Capítulo 12

AMULETO DE LA SUERTE

A tan solo cinco minutos de que iniciara la partida de póker todos estaban con él Jesús en la boca. Era la final de esa semana. Bruno yacía con una sonrisa en su rostro bronceado imposible de ocultar. Todo había salido bien con Clara, después de su "pequeña charla" había tomado la decisión de darle una según oportunidad, una que Anderson no rechazaría, la joven le había impuesto una condición: se la daría siempre y cuando tuvieran un límite, esto tampoco le hizo desistir. Estaba decidido a no joderlo de nuevo, era una promesa.

—¡Bienvenidos a la final a la primera semana extraescolar! —chilló García de felicidad a través del micrófono—. Admito que se me ha ido volando y es increíble que muchos de los chicos nerds como muchos les llaman sean atrevido a participar. Desde luego también quiero felicitar a los chicos del querido profesor Frank por estar en el primer lugar —una bulla se hizo se presente —Tranquilos, tranquilos. Pasemos a el último juego: Póker, sé que no debería ponerles este tipo de juegos, pero qué más da —rio y siguió con su pequeño discurso.

—¡Demonios! —maldijo Bruno nervioso, tocando sus bolsillos.

—¿Qué pasa? —preguntó Clara tomando el micrófono que estaba en un maletín, sabía que estaba a punto de entrar a escena apenas la llamaran.

—Deje mi cartera en el casillero con el dinero que voy a apostar, no puedo participar si no tengo e dinero —miro al escenario —Tal vez si corro lo suficientemente rápido logre ir a por él y regresar antes de que me nombres.

—Estas de broma, ¿no? Zulema te cortará la cabeza si no llegas a tiempo ¿no ves que se está volviendo loca porque vamos es tercer lugar? —reprendió.

—¿Y de dónde me saco el maldito dinero? —se cruzó de brazos mirándola.

Clara que dio la vuelta y gritó en dirección a Stefan que también estaba colaborando con el staff.

—Stefan —este la miro y le hizo una seña con la cabeza —Mi bulto —el chico asintió entendiendo lo que quería y se la llevó.

—Toma —se lo entregó.

—Gracias —metió su mano y a tientas buscaba su cartera, cuando la encontró la sacó y devolvió el bulto.

—¿Qué haces? —preguntó Anderson, extrañado por sus acciones.

Ella no respondió solo abrió su cartera dejando ver varios billetes de múltiples valores, fácilmente ahí tenía quinientos dólares en efectivo. Sacó tres billetes de cien dólares y se los dio a Bruno.

—Ten.

—No, yo... no puedo aceptar esa cantidad —se vio interrumpido por la voz de profesora llamando a Clara.

—Señorita D'amico, pase, por favor.

—Los aceptaras quieras o no —dicho esto prendió el micrófono y subió al escenario.

Anderson quedó estupefacto con los tres billetes y por los que acababa de ver ¿quién traía quinientos dólares a la universidad con el riesgo de que te roben? Se veía que eso no era preocupante para Clara por la forma en la que le había enseñado su cartera. Escucho como la rubia iba llamando uno por uno a los competidores hasta que llegó su turno de subir, Stefan y Fernando de dieron una última palmada de suerte en la espalda antes de subir.

La joven explicó en qué consistía el juego y sus reglas, mientras que Bruno veía las caras de sus oponentes, el primer chico llamado Jonathan se veía distraído y temeroso, el segundo y más grande de los tres de nombre Alexander se veía más confiado de sí mismo como si diera por hecho que él se llevaría la victoria. Una vez cumplido con lo que tenía que decir Clara bajó del escenario y empezaron con las apuestas las cuales se iría para recaudaciones de fondos para la escuela. El valor más grande lo dio Bruno con el billete de cien dólares, a García le brillaron los ojitos cuando vio ponerlo sobre la mesa. En la primera ronda la ganó Alexander con dos cartas de mismo valor, en menor intentaba hacer algo, pero al final la segunda la ganó Bruno con una escalera y por último la tercera y última ronda fue la más tardada y complicada la para los tres, Jonathan dejó ver su Full, una muy buena jugada, luego Alexander con una sonrisa puso su Póker sobre la mesa y por último Anderson. Todos estaban expectantes a las pantallas que habían colocado para que pudieran ver mejor las cartas sobre las mesas. Con una sonrisa de arrogancia mostró con orgullo sus cartas sobre la mesa para luego decir:

—Escalera Real de color —un bullicio se sembró en la gran aula donde anteriormente se habían dado los otros extraescolares. Los estudiantes del grupo de Zulema saltaban y gritaban de la emoción al igual que la propia mujer que abrazaba a Clara con locura.

Habían logrado llegar al segundo lugar. Los otros dos participantes y equipos se retiraron, sus profesores felicitaron al ganador y también se fueron. No había mucho de qué hablar Bruno había ganado limpiamente, lo tenían claro, solo les quedaba esperar a la siguiente semana.

—Buen trabajo, cielo —felicitó Zulema con un abrazo y evidente felicidad —Ahora esos malditos ya no se burlarán de nosotros —fue lo último que dijo antes de irse con una sonrisa maliciosa.

—Felicidades, novato —Clara se acercó a él seria, pero había algo diferente en su mirada —Sabía que ganarías.

—Fue gracias a ti que lo logre —dijo sincero.

—¿A mí? ¿por qué?

—Porque me diste una segunda oportunidad, eso me animo y... me dio más confianza de lo normal. Eres como mi amuleto de la suerte.

—Ahh, al parecer ya te fueron de chismosos con ese cuento —se giró a ver a sus amigos que estaban a unos metros de ellos.

—Este...sí... nosotros...

—Da igual, aunque no se me note en el rostro me alegra haber sido de ayuda, aunque realmente fuiste tú el que gano, si te hubiese dado o no la oportunidad tú habrías ganado de todas formas. Tu ganaste por tu inteligencia, estrategias y tu forma de jugar. Dedo admitir que fue lo más sorprendente y...

—Hola —una voz femenina acercándose a ellos hizo que Clara dejara de hablar —Bruno Anderson, ¿cierto? —preguntó Hannah quitando a la joven de ojos azules del camino y planteándose frente a él, Bruno asintió en respuesta a su pregunta —Genial, creí que ese par de inútiles me habían dado un mal nombre, por cierto, soy Hannah se acomodó su mechón de cabellos rodando los ojos.