—¿Cosquillas?—de estar preocupado ahora Marco me mira con cara de ¿En serio?
—Si—dije aun algo alterada.
En ese momento aparecieron mis padres.
—¿Qué está pasando, qué es ese escándalo?—pregunta mi madre.
—¿Están bien?—mi padre se acerca a nosotros curioso.
—Si—responde mi hermano algo frustrado—Solo que Abi se alteró por nada
Mi hermano salió de la habitación arrastrando su bat y frotándose los ojos, seguramente lamentándose de haberse despertado para nada, según él.
—¿Ahora que paso Abi?—mi madre se sienta en el borde de la cama.
—Es que… escuche otra vez un ruido bajo la cama y cuando me agache a revisar, les juro que sentí que alguien me hizo cosquillas en el pie—aunque parece algo loco yo aún estoy de nervios.
—Abi—mi padre suspiro— ¿Crees que alguien entro a tu cuarto solo para hacerte cosquillas?—dicho así suena ridículo.
—Pero…
—Mira esto—me interrumpió mi madre—Junto a tu cama tienes colgados algunos suéteres, quizá sin querer tú misma frotaste la planta de tu pie con uno de ellos provocándote las cosquillas
Mire los suéteres ahí colgados, es posible que haya sido eso.
—Puede ser pero…
—¡Qué bien! Caso resuelto hija, ahora ve a dormir, vámonos—mis padres salieron de la habitación cerrando la puerta y dejándome ahí parada con las palabras en la boca.
—Pero no se sintió como un suéter—dije para mí misma.
Sin ninguna otra opción volví a mi cama, pero por precaución decidí no apagar las luces.
Ya estando dormida otro ruido me despertó, otra vez viene de abajo de mi cama, pero ahora decidí tratar de ignorarlo, lástima que no dio resultado.
Esta vez no solo es un golpe, son varios, y lo más extraño es que tienen ritmo, un ritmo que yo conozco, de hecho una canción.
Mientras los escucho en mi mente suena esa canción, es una de mis favoritas, es la que yo pongo cada vez que… ¡¿Qué rayos estoy haciendo?!
Me levante de la cama lo más rápido que pude y salí corriendo hasta la sala en la planta baja, mis padres no me van a creer nada, así que será mejor dormir aquí, pronto amanecerá y tengo clases, debo dormir un poco.
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—Abi, Abi—escucho la voz de mi madre—Despierta o llegaras tarde a la escuela
Me levante de golpe al escuchar eso, mire a mi alrededor extrañada del lugar en el que estoy, ¿Acaso no me fui a dormir a la sala? Mi madre estaba por salir de la habitación después de despertarme.
—¡Mamá espera!—ella se detuvo justo en el umbral de la puerta y volteo a verme, yo me levante de la cama y me acerque a ella.
—D-Dime que tú me trajiste a mi habitación anoche—dije nerviosa y asustada.
—¿Qué yo te traje?—su cara luce confundida, pero no más que la mía—Pero si anoche cuando nos fuimos tú te quedaste aquí, ya estabas aquí hija, pero que cosas dices
Mamá me acaricio la mejilla y se fue riéndose un poco, dejándome ahí casi con un paro cardiaco, en eso mi hermano salió de su habitación, listo para ir a desayunar.
—Marco—me pare frente a él para detenerlo—Anoche yo fui a dormir a la sala pero desperté aquí, tú me trajiste ¿verdad?
—Abi—me miro muy serio—Deberías contarle este tipo de cosas a un profesional, me temo que yo no tengo licencia médica
Me rodeo y empezó a alejarse.
—¡No estoy loca!—fue lo único que dije y entre a mi habitación.
Sé que no estoy loca, pero con todo esto no dudo que ya estoy perdiendo la cordura de a poco.