En ese instante, Jan pone su teléfono en un nochero, y luego se arrodilla cerca de su cama, y se pone a orar:
— Oh Jesús, oh señor, yo me arrepiento de mis pecados, santo tu eres, rey de reyes y señor de señores, oh señor, protege a mi familia de todo mal y peligro. Oh Dios, manda tus ángeles para que protejan a las personas que no tienen de que comer y que vestir, y están en la calle, señor, cuida mis sueños...
Después de siete minutos, Jan termina su oración de antes de dormir, y se acuesta en su cama...
El día siguiente, Isabella entra a la habitación de su hijo, y lo despierta, diciéndole:
— ¡Levántate hijo!
— ¿Qué paso?
— Tu padre está enfermo.
— ¿Cómo?
De inmediato, Jan se levanta de la cama y junto a su mamá van a la habitación principal. Cuando encuentran a Blick quejándose bastante de su dolor de espalda.
Jan le dice a su padre:
— Pensé que ibas amanecer mejor, vístete para que vamos al hospital.
— No, no, yo quiero que vayas a la farmacia y me traigas las pastillas que se me acabaron. Y luego vas a trabajar solo, ya que necesito descansar unos días.
— No seas necio papá, necesito que te vea un doctor.
Isabella también le dice a Blick:
— Hazle caso a Jan.
— A ti y a Jan se les olvido que tenemos el mejor doctor, esto se me quitara.
— Lo sé, pero eres un hombre muy testarudo.
Jan se sonríe bastante, y le dice a su padre:
— Dime el nombre de esas pastillas, yo las voy a comprar y después voy a trabajar.
— Anota en un papel.
— Espera...
— Bueno.
Jan consigue donde anotar. Cuando Blick le dice:
— Las pastillas se llaman Fraud Neurobión.
— Bueno, ahora mismo salgo y te la consigo.
Jan y su mamá salen a la puerta de la habitación. Cuando Blick le dice a su hijo:
— ¿No se te olvida algo?
— ¿Qué?
— Hijo, las llaves de la camioneta.
— Ah, sí, ¿dónde están?
Isabella le dice a su hijo:
— Están en ese nochero, no te demores con eso.
De inmediato, Jan coge las llaves, y les dice a sus padres:
— Me visto y salgo, ¿o quieren que salga así en pijama?
Al mismo tiempo, Blick y Isabella le dicen a Jan:
— ¡Vete!
En seguida, Jan se va a vestir, y luego de eso se va a orar al estudio antes de salir...
Jan termina de orar, y sale de la casa en busca de conseguir la fórmula de su padre. Cuando ve varios a fiches del candidato Jonhson. Y se sube a su camioneta, y se va...
Después de unos minutos, Jan llega a la farmacia Sunshine, y encuentra una gran contienda entre tres vendedores, que alegan entre ellos. Exponiendo que su candidato es mejor.
Jan espera un instante a que se calmen un poco, y después les dice:
— ¡Disculpen! ¡Ey!... necesito que me atiendan.
El que maneja la farmacia deja de discutir con sus compañeros, y se acerca a Jan, y le dice:
— Perdón, ¿qué necesita?
Jan le da le papel al señor, diciéndole:
— ¡Mire!
— Ah, Fraud Neurobion, ya se lo traigo...
El señor vuelve alegar con sus compañeros, y cuando le trae la droga a Jan, sus compañeros le gritan que Bernar no sirve. Cuando este en cara de Jan les grita también:
— Jonhson, Marchal y Meneses, ¡los tres son unos demonios!
Impactado, Jan le pregunta al vendedor:
— ¿Usted conoce el mundo espiritual?
— No, pero si te fijas bien en esos tres, veras que no normales.
Los demás compañeros se enojan. Cuando Jan le paga rápidamente al señor, y se va de ese lugar al sentir mucha presión en ese sitio.
Jan se sube a la camioneta, y dice:
— ¿Pero que le está pasando a la gente?
Condominio Fall Line, Jonhson le abre la puerta a Meneses, y le expresa:
— Estoy muy extrañado con tu llamada, y ahora con esta visita tan de mañana.
— Buenos días Jonhson.
— Buenos días.
— Como te dije por teléfono, tenemos que hablar.
— Sigue.
— Gracias...
Meneses entra a la casa de Jonhson y saluda a la esposa, la cual se va para su habitación y los deja solos...
Jonhson y Meneses se sientan. Quedando frente a frente. Cuando Jonhson cruza sus piernas, y le expresa a su rival:
— A ver Meneses, déjate de rodeos y habla, ¿qué quieres de mí?
— Quiero que nos unamos y derrotemos a Marchal y a Bernar, los cuales están en las encuestas por encima de nosotros, tenemos que ser más inteligentes. Y unirnos para poder ganar este pueblo.
— Me has dejado bastante desconcertado, y con bastantes preguntas...
— ¿Cuáles son tus preguntas?
— Cuando dices que nos unamos, ¿quieres decir que uno de los dos desista de la carrera de ser alcalde y se una al otro?
— Si.
— ¿Te vas a unir a mí?
— Claro que no, tu estas de último y, por lo tanto, yo tengo más posibilidades de ganar, ¿tengo o no tengo razón?
Jonhson se queda callado por unos segundos, y luego le expresa a Meneses:
— Solo quieres ganar a toda costa, pero conmigo no lo vas a lograr.
— Escúchame Jonhson, si yo gano, a ti no te faltara nada, yo cumplo con mi palabra.
— ¿Por qué no le ofreces esto a Bernar o a Marchal?
— Porque les quiero ver las caras cuando pierdan, los quiero ver sufrir, porque por más que estén buscando comprar votos, ellos van a perder.
Jonhson queda mirando a Meneses, y le dice:
— ¿Estas acusando a Marchal y a Bernar de comprar votos?
— Claro, y voy a tener las pruebas de eso, pero eso es otro asunto, ahora quiero que me des una respuesta...
Condominio Riverside, Marchal sale a su balcón, y se toma una taza de café. Cuando recibe una llamada del gobernador, quien le dice:
— Hola primo.
— Hola, ¿y esta llamada tan de mañana?
— Debes de ponerte las pilas con esos candidatos Bernar y Meneses, pueden pasarte en la encuesta y cuando llegue el día de las elecciones, ganarte.