No puedo simplemente llevármelo y dejarlo dormir aquí, seguramente mis padres esperan que él vuelva a casa, así que debo intervenir ahora.
—Papá, mamá, necesito hablar con ustedes sobre Adrik
Con eso logre desviar su atención hacia mí, pero Adrik me mira asustado, tal vez piensa que les diré la verdad, pero no es así.
—¿Qué pasa con él?—pregunto mi padre.
—Pues veras, como pueden notar por la vestimenta de Adrik él vive en las calles, es un chico sin hogar, sus padres lo dejaron cuando era un niño y no sabe si tiene otros familiares, así que pensé que podría quedarse aquí un tiempo, es un buen chico lo demostró salvándome de mi secuestro, y creo que es lo menos que podemos hacer por él—dije poco convencida de una respuesta positiva
Todos se quedaron observándome, en un silencio muy incómodo, incluso estoy sudando un poco.
—¿Es eso cierto Adrik?—Le pregunto mi madre rompiendo el silencio.
—S-si—dijo con algo de duda
—Ya veo, pobre de ti—se lamentó mi madre y luego volteo a ver a mi padre, como esperando que dijera algo.
—Bueno, supongo que se puede quedar unos días mientras encuentra algún familiar—dijo mi padre, causándome un gran alivio y una gran sonrisa en Adrik.
—Muchas gracias, prometo que haré lo que me pidan—dijo él.
Pero Marco no está muy feliz.
—¿Papá estás seguro de dejar que un completo extraño se quede aquí?
—Tranquilo hijo, este chico parece inofensivo, es muy tímido, además que no se te olvide que salvo a tu hermana—respondió mi madre.
Marco miro a Adrik con odio, él solo sonrió, creo que esto tiene que ver con lo que paso antes de cenar.
—Como ustedes quieran—dijo muy inconforme y se retiró de la mesa, subió las escaleras y después se escuchó la puerta de su cuarto siendo azotada.
—Lo siento Adrik, no sé qué le pasa a Marco—se disculpó mi padre.
—Bien, si ya terminaron de cenar entonces llevare a Adrik a la habitación donde se quedara, ven yo te llevare— mi madre se levantó de la mesa y Adrik y yo la seguimos hasta el segundo piso, en la habitación que está a la derecha de la mía.
En esa habitación antes dormía mi abuela, ella se quedaba con nosotros, pero murió hace ya cinco años, tiene su propio baño, hay una cama individual, un espejo y un viejo ropero, ya que las cosas de la abuela las guardamos en el sótano.
—Bueno Adrik, creo que con esto será suficiente para ti—dijo mi madre
—Sí, gracias—respondió
—Bien, debo regresar a limpiar la mesa, mañana le pediré a Marco que te dé un poco de ropa para que te cambies, nos vemos mañana—Mi madre se despidió y se fue.
Yo cerré la puerta para evitar que escuchen de lo que estamos hablando.
—Creo que todo está saliendo bien—dijo Adrik mientras se sienta en la cama.
—Yo no diría eso—me pare frente a él—Aun es imposible para ti convivir con otras personas haciendo actividades comunes, hay tantas cosas que tengo que enseñarte
Y en ese momento entro Marco a la habitación.
—Abigail ya vete a dormir—dijo muy serio—No debes estar aquí
—Tranquilo Marco, lo siento Adrik, hablaremos mañana—Me di la vuelta y me dirigí a la puerta, Marco solo miro al chico con rabia.
—Y tú no salgas de esta habitación hasta que el sol salga, ¿Entendido?—le dijo
—Está bien—respondió
A lo que Marco cerró la puerta y espero hasta que yo entrara a mi habitación para después irse, no puedo creer lo sobreprotector que es. Al menos logre que Adrik se quede, pero hay tanto que debe saber, será difícil enseñarle.