★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 66 ★
Charlotte
Miedo
El miedo es una palabra a la que cada persona le puede dar su propio significado, en mi caso, el miedo es parte del significado del...
Pánico
Pánico, soy una persona que tengo como don no tener miedo... si no el siguiente grado de esa emoción: tener pánico.
Pero no me gusta mostrarlo al exterior, en mi entorno o frente a alguien.
No me gusta, que una persona tenga en mí su atención solo porque tengo el siguiente nivel del miedo.
No me gusta, que quieran intentar ayudarme y que mis esperanzas crezcan y fluyan en torno a eso porque una vez que la persona deja de intentar...
Las esperanzas desaparecen, y con eso se derrumba todo.
No me gusta, estar ilusionada a que alguien este conmigo cuando tengo emociones oscuras o grises, porque es solo eso: estar ilusionada.
Pero la música de la radio, de alguna manera disminuye o controla constantemente a todo ese grupo de emociones.
- ¿Ahora qué? – Pregunta, Alex.
Tiene su vista fija al frente, y yo por mi parte perdida en la vista del camino.
- Hay que dejarlo abandonado, pero con las llaves en tu asiento. – Dije.
- ¿Por qué? Eso nos dejaría en sospecha de robo.
- Lo dejaremos en el medio del camino, y habrá un individuo que no podrá resistir mirar el interior del auto.
- Entonces, llamara a la policía y es nuestro fin como adolescentes, tu como adolescente astuta y yo como un tonto. – Dice, preocupado.
- ¿Qué harías tu si vieras a un auto con sus respectivas llaves? Tu lado correcto te hará informarlo a las autoridades, tu lado de avaricia te dirá que aproveches y te des una vuelta.
- Buen punto, pero no todas las personas piensan así. – Dijo.
- Una buena mayoría de aquí, si lo hará. Y te detendrás frente a esa tienda. – Un grupo de hombres, que no tienen mucho que hacer mas que pasar de un cigarrillo a otro, es perfecto.
Pues, no resistirán usar la camioneta, y luego dejarla quien sabe dónde.
- Nosotros no seremos los últimos, solo les estamos pasando el problema a personas que viven lejos de nosotros. – Dije, una vez que nos detuvimos.
- Necesito saber-
- ¿Si hay cámaras de seguridad? Me adelante, y no hay. – Dije, interrumpiéndola.
- No, bueno también, pero necesito saber ¿Cómo sabes tanto?
- ¿Tanto?, ¿Te refieres en específico o algo en general? Cualquiera de las dos, no entiendo. – Dije, y el giro un poco su postura para mirarme. Yo por mi parte me mantuve en la mía, en la que he estado todo este tiempo.
- Me refiero a esto, sabes que hacer y como pensar con la cabeza en frio. Acaso, ¿eres la líder de un grupo mafioso, o algo así? – Pregunto.
Y no pude evitar reír a carcajadas.
- ¿En serio? – Dije, sintiendo como mi estomago duele por las risas—, ¿es lo mejor que se te ocurre, Alex?
- Bueno, todo este tiempo has estado actuando como si ya sabias lo que venía. – Dijo, con una genuina, y hermosa sonrisa.
Gire un poco mi posición en el asiento, para mirarlo mejor, y fue lo más insignificante que he hecho porque eso me permitió ver como su cabeza, que la tiene respaldada sobre la parte superior de su asiento lo hace ver...
De una manera, jodidamente tierna e irresistible.
Su sonrisa... no él.
- Si pienso con la cabeza fría, es porque he estado acostumbrada a ver a las personas actuar así.
- ¿A quiénes? – Pregunta.
- A mis padres, son las personas mas cercanas que he visto hacer eso. Y en las series o películas de televisión, las que son buenas claro.
- ¿Heredaste de tus padres, el don de pensar frio? – Pregunto, curioso.
- Mas de mi padre, he heredado mas cosas de el que de mi mama.
- ¿Qué heredaste de ella? – Su pregunta, me estremeció... lo dije sin saber a lo que me refirió, porque ¿Qué heredé de mi mama?
Nuestros cabellos, no son del mismo color o diseño.
Nuestras maneras de pensar y actuar, son opuestas.
Mi piel es blanca–castaña, la de ella es un poco mas brillante.
Mis ojos son cafés oscuros, los de ella son verdes cristalinos.
En muchos aspectos, somos tan distintas que...
- Seguro, hay muchas cosas. Pero, tenemos que irnos ya.
- Si, ya. – Dije sorprendida no, más que eso.
- Podemos ir, al Café Blue Moon. Hay público, y cámaras de seguridad los tipos no me seguirán ahí. – Dijo, con incertidumbre en su tono.
- Y los tipos, no nos seguirán. – Le corregí.
- Si, no nos seguirán. – Dijo, con una sonrisa en su rostro.
Lo que provoco en mi rostro, otra sonrisa.
Salió del auto, y seguido de esto le quite el seguro a la puerta para yo también salir.
Aunque debo de admitirlo, no es un mal plan ir a la cafetería Blue Moon, un viernes por la tarde.
- ¿Dejaste las llaves, como te dije? – Pregunté.
- Si, en el asiento del conductor. – Me contesta.
- ¿Después de la cafetería, iras a tu casa? – Pregunte, porque obviamente la líder para quien los "temibles" tipos trabajan no se iba a quedar de brazos cruzados.
- No, pueden estar esperándome ahí. Y la mayoría de días, estoy solo en casa y mi padre viaja. Su trabajo lo requiere. – Finaliza.
- ¿Hoy es uno de esos días, en los que te quedas solo? – Porque si su respuesta llega a ser si, tengo otra idea en proceso.
Y si, en la manera en como asiente me lo dice todo. Mi idea puede seguir cocinándose en mi mente, creo que funcionara.
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Editado: 27.03.2022