Meneses se enfatiza en el encargo de ejecutar la orden de Marchal. Y lo hace a toda cabalidad junto a varios funcionarios.
El alcalde esta apunto de hablarle a unos periodistas. Cuando Idalia lo coge de su brazo derecho, y le expresa:
— ¿Sabes que vas a decir? Es posible que estos periodistas te pregunten por los cierres de las iglesias.
— Ellos no van a preguntar eso, y si lo hacen, yo sabre que decir...
Bachman Village Home, Jan entra a su casa y cae tendido en el sofá de la sala. Y ve una hormiga que pasa por su mano izquierda, y estando allí acostado, permanece por más de media hora pensando en todo lo que ha sucedido. Cuando le da mucha hambre...
En seguida, Jan se levanta y va a la cocina y abre la nevera, y dice:
— Tengo que comer algo para poder recuperar fuerzas...
Minutos después, Jan está comiendo. Cuando se pone a ver el puesto favorito de su padre, el de su madre y el de su hermano, y dice:
— Creo que se me hacer muy difícil todo esto...
Jan mira la comida, y piensa:
"Voy ayunar tres días a partir de mañana, necesito saber lo que está pasando, estoy muy confundido... si el pastor no hubiera tenido problemas con el alcalde, yo no hubiera ido a confrontarlo... y posiblemente seria otra historia... pero que digo, hay más personas desaparecidas" ...
En la alcaldía, Marchal termina de atender a varios periodistas y entra a su oficina donde lo está esperando Meneses, quien le dice:
— Misión cumplida, todas las iglesias cristianas.
— Qué bueno.
Marchal se sienta. Cuando Meneses le dice:
— Si, solo quedo una.
— ¿La que dije que dejaran abierta?
— Si, la que queda cerca al condominio Bachman Village Home, ¿y porque dejaste esa abierta?
— Porque no se meten en mis asuntos, y por múltiples cosas más, solo recuerda, que no es bueno que se metan conmigo.
— Eso si es verdad, nada más que preguntarle al periodista que te la tenía montada cuando recién iba a comenzar las elecciones, apropósito, ¿que se hizo ese periodista?
— Te lo dejo a tu imaginación.
— ¿Le hiciste algo?
— Meneses, confórmate con saber que ese periodista no va a regresar más a Telluride... creo que se fue a Filadelfia.
— ¿Y el pastor? ¿Qué hay de el?
— Parece que hoy estas muy preguntón el día de hoy, mejor cambiemos de tema y llamas a tu primo para ver cómo va con la caseta.
— Si.
— No, mejor espero, yo voy a localizar a Idalia para que vaya a ese lugar.
— Bueno.
Marchal le marca a su esposa, quien está en casa metida en su Jacuzzy, y le contesta, diciendo:
— Hola amor, como va todo en la alcaldía?
— Bien, te llamaba para que te dieras una pasada por la caseta.
— Ah, precisamente, yo estaba pensando en eso, en ir allá.
— Que bien, así me informas cómo va el trabajo, ya que estoy muy ocupado.
— Listo amor, ya me arreglo para ir.
— Un beso.
— Lo mismo.
Marchal cuelga el teléfono. Cuando Meneses se sonríe, y le dice:
— Parece que encontraste a la mujer que era.
— Si, no te lo puedo negar, nos hemos entendido muy bien con ella, espero que siempre siga así.
— Claro que sí, se ve que ella te quiere mucho.
— Si, si, bueno, cambiando el tema, me informaron hace una hora de un gran problema en Lulu City.
— Yo no he escuchado nada.
— Me confirmaron que iban a linchar a un joven que les estaba predicando.
— ¿Tu piensas que es el que te ataco?
— Creo que sí, ojalá sea el, quiero que todos esos que andan por ahí tratando de convencer a la gente, a mi gente, terminen todos encerrados.
Meneses se sorprende bastante, y le dice a Marchal:
— Hablas como si las personas te pertenecieran.
Marchal se pone serio, y dice:
— Fue un decir...
Bachman Village Home, Jan termina de comer, y desde ese momento cambia de opinión y comienza el ayuno desde ese día...
Jan pasa por la habitación de herramientas, y se devuelve y abre la puerta. Y cuando ve las herramientas de trabajo, dice:
— La señora Francis...
Jan camina para un lado y para otro, y dice:
— La señora Francis debe de estar muy enojada con nosotros, porque le dejamos la casa a medias... ella merece una explicación.
En seguida, Jan mira por la ventana y ve pasar a Damián con su bicicleta, y después la calle se queda en una soledad absoluta, y dice:
— Todo está muy extraño... bueno, primero buscare la manera de tapar todo lo quebrado de la camioneta...
Caseta del pueblo, Idalia entra al lugar y saluda a York y a sus trabajadores, pero estos se quedan un poco serios. Cuando Idalia les pregunta:
— ¿Y esas caras?
De inmediato, York le expresa a Idalia:
— Nos salió otro problema.
— ¿Cómo así? ¿Ya no habíamos superado el problema eléctrico?
— No me escucho bien, es otro problema.
— A Marchal no le va a gustar esto que usted me está diciendo.
— No es mi culpa, el alcalde compro esta caseta y no la reviso profundamente antes de negociar con ella.
— York, ¿cuál es el nuevo daño?
— Tenemos problemas con la tubería del agua, tenemos que picar una tercera parte del suelo y cambiar la tubería.
— ¿Y específicamente donde está el daño?
— Venga.
En ese momento, York le muestra el nuevo daño a Idalia, la cual dice:
— Esto es todo un dolor de cabeza, llamare a Marchal.
— Bueno.
Idalia saca su teléfono, y le marca a su esposo, y le expresa cuando contesta:
— Ya estoy aquí en la caseta.
— ¿Y cómo va todo?
— Te tengo malas noticias.
— ¿Ahora que paso?
— Pues el primo de Meneses me mostro otro daño que tiene la caseta.
— ¿Cuál es el daño?
— La tubería del agua.
— Di le que cuanto se va todo eso y dale lo que pida.