Christine tenía entre sus brazos a Ryusui y este no parecía despertar. Lo llevo con mucho cuidado a la cama y lo obligó a acostarse. Nunca lo había visto con la fiebre tan alta en estos años.
— Suegra, yo lo cuidare...— pidió. La señora Kimi accedió y fue a bañar a los niños.
No sabía si era por costumbre o no pero no encendió la televisión, no miro su teléfono, solo estaba a un lado de Ryusui escuchando su lenta respiración.
La mañana hizo su aparición. El chico había descansado bien y al despertar lo primero que vio fue a Christine en pijama. Fue a abrazarla con fuerza. Ella se sonrojo tanto que se quiso soltar. No durmió mucho así que no insistió en moverse.
— ¿Dónde estuviste todo el día? ¡Creí que te habías marchado con los niños!
— ¿Qué? ¿Porque? Siempre revisas el calendario y el refrigerador por si te deje algún mensaje, ¿no lo viste ayer?
— ¿Eh?...— como lo pudo olvidar, no perdía la cabeza solo porque la tenía puesta — lo siento...— y volvió a abrazarla.
Se fueron a desayunar, la señora Kimi se retiró ya que debía volver a su casa. Aún no decía donde vivían pero era un lugar hermoso según ella.
— Hiciste muchas cosas en un día — dijo el después de escuchar que vio a King, Reyik y Alan. Debía poner más atención a lo que anotan en el calendario.
— ¿Que querías decirme? — dijo ella.
— Primero, quería disculparme, incluso si eres mi esposa no debería revisar tu teléfono, ni redes sociales sin no estás allí. No sé porque creí que podrías engañarme. Y lo lamento por pensar de esa manera...estaba alterado.
Christine no sabía que contestarle. Al final de cuentas ni siquiera le importaba si revisaban todas sus SNS pues no había nada extraño allí.
— También pensé en porque conoces tantos hombres...no puedo ni debo ser posesivo pero a mí me parece extraño...sin embargo cuando vi que los niños no estaban, tu no estabas aquí, estaba enloqueciendo, quería llorar y gritar hasta encontrarte ...no sabía que haría si tú no hubieras vuelto...
— Hmmm pues intenté despertarte. En fin...Ryusui en realidad no estaba molesta por qué revisaras mi teléfono, ¿no recuerdas que yo misma lo desbloque para ti? Además...
— ¿Además?
— Si me engañaras primero probarías mis puños y si sobrevives te obligaría a firmar el divorcio...eso sería más sencillo.
Ryusui rio. Cierto, sería más sencillo que solo irse. La abrazo. No había razón para desconfiar de ella. El día anterior que no la encontró en ningún lado por fin entendió lo que ella sintió cuando todo el mundo la abandono y le dio la espalda. No podía permitirle sufrir ese dolor de nuevo.
No quería sentir la soledad, tristeza e impotencia de no tener a un ser amado cerca.
En ese momento su corazón dolía tanto que no sería capaz de soportarlo ni en esta vida ni en la siguiente.
— Los sobres que me entrego Alejandro, ¿qué son?
— ¿Sobres? — Contesto pensativa — ahhh, recuerdas que dije que vino King, ¿cierto? Bueno pues un cliente de Alejandro trabaja como trabajador social en un orfanato. King vino porque quiere adoptar a un niño...
— ¿Qué? ¿Cómo es que no sabía? ¿Y porque no me dijiste?
— No lo sabía y Alejandro me dijo muy a fuerzas que King vendría y el motivo de su visita. Ni siquiera sé porque lo ocultaron — respondió. — pero ahora que lo pienso, quizás era que no querían ilusionarse e ilusionar a sus amigos.
Se levantó para ver lo que estaban haciendo sus hijos.
— ¿Porque no me dijiste que tendríamos otro bebé?
— Porque subiste esa foto sin mi permiso, por eso...— respondió conteniendo la risa
— ¿Te enojaste mucho? — pregunto seriamente.
— No, quizás estoy un poco emocional...la foto debía subirse de cualquier manera, por cada crítica habrá alguien que se alegre por mí, no en vano conocí muchas personas...supongo.
El joven esposo no contesto. Estaba feliz y triste de que haya hecho a su esposa pasar por una situación desagradable. Escucho que tocaron el timbre y Christine fue a abrir.
Joiichiro entro con muchas cajas de provisiones.
— ¿Que está pasando? — pregunto ella
— Hola Christine, ¿has visto las noticias?
— No, hoy no
— Entonces te diré...Ryusui y Darí tiene una relación.
— ¿Qué? — dijeron los dos al unísono
— ¡¿Mi esposo y quién tiene una relación?! — Pregunto Christine enojada — ¿estuve ocupada un día y esto ocurrió?
Joiichiro no sabía que ella aún no estaba al tanto de las noticias.
— Me explicas... ¿cariño? — quiso saber.
Trago saliva. Tampoco sabía que ocurría y miro a Joiichiro tratando se decirle: ¿A ver dime qué está pasando? No pudiste elegir la peor frase posible para arruinar algo que ya había arreglado yo.
Suspiro
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malas decisiones, conflictos matrimoniales, detrás de la fama
Editado: 09.11.2023