Batman Family: Legacy
Wingzemon X
Capítulo 24
Sólo una semana libre
Sábado, 10 de agosto del 2013
Habían sido dos extenuantes semanas de preparación para Bárbara, tanto física como mentalmente. A pesar de sus dudas iniciales, el hablarlo con su padre y con Dick le había ayudado a aclarar su mente y tomar una de las decisiones más importantes de su vida hasta ese momento: se haría la operación. Aún si existía la posibilidad de no tener éxito y volver a casa aún en su silla de ruedas, debía al menos intentarlo, y no torturarse más adelante con la idea de que quizás había perdido su única oportunidad por ser tan cobarde.
Tras terminar todos los trámites a distancia y los últimos chequeos médicos, su operación había sido programada para el próximo lunes muy temprano; bastante más pronto de lo que esperaba. Esa tarde de sábado le tocaría volar a Boston en compañía de su padre y Dick. Pasarían la noche en un hotel, al día siguiente la internarían en el hospital y le realizarían todos los preparativos restantes. Los días anteriores los había dedicado de lleno a dejar todo listo en su trabajo. Su equipaje estaba preparado desde la noche anterior, el taxi ya estaba esperándola afuera de su edificio, y Stephanie y Tim habían acudido para ayudarla a bajar sus cosas y cerrar su casa. Igualmente Bárbara tenía que darle unas últimas indicaciones a su joven asistente.
Todo estaba listo, todo iba caminando conforme se esperaba y sin contratiempos. Y, aun así, mientras estaba ahí en su silla en el centro de su sala, se sentía realmente intranquila. Pensó que ya había superado sus dudas, pero al parecer aún había algunas arraigadas en ella. O… ¿acaso era algo más lo que la tenía tan inquieta?
Fuera lo que fuera, tenía menos de cuarentaiocho horas para superarlo y no entrar al quirófano con esa angustia.
—Aquí está la última maleta —musitó alegre Stephanie mientras jalaba por la manija la última de sus maletas hacia la puerta del departamento. Detrás de ella venía Tim, con una caja de plástico con algunos alimentos del refrigerador de Bárbara que no había logrado terminarse antes del viaje, y que sería mejor los aprovecharan en la mansión.
—¿Cuánto tiempo estarás en Boston? —Preguntó Tim con curiosidad, masticando un trozo de la banana que sujetaba en su mano.
—Espero que no más de lo necesario —respondió Bárbara con una sonrisa que le resultaba un tanto difícil mantener—. Creo que será una semana a lo mucho, si todo sale bien. Muchas gracias por su ayuda, chicos. ¿Pueden darles un aventón para abajo a mis maletas antes de que se vayan y subirlas al taxi?
—¡Claro que sí! —Contestó Stephanie, aún más enérgica que antes—. ¿Estás segura de que no ocupas que haga algo más que recoger tu correo y regar tus plantas mientras no estés? ¿Algo en la Fundación de lo que quieras que me encargue?
—Tranquila, Mike se encargará de cualquier asunto mientras no estoy —señaló Bárbara encogiéndose de hombros—. Si necesita algo te llamará, pero no creo que sea necesario. Tómalo como unas pequeñas vacaciones.
—Ojala pudiera darme ese lujo —susurró la joven rubia despacio, y colocó entonces su mano derecha sobre su barbilla con actitud pensativa—. Quizás aproveche para tomar un trabajo de medio tiempo…
—Oye, pero ya te dije que te pagaré todos los días que voy estar allá.
—Lo sé, pero aun así…
—Quizás debas aprovechar y mejor concentrarte en tus estudios —añadió Tim, justo después de tomar el último bocado de su banana—. Tienes dos exámenes la semana que viene, ¿lo olvidas?
—Difícilmente —suspiró Stephanie, pareciendo agotado de sólo pensar en ello—. Pero no me preocupa, porque tengo al mejor tutor de todos, ¿eh? —susurró con tono juguetón, picándole un poco su costado a Tim con su codo.
—Ya te dije que sí, deja eso.
Bárbara sonrió divertida al ver a los dos chicos hablando y jugueteando de esa forma. Aquella interacción entre ambos le resultó bastante familiar, y le traía recuerdos de otra época pasada, hace ya muchos años atrás. En aquel entonces también había una chica y un chico, aunque ella no necesitaba en realidad que él fuera su tutor, pero había sido divertido hacerle creer que sí. Quizás en el fondo ambos sabían que era sólo una excusa para pasar tiempos juntos. Y eso inevitablemente llevó a muchas otras cosas, algunas bastante agradables… pero otras un tanto más dolorosas.
Bajó su mirada un poco pensativa, intentando además que ninguno de los dos notara su cambio de humor. Respiró hondo intentando recuperar la compostura, contó mentalmente hasta cinco y entonces volvió a mirar hacia el frente de nuevo sonriendo (pero aun pareciéndole difícil).
—Bueno, has lo que mejor te parezca, Stephanie —indicó Bárbara al final con normalidad. Acercó entonces su silla hacia ellos y tomó el manojo de llaves que descansaba sobre sus piernas para extendérselo a la jovencita—. Aquí están mis llaves. ¿Puedes revisar que estén bien cerradas las ventanas y la puerta del balcón antes de irnos?
—Ventanas, balcón, claro —respondió Stephanie casi como si hubiera recibido una orden militar. Tomó las llaves y sin espera se dirigió a la habitación—. No te vayas sin mí, Tim. ¡No tardo!
Editado: 28.05.2020