agradeció todas las ofertas y las consideraría, desde ese momento en su cabeza estuvo el pensamiento, ¿debería actuar de nuevo?

— Luce feliz, parece un niño...— comento Derrick

— Lo es... es difícil dejar algo que se ha hecho por mucho tiempo... ya es parte de su vida diaria, aunque se esfuerce no puede dejarlo.

— ¿Me lo dice la señorita millonaria? Llevas una vida bastante común para tener mucho dinero a tu disposición. — comento

— Bueno, yo nací sin dinero, es obvio que no sabré en que gastarlo — y rio.

Alguien rio detrás de ellos.

— Oh Señor Cosme. Christine... él es el presidente de Galia Inc., Elias Cosme...— lo presento Derrick — ella es mi amiga y pintora Christine Riels.

— Mucho gusto — dijeron mientras se daban la mano.

— Me parece que mi cuñado le dio problemas hace un tiempo...— comento.

— No se preocupe, no fue nada...— respondió. Incluso ella olvidó el asunto de Tomás. Después de su castigo ya no fue mencionado en la galería.

— ¿De verdad? Él es bueno... ¿estás acompañando al señor Derrick?

— No, vine con mi marido, Derrick vino con Joanna que está charlando con sus amigas. — contesto. Lo habitual. Sabía dónde estaba todo el mundo.

— Joanna...Ah, es la maquillista que vino de la agencia Hoshino — no buscaba aprobación porque tenía razón. — ent...

Se detuvo al ver cómo Ryusui se acercaba a ellos. Caminaba con una elegancia natural que dejaría aturdido a cualquiera como si fuera modelo de pasarela. El señor Cosme lo miro y dentro de su ambición lo primero que pensó fue "debo tenerlo"

— Buenas noches... ¿en qué agencia trabajas actualmente? — le pregunto apenas lo vio llegar. Lo reconoció de inmediato, Ryusui, agencia Hoshino, 30 años aproximadamente, según sus datos, soltero.

— Hola, buenas noches. No trabajo con la agencia pues soy profesor de actuación... — contesto sintiéndose atacado.

— ¿Qué? Ven a mi agencia. Te daré lo que quieras y serás mi mejor inversión. Jamás me equivocó en los negocios. — contesto al momento que levantaba la mano y una mujer joven se cercó rápidamente.




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