Capítulo 17: Malditos problemas.
Andrew en multimedia
—¿Que mierda haces en mi habitación?—Trate de estar calmada pero la ira estaba en todo mi cuerpo, tenía ganas de saltar sobre el y darle siete buenas bofetadas, ¡Que siete! ¡Quince!
—Por favor, Alex, tienes que escucharme.—El se acercó a mi pero yo di un paso atrás alejándome de el.
—Simplemente vete, Andrew.—Dije secamente y me cruce de brazos sin romper el contacto visual, mis labios estaban en una fina línea sin mostrar ninguna emoción.
—Alex, dos minutos, solo dos minutos, es lo único que te pido, dos minutos—Sus ojos me observaban desesperados , juntaba sus manos y movía ligeramente sus dedos nerviosamente.
Saque el celular de mi bolsillo, lo desbloquee y entre a reloj, puse el cronómetro en dos minutos y le di iniciar, le daría dos minutos, solo dos minutos, espero que sepa organizarlos bien porque no le daría ni un segundo más.
—Habla—Puse un pedazo de cabello detrás de mi oreja y le enseñe el cronómetro. El lo observó y comenzó a hablar.
—Alex, yo, yo, lo siento, de verdad lo siento, no supe valorarte, fui un idiota, todo se salió de control, de verdad, no debí de haberlo hecho—Hizo una pausa para tomar su cabello entre sus manos y continuó— tenía la presión de mis padres en el colegio, el entrenador sobre mi todos los recesos diciendo que tenía que ser mejor en los partidos y entrenamientos, necesitaba distraerme—Pasó saliva y me vio a los ojos— Mi primera elección fue el alcohol, y, y, todo se salió de control —Iba a continuar pero lo interrumpí.
—En mi cumpleaños Andrew, en mi maldito cumpleaños, un día después de nuestro puto aniversario de dos años. —Era imposible no notar la rabia a través de mi voz.
—¡Lo se Alex, lo sé! No debí de haberte obligado a... ya sabes—volvió a tragar saliva y continuó—Tampoco debí haberte dicho esas cosas tan hirientes Alex, lo sé, ¡Discúlpame carajo! —Gritó y tomo mis manos, esperando mi respuesta.
Nos quedamos unos segundos en silencio, ninguno decía ni una palabra, lo único que se escuchaba en la habitación eran las respiraciones de cada uno, el agarraba mis manos con un poco de fuerza sin lastimarme, pero yo no hacía lo mismo, simplemente las dejé ahí, viéndolo directo a los ojos, sus ojos azules estaban desesperados, esperando una respuesta con ansias, sin cortar el contacto visual, quite mis manos lentamente y di un paso hacia atrás.
—Los dos minutos han terminado, Andrew—Corté el contacto visual y salí de la habitación, dejándolo ahí.
Baje los escalones y salí de la casa, camine con las manos en mi sudadera hasta un pequeño parque que quedaba cerca de mi casa, respire fuertemente y tratando de sacar todos los pensamientos de mi cabeza seguí caminando hasta llegar y sentarme en un gran y verde árbol.
Demonios, por que toda mi vida tenía que girar al rededor de puros malditos problemas, todo, mi mamá, mi papá, el accidente, mis hermanos, Cole, Connor, Collin, Andrew, Andrea, Emily...todo, todo era un maldito problema.
—Parece que alguien está estresada— Me sobre salté y gire mi cabeza en dirección a la voz se me hablaba.
—Mierda, Jackson, me asustaste—Puse mi mano en mi pecho y el levantó una ceja divertido.
—No era mi intención, guapa—Soltó una pequeña risa y yo rodé los ojos, se sentó junto a mi y suspiro—Buen lugar para pensar.
—Uhm, si, es bueno. —Dije indiferente, no me gustaba que estuvieran tan cerca de mi, ni que estuvieran junto a mi cuando quiero pensar.
—No te molesta que este contigo, ¿O si? —Pregunto y simplemente negué con la cabeza—Bien.
—Dime, Jackson, ¿Que pensamientos rondan en tu cabeza en este momento? —Voltee mi cabeza hacia su dirección para mirarlo, tenía que levantarla un poco debido a que era más alto que yo.
[N/A: aquí ya lo tenía todo completo y se borro, que coraje! ]
El sonrió levemente y retiro su mirada de la mía hasta ponerla sobre una pequeña planeta que se encontraba en sus manos.
—La pregunta sería, ¿Que pensamientos no rondan dentro de la cabeza de un chico de diecinueve años?
—¿Diecinueve? —Sinceramente pensaba que era menor.
—Así es pequeña Alex, tengo diecinueve años, y créeme, que por mi mente rondan más pensamientos que una persona de cuarenta.
—Mentira—Resalte jugando con el pasto debajo de mis pies.
—Es en serio—Continuó — Una persona de cuarenta años ni piensa en nada más que su trabajo, es su única preocupación, y sus hijos, si es que tienen, en cambio nosotros, tenemos que pensar en el el colegio, en la casa, en las amistades, en las universidades, en las becas, en los deportes, en el maldito y estúpido amor, ¿Sabes que es lo peor? Que los adultos no le toman importancia.
—Bueno, tienes razón en eso—Continúe jugando con el pasto hasta que me aburrió, suspire y gire mi cabeza en su dirección, el mordía su labio inferior y veía una chica paseando su perro, al verla detenida mente me di cuenta que era una de mis vecinas, levante una ceja y sonreí burlonamente —Con que acosando a Megan, ¿Eh?
El retiro la mirada y se sonrojó levemente negando rápidamente con la cabeza.
—No, no, yo solo estaba viendo a si perro, está muy bonito, tiene mucho pelo, y es grande, si, muy grande—Rose los ojos y reí levemente, una sonrisa maliciosa se plasmó en mis labios.
—¡Hey, Megan!—Grite el nombre de la chica haciendo que Jackson volteara a verme como si acabara de matar cuatro personas y dos viejitos, la chica solo me sonrió y saludo alegremente con la mano, le devolví el saludo y volví a llamara—¡Ven aquí!
Jaló un poco de la correa para que si perro la siguiera, cruzaron la pequeña calle hasta llegar a nosotros, sus ojos se posaron en Jackson el cual mordía fuertemente su labio y sus ojos miraban nerviosamente el piso, Megan al verlo abrió los labios con sorpresa y retiro la mirada sonrojándose levemente.