Respiré profundo y abrí los ojos, miré la mesita para alcanzar mi celular, eran las 8 de la mañana, me puse boca abajo y abracé la almohada justo cuando todo lo de anoche se me vino a la mente.
— Ay por favor es obvio que fué un sueño. Me digo a mí misma justificándome todo lo que pasó.
De pronto tocaron mi puerta.
—¡Buenos días señorita!, le vengo a entregar su uniforme
—¡Buenos días señora!, ¿un uniforme? pero si no he solicitado ninguno
—A mí me los encargan, yo solo entrego — me dijo, lo tome y le agradecí confundida.
Cerré la puerta y lo abrí rápidamente, venía con una pequeña nota
<< ¡No quiero que tengas siete años de mala suerte! >>
— De verdad ¿Airon me mandó esto?, pero ¿por qué? ¿Me vio cara de pájaro de mal agüero?
No puedo creerlo, gimo en fastidio pensando en ese chico que se las juega de boxeador y matón pero por dentro solo es un tonto que cree en esas cosas.
Miro el reloj y son pasadas las 8 de la mañana, me preparo para ir a mi primera clase, me pongo el uniforme rápidamente, me cuelo entre la gente que va con prisa.
—Un minuto, tonta, un minuto de atraso— Corro con toda mi alma y llego al aula, ¿la puerta? cerrada. Abro la puerta rápidamente y un silencio fúnebre me recibe. Todos voltean a mirarme incluyendo al profesor quien no parece contento.
— ¡Señorita, estas no son horas de llegar! Usted debe ser la nueva, le podría rebajar puntos pero por ser el primer día no lo voy a hacer. Pase al frente— me dice con cara de burla. Si algo tienen que saber es que odio hablar en público, odio cuando todos te miran y sientes que te juzgan, así que perfecto, es la mejor manera de empezar la clase, me paro al frente con coraje y noto que unos cuantos murmuran en el fondo.
—Preséntese por favor.
—Buenos días, me llamo Any, tengo 17 años y vengo de un pequeño pueblo al sur, vivo con mi papá, en una granja.
De pronto mi presentación se ve interrumpida, la puerta se abre y lo primero que se nota son unos guantes de cuero sosteniendo un casco de moto y un uniforme desaliñado, con pantalones apretados abajo pero flojos arriba, una camisa a medio abotonar y se asoma su rostro, es Rhett esta vez con un look diferente, pues llevaba unos anteojos negros y un aire de Clark Kent, intelectual, sexy, imponente y de mirada fría
— ¡Buenos días! dice con un tono sexy y voz gruesa sin mirar a nadie.
— Todos responden al unísono, incluyendo al profesor quien se ve emocionado de tenerlo en su clase. Excepto yo, me acaban de regañar y a el no le dicen nada, malditos privilegios de niño mimado.
Rhett se dirige hacia el último asiento que da al ventanal, pone el casco en el escritorio de al lado y dirige su mirada al profesor.
— Siéntate, me murmura el profesor.
— Bueno ya que tenemos al presidente de la clase vamos a comenzar — dice el profesor.
¡Pfff! ¿Presidente de la clase? Ese idiota que ayer dejó tirada a una chica en el suelo ¿era el presidente?
Me senté en el primer asiento que daba a la puerta, después de todo el centro es ideal para que te juzguen en todas las direcciones, y ¿atrás? atrás parecía echo para que si alguien se sentara en esa zona Rhett lo fusilaría con su mirada desafiante, en cambio acá tenía mi escape listo, ¡era tierra de nadie!.
Revisé mi libreta de clases algo confundida , ¿clase de música? ustedes deben de saber que para algunos es la mejor clase, para mí era la peor, yo era pésima cantando y tocando algun instrumento por eso escogí Administración de Empresas. Justo cuando iba a preguntar, el profesor comenzó a hablar
—Bueno ahora que no hay interrupciones vamos a comenzar les doy la Bienvenida a la clase de música, soy su profesor, Gustavo.
—Como saben, este año es importante para nuestra Universidad, ya que hemos sigo escogidos para participar en la competencia Inter-universitaria contra las Universidades de Harrow y Morrey, así que el director ha decidido incluir una clase de música para que todos participen en el evento.
— ¿Música ha dicho profesor? — interrumpe Rhett frunciendo el ceño.
—Si señor Rhett, y vamos a comenzar a formar las parejas que van a participar en el festival, ¡Sin Excepciones! . — puntualiza el profesor mientras baja sus anteojos hasta la nariz con una mirada amenazante
Estaba frita, frita y sin aceite
— Las chicas no dudaron en levantar las manos rápidamente.
— Profesor yo con Rhett... no yo... Gritaban todas al unísono mientras Rhett parecía desinteresado con la mirada perdida en la ventana.
— Vamos a hacerlo justo y sencillo. Dice el profesor— yo los voy a escoger al azar— continuó.
Sacó una libreta con la lista de nosotros y comenzó a agrupar números. Todos miraban ansiosos.
—15 con el 3 dice el profesor— aquí esta. Marcela con Grace.
—9 con el 21 Marcos con Sofía —continuó
—13 con el 4 ANY con RHETT— todos murmuraron