Dorian no asistió a clases por una semana. En esos días, Carlos quiso tener una conversación amigable con él, pero no le permitían acceder al cuarto. Tuvo que desistir en visitarlo en el hospital.
John le sugirió lo siguiente:
-Ya no vayas allá. Tito podría enojarse contigo y los chicos de sexto semestre irán tras de ti.
-Eso no me asusta, John.
-Mejor anda al encuentro con Ronaldo y aprovecha para que te diga todo lo que sepa.
-No tengo esa intención.
-Tómalo como una ventaja para ti, Carlos. Además, ¿él te gusta?
-Me agrada como persona, pero no siento lo mismo por él.
-Pues él se muere por ti. No sé cómo lo tomes ahora por este asunto del asesinato ni lo que harás después con esto, solo debes estar consciente del peligro en el que te sumergirás.
-Por eso tengo muy buenos amigos como tú, John.
-Gracias, Carlos. Eres un buen amigo.
-Igual tú, John. Solo que nadie se da la oportunidad de apreciarte.
-Sí, ya me he dado cuenta. En el colegio tuve el mismo problema. Ahora en la universidad no ha cambiado.
-Todo mejorará por el bien del curso. Ya lo verás.
-Eso me alivia mucho. Por cierto: ¿Irás a esa fiesta?
-No estoy muy seguro. ¿Y tú?
-No lo sé. Si Gabriela va, yo voy.
-Yo creo que ella irá.
-Entonces yo también iré.
-Bien.
Sonó la campana. Carlos tenía que seguir trabajando en su plan.
*****
El viernes-el día de la cita-, Ronaldo y Carlos se encuentran en el parque a las siete de la noche.
-Hola, Carlos.
-Hola, Ronaldo.
-Te ves muy bien.
-Gracias. Tú también.
-Tú eres tan lindo como siempre.
-Oye, no te pongas romántico. Recuerda nuestro acuerdo.
-Lo recuerdo. Pero no seas tan cortante.
-Lo siento. No quisiera que hayan malos entendidos.
-Está bien. Ahora vamos al sitio.
-¡Espera! Antes de irnos a cualquier sitio, quiero saber cómo supiste que tendrían una pelea.
-Eso es más que obvio. Los Merizalde y esos chicos de sexto semestre se declararon la guerra luego de lo ocurrido el semestre pasado.
-Creo que es una exageración.
-¿Por qué?
-Bueno, nadie pelearía luego de un campeonato que no tuvo tanto éxito.
-¿Crees que esto es únicamente por el campeonato?
-Estoy tan seguro de lo que dije.
-Aparte de lindo, eres ingenuo.
-No lo soy.
-Carlos, créeme que esto va más allá de un enfrentamiento deportivo. Es muy oscuro y escalofriante el motivo de su rivalidad.
-¿Podrías ser más específico?
-Todo a su tiempo, Carlos. Mejor disfrutemos de esta noche.
-Espero respuestas lo más pronto posible.
-Y las tendrás.
Le dio un beso corto.
-Por ahora me las guardaré.
-Ronaldo...
-Tranquilo. No lo hago en la primera cita.
-No es eso. Yo...
-¿Qué tienes?
-Me hace frío y no traje un abrigo.
-Te daré el mío, Carlos. Puedes devolvérmelo cuando gustes.
-Gracias.
-Ahora vamos allá.
Carlos y Ronaldo caminan. Carlos se cubre con el abrigo de Ronaldo mientras éste coloca una mano en su hombro.
****
A las once de la noche, Carlos estaba frente a la puerta de su casa con Ronaldo.
-Me he divertido mucho esta noche, Ronaldo.
-Yo también.
-Gracias por sacarme a pasear.
-De nada, Carlos.
-Eres increíble. Me gustas.
-¿En serio?
-S...Sí. Tienes las cualidades que busco en un amigo.
-Ah, sí. Pues me alegro mucho de ser tu amigo.
Carlos suspiró para después continuar hablando.
-No quiero ir tan deprisa con esto. Además, salí de una relación con una chica, lo cual no funcionó y me dolió bastante.
-Mi intención no es exigirte. Quiero que entiendas que tú me gustas como más que un amigo.
-Lo entiendo claramente. Te agradezco mucho que sientas una atracción por mí, pero no sé si estoy listo para avanzar.
-Avanzaremos a un ritmo apropiado, Carlos. Yo entiendo que necesitas pensarlo. Yo estaré listo para saber tu respuesta más adelante.
-Ronaldo...
Nuevamente se besaron. Ronaldo lo sujetó por las caderas.
-Eres un buen besador.
-Tú también lo eres.
-También tan apasionado.
-Lo siento. No quiero parecer un calenturiento.
-Descuida. Sé que puedes controlar tus impulsos carnales.
-Me hace feliz que no me temas.
Lo abrazó. Carlos le dio unas palmadas amistosas en la espalda alta.
-No te temo, Ronaldo. Contigo me siento seguro porque eres lo suficientemente responsable para tener una pareja. Solo debes estar pendiente de sus emociones.
-Estaré pendiente de ti, Carlos. Yo no te descuidaré ni te lastimaré porque eres lo que quiero cuidar.
-Así está mejor.
Carlos besó su mejilla. Se separa de él.
-Ten una linda noche, Ronaldo.
Voltea a verlo.
-Descansa, Carlos.
-Tú también descansa.
Ronaldo se va. Carlos entra y cierra la puerta. Por el momento debe esperar a obtener avances en su investigación.
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Editado: 19.11.2024