Batman Family: Legacy
Wingzemon X
Capítulo 04
Ser Batman
Viernes, 05 de marzo de 1994
El sonido que provocaba el choque de madera contra madera, rompía el silencio que se cernía sobre la enorme mansión, tan grande para albergar a más de veinte personas al mismo tiempo, pero que en esos momento era solamente habitada por tres. Dada la buena apariencia y condición física que ostentaba el joven y codiciado millonario Bruce Wayne, no era muy sorprendente enterarse de que éste contaba con su propio gimnasio privado, el cual se encontraba al fondo del primer piso; claro, ese era el gimnasio "público", por así llamarlo, que algunos de los visitantes a la casa han llegado a conocer, pero había otro más escondido... El público era algo pequeño, pero bien equipado con diferentes aparatos, pesas, y sacos de boxeo. Nada fuera de la común, en comparación con el otro.
El sonido que se escuchaba era el del choque de las varas Bo, que Bruce y el pequeño Richard Grayson estaban usando en su sesión vespertina de entrenamiento. Ambos se encontraban con ropa deportiva ligera, con pantalones de tela, y camisetas blancas sin mangas. Fuera de eso, no había ninguna otra protección entre sus pieles y las duras varas de madera. Alfred también se encontraba ahí, aunque algo alejado, simplemente viendo el encuentro, parado con firmeza con sus manos posadas atrás de su espalda.
Bruce y Dick se encontraban de pie sobre una colchoneta azul, normalmente usada para prácticas de artes marciales. Ambos se atacaban el uno al otro, pero se notaba que Bruce se medía bastante. Después de todo, Dick tenía sólo nueve años, y sólo hacía un par de meses atrás que habían empezado con su instrucción. Progresaba bien, sobre todo porque las habilidades acrobáticas que poseía ya le daban una gran ventaja para su edad... Pero aún le faltaba mucho.
Dick se movía con cierta violencia y rapidez su vara contra Bruce, el cual se limitaba a cubrir sus ataques al mismo ritmo que él los lanzaba, y a retroceder un paso con cada uno para mantener la distancia. Dick parecía haberse familiarizado rápido con el arma que usaba. Ya sabía cómo sostenerla, como girarla, como atacar y defender, pero le faltaba mucha técnica. En esos momentos se estaba limitando únicamente a lanzar sus ataques lo más rápido y fuerte que le fuera posible, y en dónde le fuera posible. No lo hacía mal, pero se le veía algo desesperado por el hecho de que Bruce parecía poder predecir y cubrir cada uno de sus ataques sin el menor problema.
- Atacar con fuerza explosiva e intimidante tal vez te sirva con la media de los enemigos. – Comentó divertido el hombre de cabellos negros, mientras retrocedía. – Con énfasis en el "tal vez".
De un movimiento rápido, Bruce hizo a un lado el arma del chico, dio un paso largo hacia él, y lo golpeó en el pecho con la punta de su vara, empujándolo hacia atrás. Dick retrocedió con torpeza, acomodando sus pies como le fue posible para no caerse. Dirigió su mano derecha a su pecho, acariciando el área adolorida por el golpe.
- Pero con otro tipo de contrincante será tu perdición. – Le comentó, más como una broma que un regaño. Giró su vara entre sus dedos, y se volvió a poner en posición de ataque. – De nuevo.
Dick lo miró con un poco de molestia, al parecer no muy contento por el golpe que le había dado. Tomó también su vara, y se colocó en posición. Todo en su mirada parecía intentar decirle "en esta ocasión yo te golpearé a ti". Dispuesto a cumplir la promesa que hacían sus ojos, se lanzó al frente, empezando a lanzarle varios ataques con su Bo, mismos que Bruce de nuevo cubrió o esquivó. ¿Cómo lo hacía? Lo hacía lo más rápido y preciso posible, pero no podía ni tocarlo. ¿Cómo lo lograba?
Bruce lo dejó atacar con libertad unos segundos, hasta que se decidió a contrarrestarlo. Giró su vara con rapidez para hacerlo retroceder, y luego lanzó dos golpes con tanta fuerza, que el segundo hizo que la vara de Dick saliera volando de sus manos. Siguiendo el mismo movimiento, jaló su arma de izquierda a derecha, haciendo que ésta golpeara a Dick en su brazo derecho, cerca del hombro. No había sido con mucha fuerza, pero sí con la suficiente para dejarle una visible marca roja en su piel, y para que cayera de rodillas al suelo. Aferró sus dedos a su brazo adolorido, marcándolos en su piel.
Alfred se sobresaltó al ver esto, y por un momento sintió la necesidad de acercársele y ayudarlo, pero sabía que todo eso era, y tenía que ser, parte del entrenamiento del joven Richard.
Dick se quedó de rodillas con rato, hasta que fue capaz de reaccionar. Volteó a ver cómo pudo su brazo, notando la marca que el golpe le había dejado.
Editado: 28.05.2020