Son un cuarto para las doce, tiene que ser rápido.
Rachel también vio problemas.
― ¡Ayuda, me dejo embarazada y si no me caso antes de las doce, me abandonará! Estamos sobrios, va a ser rápido ― grita Rachel viendo a tres parejas cayéndose de borrachos esperando su turno
Todos voltean a verme mal y le hacen espacio para pasar y ser la primera en la fila
― Esta me las pagas Rachel ― digo caminando detrás, detrás de mí los invitados de nuestra boda se ríen
Cinco minutos después un hombre nos casa. Y no, no un Elvis Presley.
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Editado: 02.09.2018