ESTA VEZ NO ME VOY A LIMITAR
Samanta
Estos últimos días me han pasado cosas totalmente extrañas ya no sé cómo sentirme últimamente en esta encubierta, ya le había enviado el informe completo a mi padre lo triste de esta situación que solo estoy haciendo reportes, porque no puedo apoyar como tal el sistema de operativos para colaborar, al menos que sea algo de suma urgencia y necesiten de mí. Cuando regrese de la preparatoria el día anterior le había contado toda la situación a Charlie a veces me da risa lo que me dice entonces no sé, si tengo que tomármelo enserio o es broma todo, por eso es que me pasa las cosas no sigo consejos tengo que embarrarla para luego seguir darme cuenta que tenía razón y tomar sus palabras.
Quiero regresar a Londres ya hoy es viernes para que el lunes de la otra semana largarme de este lugar, extraño mi cuarto, comer Nutella y ver a mi esposo Steven McGarrett todo un dios griego en Hawái 5-0.
Ya era tarde y me sentía muy agotada cierro el casillero para soltar un suspiro haciéndome un moño desordenado, tendré que pagar un taxi para irme, mientras caminaba a la salida sentía pasos detrás de mí «Unas de mis desventajas en ser pequeña es que no obstante al camine de una forma rápida siempre me quedara lejos mi objetivo y las personas altas solo dan dos pasos ya llegan» en un santiamén siento como posan una mano en mi boca y mis piernas no sabían el paso que llevaban.
Entro a un salón oscuro y al examinarlo me doy cuenta que es el mismo donde estaba la otra vez sentada en las mesas, veo que cierran la puerta mientras me acomodaba los mechones de mi cabello. Observo nuevamente que es el profesor de química ¿Qué estará planeando?
—¿Usted otra vez?
—¿Por qué?
—Lo voy acusar de acoso sexual.
—Quiero escuchar tu argumento para ver si suena interesante y creíble —Se deja con la poca luz que se aprecia mientras cruza sus brazos.
—¿Me estas retando?
—No lo sé, tu dime.
—Te estas tomando esto enserio ¿Crees que eres mi tipo solo por qué nos besamos?
—Dirás lo contrario cuando estes encima de esa mesa —Señalo.
—Por favor, eres un simple profesor de química y se nota por encima que nadie… —Me acerco para mirarlo fijamente—. Te tomaría en serio.
Siento como posa su mano en mi cuello para acercarme a él tropezando en su pecho sin perder el tiempo de besar mis labios, su boca tiene ese sabor intenso a chocolate amargo y se apreciaba exquisitos como la primera vez que lo hizo mi corazón casi salía de mi pecho, ahora me doy cuenta que instante como estos gana el deseo, no piensas en lo que estás haciendo solo lo aspiras y ya «¿Sera que el cerebro se desconecta de ti para ver si te controlas en sí?» posa ambas manos en mi cintura para apretarlas y sus besos húmedos comenzaron a bajar por mi cuello.
—Limi…
—Esta vez no, no me voy a limitar —Susurro quitando con cuidado mi franela.
—Mac.
Vuelve a besarme sin parar mientras encima de la tela que cubre mis senos acaricia poco a poco haciendo que mis pezones estuvieran duros como roca, se escapa un jadeo sorpresa cuando me carga para sentarme en sus rodillas esas enormes manos no dejaba de tocar cada espacio de mi piel, lunar o cualquier lado que quería ocultar. Al apretarme de la cintura suspiro llevando mi cabeza hacia atrás dándole el espacio suficiente para que él.
No entiendo porque cuando hizo eso me transportaban a Lucas esa vez en la playa:
“Ese es tu punto débil Samanta, cuando te toman con fuerza en la cintura, te muerdan o te besen en el cuello te vuelves débil, tan débil que te entregas y olvidas la noción del tiempo”
—Hueles a vainilla y canela —Balbuceo para comenzar a succionar mi seno derecho llevando mi cabeza hacia atrás dejándome llevar por el placer.
El tiempo pasa tan rápido entre nosotros que nuestras prendas estorbaban, aunque aún sigo con la falda y las medias blancas que llegan a mis rodillas el calor comienza abundar mis manos viajan por su pecho observando su abdomen de abajo hasta arriba con esas venas marcadas en sus brazos admirando por completo su arte corporal. Sus manos se posaron en mi espalda ese manoseo erizaba por completo mi piel para que en un movimiento rápido me quita mi top, sentía algo duro en la tela de mis bragas y me fijo de su enorme bulto haciéndose notar mis manos fueron inquietas así que bajan para manosearlo es duro y palpitante escucho como suelta un jadeo en la mitad del beso en sus labios entreabiertos.
Noto que se le hace forzado bajarme mis bragas veo como gruñe y las rompe con fuerza ¿De verdad tiene que ser tan salvaje?, eran mis favoritas, me comienza acomodar encima de él apretando mi trasero.
—No lo hagas brusco… —Me sostengo de sus hombros—. Es mi primera vez.
—No le haría daño a mi alumna favorita —Su mirada se notaba el deseo que exponía y se quita su última prenda para sacar un preservativo—. Aférrate a mis hombros te moveré lento ¿Está bien?
Me sostiene de mis glúteos cuando comienza entrar a mí, cierro los ojos para no concentrarme en el dolor hasta escucharlo gemir cerca de mi oído con su voz grave llena de placer, mis movimientos comenzaron aumentar cuando su cadera se impulsa hacia arriba su cuerpo con el mío es una detonación de placer transmite, me lleva al cielo arañando sus hombros cuando su miembro bombeaba dentro de mi sin parar de gemir.
Siento el azote de su mano en mi trasero me duele, pero al mismo tiempo es como una sensación deliciosa en moverme más mientras se daba un festín con mis pechos.
—¡Ah! —Llevo mi cabeza hacia atrás clavando mis uñas en sus hombros y el jadea.
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Editado: 19.09.2022