♜CAPITULO UNO♜

LAS SIETE PLAGAS DE EGIPTO

Samanta

Era como un día cualquiera para levantarme de la cama y observar desde el balcón lo hermoso que está el cielo me puedo imaginar que somos como la misma naturaleza, las personas pueden ser hermosas, pero al mismo tiempo caóticas cuando todo se nos escapa de las manos y necesitamos nuestro propio espacio.

Así me sucedió me rompí como un cristal dejándolo caer al suelo, no tenía remedio ni construcción cuando perdí a mi hermano, ese pequeño mundo que me rodeaba simplemente se destruyó tiré mi vida al vació sin importar cuantas cosas pudieron suceder, siempre me aferraba al recuerdo. Es lo único que no cambia cuando todo está cambiando como la presión de un rayo sin saber que hacer.

Admito que tuve a mi familia ayudándome junto a eso Charlie, mi cajita de secretos esa persona que todos los días me hacía recordar sus palabras de aliento cuando los bajones llegaban «después de todo lo que ha pasado te mereces esa libertad que una guerra siente cuando su vida por fin está en paz y el mundo entero a sus pies» me termino de levantar para hacer esa típicas de rutinas de las mañanas.

Comienzo a colocarme el uniforme de la CIA, mis padres son jefe de la misma y deje mis estudios de astronomía para dedicarme a esto no me obligaron al final respetaron mi decisión, termino de amarrarme los cordones de mis botas hasta escuchar levemente la puerta de mi habitación.

—Mi hermosa luna baja que la comida está lista —Comentó mi madre a través de la puerta.

» Me quede con el apodo de “Luna” porque mi hermano me llamaba así por ser tan sola y llena de imperfecciones, pero siempre tratando de brillar entre tanta oscuridad…

—Ya bajo… —Respondí mientras terminaba de hacerme una coleta sencilla.

En unos segundos baje al comedor donde se encontraba casi todos reunidos, mi primo se quedó en una fiesta y el tío César casi nunca está presente en ningún lado solo cuando le conviene.

Les confesare algo, entré mi tía y yo sabemos que Charlie es gay porque tiene mucho miedo al rechazo pero si algún día él está preparado para decirle a mis padres e incluso a mi tío en soltarlo todo yo lo apoyare porque es una persona que ha superado cantidades de obstáculos y ser eso no hace cambiar su forma de ser con la gente que no quiere dejar vivir la sexualidad de los demás por ser diferente, vivan y dejen vivir.

—Buenos días, ¿Cómo amanecieron? —Tomó asiento mientras alzaba mi mano para tomar un pequeño pan.


—Excelente cariño, por cierto, cada día estas más hermosa —Dice mi tía Shantal dándome un tierno beso en mi coronilla.

—No es para tanto…

—Tiene razón tu tía cariño —Mi padre se acerca con su típica taza de café para darle un pequeño sorbo.

Mi tía es unas de las mejores abogadas de Londres, entró a ese mundo para demostrarle a los demás que no solo los hombres pueden dominar esa profesión.

Mientras que mi padre Christian Evans como le dije anteriormente ellos son jefe de la CIA, pero eso no es la único que sabe hacer es francotirador, analista militar, presidente de varias fundaciones para la protección de niños, niñas, adolescentes que han sufrido secuestros, violaciones y maltrato infantil también tiene su propia empresa de automóviles, es modelo de la famosa marca de Calvin Klein. También tiene planes para una propuesta de ser administrador general de la “Liga De Los Halcones De Londres” o también conocido abreviadamente “LDHDL”

—Si claro… —Le doy un sorbo a mi chocolate caliente.

—Por cierto cariño, ¿Vas a venir conmigo? O ¿Irás sola junto con tu moto? Ya que Maximiliano está de vacaciones —Me preguntó.

—Iré contigo, la moto esta en mantenimiento y no quiero sufrir ningún accidente.

—Vale, entonces iremos juntos —Sonrió.

Después de un excelente desayuno llegue a la agencia junto con mi padre que fue directo a su oficina mientras yo me dirigía al cuarto de disparos, pero antes de entrar escucho la voz de Charlie ¿Acaso pasó la noche acá? Ya que casi nunca llega temprano.

—¡Sam!

—Demonios, ¿Puedes gritar un poco más fuerte? —Le digo sarcásticamente mientras cruzo los brazos.

—Tan dulce como un limón —Sonríe—. Tonta necesito contarte algo que me pasó en la fiesta ¿Vamos a mi oficina?

—¿Qué tomas para que después de una fiesta te veas como si nada hubiera pasado?, si fuera yo estuviera casi muerta en mi cama.

—Experiencias querida, además ni siquiera tomé…

—Si claro, y yo no estoy obsesionada de Alex O’Loughlin —Comenzamos a caminar mientras él posaba su brazo en mi hombro—. ¿No estás haciendo autopsias verdad?, porque si es así no voy, que asco.

—No señorita sarcasmo, vamos que necesito decirte.
 

Después de robarnos unas donas rellenas en la cafetería llegamos a la oficina y él me comienza a relatarme todo lo que había pasado en la fiesta con la novia de Marcos es unos de los administradores en la agencia, todo sin omitir ningún detalle porque el chisme se cuenta completo no a medias que uno se tenga que quedar con la duda.

—Ay dios mío, que feo caso —Cruzo los brazos—. ¿Pero usaste condón me imagino?

—Obvio, sin gorrito no hay fiesta además estuvo espectacular.

—Ósea, yo te amo y lo sabes, pero… ¿Es enserio?

—Ay ciela lo dices porque tienes veintiún años y sigues siendo virgen, aunque tengas de novio a Paolo —Toma de la caja una dona para darle un mordisco—. No te han sacudido el mundo como tiene que ser.

—Por favor ¿Crees que me gusta ese pedazo de escoria?, le di una oportunidad porque me dio lastima verlo en el estacionamiento aparte de eso es creído, antipático, egocéntrico y para nadie es un secreto que mi mamá lo dejo a la quiebra.