Trate de calmarme esa chica es una pesadilla andante, ¿Qué se cree?, no voy a darle gusto, no voy a caer en su juego. Mi rodilla derecha se estrelló contra el pavimento, perdí el equilibrio al pisar una piedra o algo en el suelo me incorpore rápidamente, unas manos me ayudan a terminar de incorporarme. Subí la mirada, allí estaban justo frente a mi unos ojos azules profundos, de un azul que no es común observar, un azul como el cielo al amanecer. Unos ojos invitan a perderse en ellos.