Azul Violeta (tercer libro)

XXX.- Para siempre es demasiado tiempo pero no suficiente

Al escuchar los resultados, Ryusui sentía que explotaría en cualquier momento. ¿Cómo había dejado que algo como eso ocurriera? No lo entendía por más que quería explicarlo. Christine no dijo ninguna palabra.

— Ryusui, espero que puedas ser responsable de nuestro hijo así como eres responsable de los hijos de esa cualquiera. No puedo creer que me engañas y mucho menos que me trataras como un juguete — declaro Darí — de mi parte lucharé hasta que te hagas responsable, te veo en la corte.

Darí salió junto a su abogado.

Ryusui comenzó a llorar. Ya no trabajaría hasta el cansancio, no llegaría tarde a casa, daño a su familia de la única manera en que no podía perdonárselo. Sintió unos brazos a su alrededor. No quería levantar la mirada y ver qué Christine aun lo miraba de una manera tan cálida.

— Señorita Riels, ¿de qué manera quiere proceder? — pregunto el abogado

— Quiero que se aleje de mi vista. Aunque no sé exponga su mentira quiero que se aleje de nuestra familia.

— De acuerdo, solicitaré un juicio cerrado. — se despidió. El abogado Kurosu y su asistente siguieron a Yamashita.

Quedaron en silencio solo roto por el llanto de su esposo. Christine había previsto que algo similar ocurriría. Ella seguía sin culpar a Ryusui, creía en él aunque el mundo dijera lo contrario.

Salieron después de una hora. Él no decía ninguna palabra. Al subir al auto ni siquiera la miraba. Ella se sentía sola. Ni siquiera podía iniciar una conversación sin sentirse obligada.

Llegaron a casa después de un viaje en absoluto silencio. Ryusui entro y se dirigió directo a su habitación. Christine se quedó en la sala mientras se calentaba agua para un té. Muchas veces pensó, si llegara tal situación que se supone que haría o si pasaba tal cosa, que debería hacer sin embargo su mente estaba en blanco.

Ryusui se negaba a salir. No lo obligaría a salir ni siquiera para hablar de lo que ocurriría con el "nosotros", ella definitivamente no quería que se convirtiera en un "tú y yo", tenía miedo que el alarde de los sentimientos se convirtiera solo en un recuerdo.

— ¿Ryu? Te traje un té...— y lo puso en la mesa

No esperaba respuesta sin embargo un movimiento rápido se puso frente a ella, de rodillas.

— Lo siento. No sé en qué momento ocurrió o como ocurrió pero no es algo de lo que un hombre deba presumir. ¿Engañar a su esposa? Por favor, ¿en qué clase de hombre me convertí?, no buscaba sexo por placer, solo quería imaginarme vivir contigo... formar una familia y cuidarla...

Ella quería que se detuviera, porque asumir la culpa de algo que no hizo.

— Yo no puedo más. Te hice daño aunque prometí protegerte. No es la clase de compañero que quieras para el resto de tu vida. Perdóname por no cumplir nuestra promesa, perdóname por no respetarte y jugar con los sentimientos que me entregaste... perdóname por no apoyarte, perdóname por todo lo que hice y no me di cuenta...

Christine quería agarrarlo a golpes. ¿Porque tardaba tanto su investigación? Porque no tenían ningún resultado concreto y lo hacía sufrir de esa manera.

— Ryu, no digas eso. Estoy segura que no hiciste nada. Estoy segura. ¿Porque te culpas de algo que no hiciste? ¡Deja de fingir que lo hiciste!

El chico bajo la mirada. Había platicado con un guardia de seguridad. Este le dijo que la supuesta noche vio entrar a una mujer a un camerino lleno de personas. Pero solo eso. No había nada más. No pudo identificarla o distinguirla.

— Ryu, mírame

El chico se negaba.

— Es una orden, mírame. —

Su voz cambio.

— ¿Me vas a castigar? — pregunto aún sin mirarla.

— Si, te condenó a pasar una vida conmigo... no hay peor castigo que ese.

Ryu la miro con lágrimas en los ojos. ¿Porque ella se aferraba a el de esa manera? ¿Qué tenía de especial él para que ella lo acepte aún con tantas contradicciones?

Dolía solo pensar en que se podían separar, los hermosos recuerdos que compartieron no serían olvidados y en lugar de causar alegría eran los causantes de la tristeza que el sentía.

— Duele, entiendes, duele pensar que me puedo separar de ti. ¿Es fácil dudar de lo que siento? Ryu, yo...elegí compartir mi vida contigo, quiero que confíes en mí amor porque es real...— trago saliva, alguna vez los memorizo pero nunca creyó que los recitaría — no estoy cediendo...pero debería recordar que cuando caigas, te levantare; cuando llores, te confortare; cuando rías, compartiré tu gozo; entiende de una buena vez que todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad...

Él escuchaba cada palabra. Ya estaban casados y él volvió a pedirle matrimonio pero no creyó que escucharía sus votos. Hasta este momento dudaba de todo lo que había hecho las últimas semanas pero ahora...ahora...

— Por eso...tu castigo será estar a mi lado cada día por el resto de tu vida y después de ella, el tiempo no será suficiente para redimir las “malas acciones” que cometiste.

Ryu comenzó a llorar a lágrima suelta y moco tendido. Escucharla prometerle amor, eso significaba cuánto lo amaba y porque dudaba de sus sentimientos. Porque dudaba de lo que había entregado, no tenía sentido ni razón. Su familia estaba allí apoyándolo porque su mente le decía lo contrario.




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