Azura Mundo de cristal

Capitulo 6º Tempestad

Es hora de ser valiente y enfrentarse a la naturaleza. Es hora de sentir el agua fresca y de sentirse vivo. Es hora de desafiar a los elementos. Es hora de estar presente.

Pasamos la noche en la cueva, pero ya teníamos que irnos, no podíamos permanecer más tiempo allí, debíamos seguir con la marcha.

Todos estaban cansados, pero todos resistían, imagino que, dentro de ellos mismos, auguraban un futuro mejor, una nueva vida.

En Ekero ya había familias que habían sido sacadas de Drea, y que yo misma desconocía, hasta que Cillian me lo dijo, era un plan que se llevaba a cabo con mucha prudencia, y cautelosamente.

Armadus es un líder cruel, siempre está pendiente de todo, suele ir al instituto todos los días y al cuarto de Fecundación, donde están los bebes genéticos, creados bajo su perfil de perfección, sin dolor, sin amor, sin sentimientos, creados totalmente sanos, sin enfermedades, hechos luchadores fuertes, que a los tres meses de su nacimiento cuando los sacan de los tubos de ensayo gigantes pasan a ser adultos, están bajo su dominio, son perfectos.

En Drea, la vida se comparte con ellos con la única diferencia que ellos viven bien, no les falta de nada, no sufren ni padecen y vigilan a la población, los ciudadanos de Drea les tienen que obedecer a estos seres llamados perfectos, así se les conoce en Drea.

Seguimos caminando sobre las grandes cordilleras, ya no nos quedan alimentos, salvo los hombres del grupo, que cazan algún conejo montañés, alguna cabra montesa o cogen algún pescado en el rio, donde nos abastecemos de agua.

Tenemos los pies con algunas llagas y heridas de tanto caminar, los terrenos son difíciles, y caminamos durante todo el día, menos cuando nos paramos a comer algo y dejamos que descansen los dos niños pequeños

Escalar una montaña es algo muy lejano a ser sencillo. No sólo las exigencias físicas te ponen en jaque, también las mentales. Aprendes a no rendirte, sabes que hay una recompensa más allá que vale la pena el esfuerzo.

La escalada de montaña es mentalmente exigente. Cuando estas allí, es posible que estés cansada, adolorida, deshidratada, hambrienta y simplemente incómoda en general. realizo juegos mentales, como contar mis pasos, mirar hacia las cimas, luego hago una pausa para respirar unas cuantas veces. Esto me ayuda a mantenerme enfocada, y alerta en todo momento.

Llevo un grupo de personas, bajo mi responsabilidad, y quiero que lleguen sanas y salvas, sé que el camino está siendo duro, yo tengo mi fortaleza por el oído que me transmite Armadus, nada me haría más feliz que verle caer, que todo el imperio que ha construido se le caiga encima, estas personas huyen por miedo a todo lo que está ocurriendo, miedo a su poder, a su control, a esa estricta vigilancia, a perder sus hijos, a no tener futuro...

Cada vez son más los seres perfectos que dominan Drea, una ciudad con una nueva generación, creada en laboratorio, para satisfacción de Armadus y gentes del poder.

Las gentes adineradas acuden a Armadus ,a por órganos sanos en Drea, vienen de ciudades de los alrededores, la más cercana Selaon, casi toda su población es gente muy rica, de gran poder, llegan con grandes coches a Drea y todos sabemos, que ese día será el final de algún niño de nuestra ciudad, que va a sacrificar parte de su interior, para otro niño, unos padres que saben que la vida de su hijo será salvada, por el sacrifico de otro niño, pero eso se paga con dinero , y es lo único que tienen ,junto con el poder ,pues carecen de corazón, ni sentimientos.

Camino y esos pensamientos llenan mi mente, eso que he dejado atrás, desolación y sufrimiento, a mi familia, a mis hermanos, una ciudad destrozada, mi alma llora por dentro, pienso en Cillian , que me ha ayudado, ¿qué será de, el? corre un gran riesgo, un gran peligro, si alguien logra averiguar lo que está haciendo, lo va a pagar con su propia vida.

—¡Debemos atarnos, por la cintura y escalar esta zona, pasaremos al otro lado de la montaña, el camino será más recto!

—¡Subiré, yo primero! Desde allí arriba ayudare. ¡Primero los niños y las mujeres!

El herrero es el que dirige al grupo de hombres y toma la iniciativa ante cualquier situación.

—¡Venid pequeños! Os voy a poner una cuerda por la cintura, para poder subir. ¿Vale?

—¡Vale Azura!¿ Pero tú también vienes? ¿Verdad?

—¡Claro, pequeños! Vamos todos, arriba hay unas montañas preciosas, desde donde se puede ver la puesta del sol

—¡Uff ,que miedo! —Con cara de pánico—¡No sé, si podre!

—¡No tenga miedo, señora! Vaya apoyándose y agarrándose a las piedras salientes, arriba está el herrero, es fuerte y estará estirando de la cuerda ¡tranquila, no la dejará caer!

Las mujeres fueron subiendo una a una, luego los hombres yo me quede la penúltima, detrás de mi subió el panadero de Drea, repartía con su furgoneta el pan por las puertas, pero a la llegada del nuevo líder, se le prohibió la venta del pan.

Se había separado hace algunos años, y vivía solo, pues no llegaron a tener hijos, ahora no trabajaba, salvo al campo a coger la fruta de los árboles frutales que gobierna Armadus.

Pero Armadus no paga por hacer esta tarea, solo lo mantenía con su casa y le daba un cesto con fruta, Eran las vecinas las que le repartían comida o le invitaban a su casa a comer con sus familias.

Es un buen hombre y muy conocido en Drea.

Al final ya estábamos todos arriba en la cima de aquella montaña, a más altura que en las demás, no había mucha vegetación, más bien piedras enormes de un rojo calizo, paredes de montañas deformadas, y estrechos caminos de piedras.

—¡Nos podemos asentar aquí, creo que estaremos bien! parece un buen sitio. ¿Que os parece?

—¡Si, parece un buen sitio Azura! Iremos a buscar comida. ¡A ver si hay suerte!

—¡Herrero, podemos hacer dos grupos! ¡Unos a la izquierda y los otros cinco a la derecha! ¿Está bien?




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