Lucy Derkins, esposa de Rey pero estaban separados por acuerdo mutuo; Rey decidió no darle el divorcio porque así ella quedaría protegida bajo el apellido Derkins y recibiría los beneficios que tiene este. Es una mujer de treinta y ocho años, piel trigueña, ojos miel y cabello castaño oscuro. Lucy nació en Italia pero fue educada en Inglaterra, así que tiene ambas nacionalidades.
Conoció a Rey en una fiesta de su mejor amiga cuando era una adolecente y fue amor a primera vista, se escapó con él y terminó embarazada; más tarde tuvo que casarse. Los primeros años fueron los mejores de su vida, pero cuando nació su hija Susie, Rey comenzó a serle infiel y ella decidió separarse.
Esta se encontraba en las llegadas internacionales. En la pantalla decía que el vuelo de Nueva York a Roma ya había aterrizado.
—Tía Lucy —oyó una voz femenina en su espalda. Y vio a una mujer cabello castaño y ondulado; piel morena y de ojos verdes.
Lucy abrió los ojos como platos— ¿Azula? ¿Eres mi niña Azula?
Ésta asintió y ambas se dieron un largo abraso.
—No has cambiado nada tía Lucy
—No puedo decir lo mismo de ti ¡Eres toda una mujer! —Ésta se dirigió a su chofer —Egli porla i bagagli in macchina, dal menú.
—¿Cómo está el idiota de tú padre? —le preguntó Lucy mientras se dirigían al auto.
—Bien, se va a instalar en Londres definitivamente para estar al pendiente de las investigaciones de la Real Sociedad
—Más que la Real Sociedad creo que es por tú madre ¿Crees que se den otra oportunidad?
—Quién sabe —le dijo Azula mientras ingresaba al auto y Lucy hizo lo mismo.
—¿Te gustaría que esos dos estuvieran juntos hija?
—Honestamente me da igual tía Lucy. Ellos pueden hacer lo que quieran, no son ningunos adolecentes
Lucy la miró fijamente —¿Sigues teniendo mala relación con tú padre Azula?
—No, ya no. Estamos bién
—Entonces tienes mala relación con tú madre
—Tampoco, tenemos una muy buena relación de amigas y amo a mi hermano
—Entonces... cuando te miro lo único que miro es tristeza cariño
Azula la miró y se le llenaron los ojos de lágrimas —Mi tristeza se llama "Joy"
***
Joy caminaba por el campus de la universidad de Múnich, con su maleta en la mano izquierda y un mapa de la U en la mano derecha. Estaba buscando los dormitorios universitarios, Joy visualizó un gran edificio y se dirigió hacia él.
Al entrar había un recepcionista.
—Guten Tag —le dijo este.
—Disculpe ¿Habla inglés? —le preguntó Joy
—Así es ¿En qué puedo ayudarlo?
—Estoy buscando los dormitorios
—Estos son los dormitorios masculinos ¿Cuál es su nombre?
—Joy McFly
El hombre teclea el nombre de Joy y sonríe —Efectivamente está registrado, su habitación queda en el cuarto piso, puerta 401. Estas son sus llaves-le dijo mientras se la entregaba.
Joy las tomó —Gracias —y al decir esto se dirigió al ascensor
Joy introdujo su tarjeta y presionó el piso cuatro.
Te felicito eres un hombre muy inteligente y estoy segura que como mi padre, llegarás muy lejos incluso más. Te deseo lo mejor de verdad.
Joy salió del ascensor y visualizó su puerta, introdujo la llave y la abrió.
Joy se quedó congelado en el sitio al ver una cabeza rubia.
<<Eddie...>> pensó.
Él se dio media vuelta y lo miró.
—Hallo —dijo este
Joy sacó todo el aire que estaba conteniendo al percatarse que no era Eddie. Unos ojos azules se posaron en él.
—Sprechen Sie deustsch? —le preguntó el chico.
—no sé lo que dijiste ¿Hablas inglés? —le preguntó Joy mientras entraba a la habitación
—Sí soy londinense
—Oh
—Tú cama es la de ahí —le indicó y Joy colocó su maleta junto a esta y se acostó en la cama.
—¿Eres americano? —preguntó el inglés
—Si
—lo descubrí por tu acento
—Grandioso —le dijo Joy mientras colocaba una mano en sus ojos
—¿Qué estudiarás acá?
—Medicina
—Qué suerte, yo también —el chico se levantó y le tendió la mano —Soy Aaron Lee
Joy vio la mano y con mucho esfuerzo se sentó en la cama y se la recibió —Joy McFly
—Me notificaron que mañana nos darán la inducción general y pasado mañana sólo para medicina
—Entiendo
—Estoy muy emocionado ¿sabes? —Le dijo Aaron volviendo a su cama —no creerás quién nos dará la inducción de medicina —Joy lo miró pero no le dijo nada —uno de los mejores diez médicos del mundo, Rey Derkins
***
Había pasado una semana desde su estadía en Italia. Azula le había contado con lujo de detalles todo lo que había pasado con Joy a su tía Lucy y no omitió la parte en el que el tío Rey se había acostado con la madre de este.
—No me sorprende de él —le había dicho ésta —aunque esa mujer deja mucho que decir
Ahora se encontraba en su primera clase de la maestría. Quería dar todo de sí misma para salir adelante por sus propios medios sin ayuda del apellido Derkins.
Hablaba con su padre y con Azul todos los días y desde que llegó no había hablado con Aidan, salvo por un mensaje de él de "¿Llegaste bién?" y ella le respondió un "Sí" y él con una ":)".
Hace mucho no venía a Roma y se dio cuenta que lucía diferente a como la había dejado.
—Señorita Derkins —la llamó el profesor
Azula lo miró y todos sus compañeros de maestría la observaban. La mayoría eran mucho mayores que ella.
—¿Sí? —le dijo Azula
—Supongo que lo que está pasando allá afuera es mucho mejor que lo que estoy enseñando en mi clase
<<Pues la verdad sí>> hubiese respondido Azula en un pasado.
—Discúlpeme por favor —le dijo ésta
—¿Ve lo que está en el pizarrón?
Azula dirigió su mirada hacia allá. Este mostraba extraños símbolos, los cuales eran triángulos y cuadros con puntos.
<<Lenguaje masón>> pensó.
—Supongo que puede descifrarlo puesto que no ha prestado atención a mi clase —continuó este —¿Cuánto cree que le tomará descifrarlo?