¡Tiene que ser un error! ¡Una broma de mal gusto! ¡¿Cómo pudieron haber pasado tres días?!
Desbloque mi celular y revise todo, tengo muchísimos mensajes de mi amiga, con fechas desde hace tres días, entonces es verdad, ¡Tres días!
Mi respiración se agito, no puedo pensar bien, no puedo evitar reír, deben ser los nervios, o que ya me he vuelto loca. De pronto voltee a ver a ese chico sentado en la cama, solo está ahí, observándome, y un profundo sentimiento de enojo me invadió, y fui directamente hacia él y lo señale amenazantemente.
—¡Todo es culpa tuya! ¡¿Qué voy a hacer?!—le grite molesta.
—¿Qué pasa? ¿Ahora no he hecho nada?—dijo confundido
—Han pasado tres días desde que me secuestraste, pero no siento que hayan sido más de algunas horas, ¡dime que rayos paso!—le exigí
—Bueno, el tiempo no transcurre igual en todos lados, no sé cómo es aquí en tu dimensión, pero en la mía no se mide el tiempo así que no puedo decirte cuanto fue allá
—¿Cómo que no miden el tiempo? ¿Qué hay de las horas, o los días?
—Es que allá no…
—¡Espera!—lo interrumpí—¡Mis padres! ¿Qué pensaran sobre mi desaparición? ¿Estarán en casa?
Con todo esto no lo había pensado, debo revisar si hay alguien en casa.
—Escúchame, quédate aquí mientras reviso si mis padres están, ya regreso
—Está bien—y siguió sentado en la cama.
Abrí la puerta y primero asome mi cabeza al pasillo, no veo a nadie, ni escucho ruido de nada, creo que no están, revise las habitaciones, baje las escaleras y revise toda la planta baja, no hay nadie. Así que volví a mi habitación.
—¿Hay alguien más aquí?—pregunto el chico, el cual sigue en el mismo sitio.
—No, por suerte no, debo pensar en cómo les diré a mis padres lo que paso, creo que para que me crean debo mostrarles el portal y…
—¡NO!—grito el chico, se levantó de la cama y se puso frente a mí—No debes mostrarle a nadie ese portal, ni decirles qué soy, nadie debe saberlo—dijo seriamente
—¿Por qué?
—Es peligroso, por favor te ruego que no le digas a nadie nada de esto—me tomo de los hombros y puso una cara de preocupación.
—¿Y entonces que esperas que haga?—quite de encima sus brazos—Si no quieres que sepan nada entonces quédate ahí y no vuelvas
El chico miro al suelo y expreso tristeza.
—Por favor no me hagas volver ahí, tú no sabes lo solitario que es—dijo melancólico.
Me sentí mal por lo que dije y por su reacción, ¿solitario?, es verdad que no había nadie más cuando estuve ahí, ¿de verdad estará solo?, pero habla en plural cuando se refiere a su raza, debe haber más como él.
—¿No hay más seres como tú en tu dimensión?—pregunte gentilmente.
—No como yo—volvió a verme a los ojos—Hare lo que me pidas, pero no me hagas volver ahí ni le cuentes a nadie más, por favor
Su mirada tan sincera y triste me convenció.
—Está bien—el chico puso una sonrisa—Pero harás lo que te diga ¿Entendido?
—Entendido—dijo feliz.
Pero aun debo explicar mi desaparición, y que ahora hay un chico extraño que al parecer se quedara aquí, creo que esto será un desastre.