Ok! Ya vengo con otra de mis locas historias!!! No diré mucho, solo que agradezco los comentarios que me hacen seguir escribiendo todo tipo de historias!!
Así que para que no se aburran, cambie las parejas, y algo las personalidades así que será algo Occ, lo siento (XD) el anime es KHR.
Sin más, les dejo leer en paz…:
Bajo la lluvia…
Eran las 11 de la noche y en la ciudad de Nanimori llovía fuertemente como si el cielo sintiera su dolor y quisiera romperse así como su corazón.
Las calles estaban completamente solas, nadie en su sano juicio saldría con semejante diluvio, el agua era tanta que parte de algunas calles estaban inundadas, había poca luz pues las nubes grises cubrían al brillante sol…
Una chica caminaba por las calles empapada, no le importaba mojarse, nada le importaba si eso significaba huir de aquel horrible hombre…
Estaba huyendo…
La lluvia la mojaba sin piedad, pero ocultando sus lagrimas con el agua que recorría su rostro.
Hace algunas horas, en esa noche tormentosa, había encontrado a su esposo Tsuna teniendo sexo con su amiga Kyoko, en su propia casa. Ella ni siquiera pudo mantenerse en la misma habitación que ellos, sin decir absolutamente nada, alzo su mirada ensombrecida por el dolor mostrando una sonrisa forzada.
-Valla, al menos no es la misma del otro día…- Dijo, intentando retener una carcajada agria.
Kyoko miro a Haru claramente ofendida, más esta la fulmino con sus sombríos ojos chocolate y sin mirar a Tsuna, dio media vuelta y empezó a caminar a la puerta de la casa. El castaño logro darle alcance, tomo su muñeca y la obligo a girarse, Haru lo vio con profundo odio, él llevaba solamente unos pantalones negros mal acomodados y el torso desnudo y bañado en una fina capa de sudor. Ella forcejeo y empezaron a discutir. Kyoko permanecía en la habitación ajena a todo, se había comportado como toda una cualquiera y traicionado a su amiga.
-¡No te perdonare Tsunayoshi! ¡Por mí, Tú y Kyoko pueden morirse!- La pelo caramelo se encogió un poco al escuchar eso de la boca de su reciente amiga traicionada.
Ambos siguieron gritando, y el habiente se comenzó a calentar y los tres lo sabían, Kyoko se asomo con vergüenza y esperando que Tsuna no cometiera una tontería. Sus ojos miel se abrieron de par en par al ver como el castaño alzaba su mano para encestarle una cachetada a Miura, tan fuerte como para tumbarla al piso.
Silencio… un incomodo y mortificante silencio…
Haru miro a Tsuna sorprendida sin mencionar incrédula, sabía que él no era capaz de muchas cosas, y creía que él JAMÁS golpearía a una mujer… ¡Qué equivocada estaba! … Se levanto con algo de dificultad, tenía miedo y sus fuerzas empezaron a fallarle.
Ella empezó a reírse mientras que con su mano sobaba el fuerte golpe que su esposo le había proporcionado. Kyoko y Tsuna se le quedaron mirando extrañados. Haru miro a los ojos café de su esposo aquellos reflejaban culpabilidad, los labios de él temblaban y de su boca al parecer trataba de salir la palabra “Lo siento”, pero ella de inmediato comprendió que para que él la golpeara es por qué lo había hecho enojar… ¿Había sido su culpa?
-Haru-chan…- Susurro la pelo caramelo. Tsuna quito la vista de Castaña y apretó el puño con fuerza y fue en dirección a Kyoko con grandes pasos, estaba molesto. Kyoko se metió a la habitación aterrada, seguramente también la golpearía.
Haru aprovecho y salió rápidamente de ahí, corrió con todas sus fuerzas, no grito, no hizo ningún ruido esperando que eso le diera más tiempo. Las calles se encontraban encharcadas por la lluvia que seguía cayendo.
Corre, corre… corre cada vez más lejos y escapa…
Algunas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, una de sus manos cubría el golpe de su mejilla mientras la otra intentaba quitar el exceso de lágrimas y agua de sus ojos.
-¡HARU!- escucho el grito de Tsuna a sus espaldas, no se atrevió a mirar atrás- ¡Vuelve en este instante!
Corre, lo más lejos que puedas
No dejes que tu mundo se derrumbe… solo por caer una vez…
Corrió, todo lo que pudo, lo más lejos que sus piernas así se lo permitieron. No quería saber nada de Tsuna o de Kyoko. Quería desaparecer. El golpe de su mejilla le dolía como nunca, aquello lo tomaría como una señal para alejarse de su esposo, él era un hombre terrible… sin contar que era líder de la mafia, pero Tsuna no se atrevería a hacerle daño a alguien ¿Cierto? Él apreciaba la vida y quería a sus amigos y a ella ¿Verdad?
Dio varias vueltas a varias esquinas y edificios sin percatarse por donde estaba u por donde iba. Aunque la verdad no le importara.
Después de llevar un tiempo corriendo está vez empezó a caminar, dejando que el agua de la lluvia se llevara todas sus impurezas. Alzo un poco su mirada pero no podía divisar bien pues sus cabellos completamente empapados se pegaban a su cara así que se los quito, miro a su alrededor pero no sabía dónde estaba.
Se hallaba en una calle llena de apartamentos de varios pisos que de momento reconoció que se ubicaban al otro lado de la ciudad ¿Había llegado tan lejos solo corriendo?
…
Iba saliendo de su departamento por algo que comer esa noche, que para su des fortuna estaba diluviando. Cogió las llaves de la mesa y se acomodo su chamarra negra y salió del apartamento con paraguas en mano. Bajo las escaleras del primer piso y salió del edificio mientras abría el paraguas y acomodaba la capucha en sus cabellos negros.
Le gustaba la lluvia y el cómo olía la tierra después de esta, pero con una lluvia como esta lo único que había era lodo y olor a humedad. Camino por las calles sucias y ahogadas de manera lenta, ya que importaba, tenía los tennis embarrados de barro y la parte de debajo de sus pantalones mojados, si no es que con un poco de suerte un auto que pasase con algo de velocidad le hiciera el favor de empaparlo más.
Buscaba por las calles si de casualidad se encontraba alguna tienda abierta a esas horas y con ese tiempo. Y al parecer su suerte había cambiado frente a él una tienda que permanecía las 24 hrs del día abierta.