Ahora es el momento donde digo:
Querido Diario, hoy casi me violo yo un chico. El pobre salió despaborido.
Es que cuando me desperté, estaba el chico sentado en una silla al lado mío. Me senté en la cama.
-Ah, ya te despertaste. Ten un poco de agua.
-Gracias, qué amable.
Agarré el vaso y me lo tomé de un trago. Tenía un gusto...ES ALCOHOL!!! Me di la vuelta para mirarlo con los ojos tipo plato. Él se carcajeaba. Me bajé de la cama, y me fui acercando a él. En mis labios se formó una sonrisa de muñeco diabólico. Él se dio cuenta, se levantó y comenzó a retroceder. Se dio vuelta y chocó de nariz contra la pared. Se cayó para atrás. Lo sostuve, y lo acoste en la cama. Me subí a horcajas de él y le empecé a dar cachetadas. Pero con tanto vaivén alguin más se despertó, y no precisamente él. Su amiguito hizo presión contra mí. Me paré a pensar un ratito. Decidí que lo mejor sería seguir dándole cachetadas. Una muy mala idea. Su amiguito aguantó un poquito más y luego hizo exploción. Me bajé de la cama. Agarré un vaso de agua y se lo lancé, para que se le pasara la calentura del momento. Se despertó tosiendo. Me miró. Luego, miró hacia bajo. Su cara enrojeció como si hubiéramos echo presión en su cuello. Sus orejas se tiñieron de rojo, y las manchas bajaron hacia su cuello. Me volvió a mirar, pero no podía sostener mi mirada ni 2 segundos, la volvía a bajar. Todo su pantalón estaba cubierto de...ya saben. Su cara enrojeció más, y cuando pensé que no podía más, siguió enrojeciendo. Fui hacia la habitación de Mik. Agarré un de sus shorts, una toalla y volví. Le lancé todo y le indiqué con mi pulgar el lugar del baño. Él paso a toda pastilla a mi lado y se encerró en el baño. Segundos despiués escuché el agua correr. Hora de mi venganza. Fui hacia la cocina, y le cerré el agua caliente. Dos segundos después, se escuchó un gritito. Que suerte que tenía el celu a mano y logré grabarlo. Se escuchó el agua cerrarse, un portazo y apareció el chico en la cocina. Su mirada estaba oscura, muy oscura. Y empezó a aproximarse.