BAHAMAS
Samanta
No se cuánto tiempo paso entre nosotros entregando nuestros cuerpos al placer y luego mirar el cielo llenos de estrellas Alexander me trajo a casa jamás había disfrutado la sensación de estar con alguien pasando un silencio cómodo observándolo por mucho tiempo capaz de perderme en su mirada profunda acariciando sus cicatrices, algo oculta es un ángel de guerra.
Calculo aproximadamente que son las doce de la noche lanzándome en mi cama rendida del sueño, ni los entrenamientos quedo tan agotada.
TRES HORAS DESPUES…
—Sam…
—Mmmm…
—Ay si más duro
—¡Fabiola!
Me levanto de golpe escuchando la voz de mi padre, son las tres de la mañana ¿Por qué tiene me despierta a esta hora?, bendito sea el creador.
—¿Quién le estaba pidiendo “Más duro”? —Se cruza de brazos.
En el sueño donde Alexander me estaba dando como cajón que no cierra por segunda vez mientras me tenía atada en ambas manos.
—¿De qué hablas papá?, por dios son las tres de la mañana —Evito su pregunta frotándome los ojos.
—Acomódate nos vamos a las Bahamas…
—¿Y eso por qué?
—Primero está entrando la estación de verano a partir de hoy —Responde acomodándose su anillo de alianza—. Y segundo tu madre me dijo a las una de la mañana “Chris quiero ir a las Bahamas” entonces la estoy consintiendo, vamos.
—Sin avisar ya andan planificando cosas…
—Como se nota que estas dormida, anda ducharte y bajas para comer —Sale de mi cuarto.
—¡Esta bien!
—¡No grites!
—¡Ah!
—¡Ah!
Suelto una risa cuando me responde de esa manera y me levanto tomando mi toalla para entrar al baño, así son mis padres hacen los viajes a último momento porque les provoca.
Al terminar no me puse nada del otro mundo solo un camisón, pantalón holgado y zapatos deportivos con un moño desordenado tomo mi mochila especial donde llevo mis cosas importantes entre esas el diario, la cámara instax junto con mis cuadernos de dibujo, son cosas esenciales para tener alguna distracción, recuerdo o motivación.
Cierro la puerta con seguro para bajar por las escaleras encontrándome con mi primo que está comiendo una ensalada de fruta.
—¿Es enserio?
—Para mí defensa no me dejaron comer gomitas porque según me afectara el estómago —Rueda los ojos llevando a su boca un trozo de kiwi.
—Exclamo miss dramático —Dijo mi tía saliendo de la cocina con mi mamá.
—Es la verdad…
Me rio bajito sentándome a su lado.
—Tengo muchas cosas que contarte —Susurro robándome una fresa de su plato.
—Cuéntame todo y exagera.
Le comienzo decir lo que sucedió cuando estaba en las peleas hasta en el parque sin omitir ningún detalle procurando que mi padre no estuviera cerca porque es peor que un fantasma.
—Me impresionas
—¿Por qué?
—Porque nunca le cuentas a nadie sobre lo que paso en el internado, las drogas y junto eso lo que pasaste con esos pedazos abortos que te lastimaron sin razón alguna.
—Es que él me da un aire protector como si fuera capaz de cuidarme, aunque las dudas me coman viva el cerebro.
—Samanta todas las personas son como el océano, somos hermoso por fuera llenos de calma y belleza, pero todos sabemos que en las profundidades hay un misterio intenso, tenemos animales extraños incapaz de conocerlos cuando nos enfurecemos creando un caos lleno de olas, tormentas, llevándonos cualquier cosa que se nos atraviese sin darnos cuenta que lo estamos lastimando. La mayoría apetecemos la parte hermosa, los corales, ese espectacular azul que nos hace disfrutar porque nadie es idóneo de amar al mar caótico de olas enormes con animales extraños donde más profundos llegas nadie resiste —Deja su taza un lado—. Lo que te trato de decir es que descubran sus profundidades para luego amar la claridad donde todos son capaces de llegar.
—Cada día me impresionas más…
—La vida es la maestra de las experiencias
—Ten mi amor —Llega mi madre con un plato de dos panes tostados rellenos de pollo, tomate, salsa y lechuga.
—¿Y quién se va encargar de la agencia?
—El segundo grupo completo que esta organizado por Toro y Leo porque no dejare de funcionar la misma mientras estemos en las Bahamas porque el primer grupo le di semanas de verano —Dijo mi padre entrando otra vez a la casa
—Señor todo está listo —Comenta uno de los guardaespaldas.
—Esta bien…
Salimos y mi madre activa la seguridad completa en toda la casa como las bandas eléctricas junto los seguros en todas las puertas porque tenemos códigos especiales son número internos que maneja mi padre y Maximiliano por algún acontecimiento.
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Christian
Estamos en los autos para el aeropuerto fijándome que Samanta está durmiendo en el regazo de su primo mientras él se cubre sus ojos con una gorra apoyando la cabeza de la ventana.
Al verlos así siempre deseo que nunca se separen porque son demasiado unidos, mi hija es lo único que me da fuerzas desde que perdí a Santiago ella es mi fragmento valioso de esta historia, no quiero volver a verla como antes tan acabada como una pequeña ave e incapaz de volar consumiéndose en las drogas entre nosotros la levantamos de donde estaba para hacerla más valiente de lo que es no obstante le destruyeron el corazón. Me lastimó enviarla al internado militar en Rusia lo hice por su bienestar, ella acepto para desencadenar lo que tenía adentro.
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Editado: 19.09.2022