Capítulo 19
Desde que Bonnie dio el sí para ser mi esposa frente al altar ha sido un infierno, si creí que esa era una buena idea me equivoque, obviamente obligarla no fue lo mejor; la desesperación por no retenerla a mi lado pudo más.
Todo empeoro en el momento que decidió ser mi esposa en todos los sentidos posibles, no solo en la cama, sus demostraciones de amor eran un suplicio para mí. Se había encargado de demostrarle a todo el que pudiera que era la mejor esposa del mundo, cada vez que podía pasaba todo el día a mi lado.
Era más fácil aguantar este infernal matrimonio cuando me odiaba en el día y en las noches en medio de la oscuridad se dejaba llevar por el oscuro amor que sentimos el uno por el otro.
La conozco tanto que sé que todo hace parte de su plan para saber todo mi pasado, de alguna manera piensa que llevándome al límite, que agotar mi paciencia me va a hacer explotar.
Y tiene sentido, pero no estoy dispuesto a caer en su trampa, por eso le sigo el juego, si me besa la beso, si me toca la toco, en fin si quiere casarme de mis casillas me la llevo conmigo.
- ¡Maldición Bonnie! - rujo - ¡déjame prender la puta luz!
- ¡No! - se niega como todas las malditas noches, me frustra no poder verla, nunca se niega a estar conmigo, pero no ha habido una sola ocasión en que la haya visto; me meta poder sentirla pero no verla.
- Se supone que no hablamos mientras estamos en esto - continúa, la ira comienza a hacer que me hierva la sangre.
-¿Qué? ¿Estamos en qué?- la cuestiono - ¿Haciendo qué? - se queda en silencio, puedo sentir un suspiro, de desesperación en mi cara
- No seas una niñata habla las cosas como son, mientras estamos teniendo sexo Bonnie - sigo hablando al notar que ella no tiene ni la mínima intención de responderme. - ¡Por Dios! Me estás tocando las malditas pelotas Bonnie. En el día eres una devota esposa que no se me despega un puto segundo, si no supiera que me gane tu odio a pulso hubiera dicho que es real y en las noches me dejas estar en ti, pero no me dejas verte. - le hablo fuerte - sé lo que intentas hacer, no vas a saber nada de lo que no quiero que te enteres, no te interesa saber nada de mí que no sepas ya.
- ¡Quítate de encima! - me empuja - ¡Muévete imbécil! - sale de la cama - ¡me mientes! - se queja - quiero la verdad, siempre me has mentido, me merezco la verdad.
- ¿Cuál verdad? ¿De qué hablas? - la habitación se llena de luz y aparece Bonnie en medio de la habitación envuelta en una bata, en sus ojos puedo leer la frustración y rencor que me tiene.
- No seas tan descarado ¿Como que cuál verdad? Tu maldita verdad, la que te llevó a destruirme - respira, al parecer se siente tan pérdida como yo.
- En ser lo peor que me ha pasado en la vida - cada palabra que sale de su boca está llena dolor - mira hasta donde me has traído - alza la mano y me muestra los anillos en su dedo. - Soy tu maldita esposa Eros y aún más importante soy la mamá de tu hijo, ni así me crees merecedora de nada, de respeto, de la verdad, de las razones de acabar conmigo, de destruir nuestra vida Eros, yo te amaba más que a mí.
Sus ojos están llenos de lágrimas que duele, con cada una de sus palabras no solo sangro ella sino yo también.
- Te puedes callar… - me pongo de pie y buscó en el piso mi ropa interior - controla lo que sale de tu boca, por favor.
- ¿Qué me vas a hacer? - pregunta sarcásticamente - volvemos a las agresiones.
- Nunca te he pegado, no seas injusta- le advierto.
- ¿Injusta? Me ofendes… tú eres el injusto que prefieres que vivamos jugando a hacer castillos de naipes, ha decir la maldita verdad.
La miro unos segundos y no le puedo decir la verdad, sería el fin de todo, hace un par de años creí que tenerla alejada de mí, era la mejor decisión, la desesperación me llevo a acabar con lo más sagrado que tenía mi vida con ella.
Cuando la vi salir de esta casa en medio de la lluvia mi alma se fue con ella, y aunque de alguna manera la tengo de nuevo a mi lado no logro sentir que mi alma regreso a mi cuerpo; aun ella me tiene prisionero, mientras sepa que su odio por mí lo tiene guardado en su corazón seguiré pagando mi condena.
Le pasó por encima y salgo de la habitación directo a la de mi hijo, voy a él buscando paz. Tenerlo a él me alivia.
- Está acabando conmigo, Bonnie me está volviendo loco, Ashton - le confieso - su actitud de esposa me saca de mis casillas - respiro - ayer discutimos y hoy en la mañana estaba como si nada - me quejo - no voy a dejar que me lleve al límite.
- ¿Cómo la detenías en el pasado?
- La hice odiarme - eso fue lo que hice para que se alejara de mí - y por más que me saque de mis casillas, por mi hijo no volveré a tratarla mal, se lo prometí, todavía no he pagado culpas del pasado.
- ¿No es mejor decirle la verdad? Te ahorrarías mucho, no puedes pasar el resto de tus días al lado de ella llena de secretos.
Lo miro como si estuviera diciendo la estupidez más grande del mundo, el pánico por qué salga a luz tanta basura me controla completamente.